lunes, 15 de octubre de 2007

A cerrar filas


LOS CAPELLANES MILITARES


En el combate que el Nuevo Orden Mundial lleva a cabo contra Dios y la Patria, sus sicarios han elegido diferentes blancos de distinta importancia y variada índole. En estos días, el montonerismo vernáculo, lacayo de ese Nuevo Orden Mundial, se encuentra lanzado a una escalada de agresiones contra las Fuerzas Armadas. En la misma se combinan todo tipo de bajezas, desde impedirles a sus miembros recordar a los caídos en defensa de la Nación, hasta someterlos a persecuciones vengativas o provocaciones matonescas.

Bastonero lúgubre de semejante campaña es el público y notorio terrorista, subvencionado por capitalistas yankees e ingleses, Horacio Verbitsky, antiguo miembro de una organización criminal marxista, quien febrilmente va marcando los distintos blancos a abatir, así sea la inteligencia naval, los liceos militares, el Jefe del Regimiento 3 de Caballería, o lo que se le ocurra.

El domingo 4 de junio de 2006, en el Boletín Oficial “Página/12”, descargó sus diatribas contra los capellanes militares y la “Conquista del Desierto”. Lo de los capellanes militares no es nuevo para las izquierdas. Ya han encarcelado arbitrariamente al Padre Cristian von Wernich, y siguen disparando contra Monseñor Baseotto y su clero castrense. Lo llamativo es que quien dirige el Equipo de Pastoral Aborigen —desde donde se hace la prédica del indigenismo marxista— y también es titular de la diócesis de Neuquén, el italiano Marcello Angiolo Melani, se pronuncia categóricamente por la disolución lisa y llana de las capellanías militares. Tal como lo ha registrado en su momento “Página/12”, en su edición del 26 de marzo de 2005.

Melani integra el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, con iglesias protestantes y adventistas a las que sostienen los gobiernos ingleses y norteamericanos,como al Equipo Argentino de Antropología Forense. Y para que nada falte en esta coordinada ofensiva, en la diócesis de Quilmes, la Agrupación “Curas en opción por los pobres”, dirigida por los sacerdotes Eduardo de la Serna, Marcos Alemán y Marcelo Ciaramella, emitió también una declaración en la que, entre otras cosas, recuerdan la inconveniencia de la existencia del obispado castrense. Declaración, por cierto, de la que se hizo eco “Página/12”.

Los capellanes militares, por lo visto, son un obstáculo más en el plan trazado por el enemigo. Entonces, tiempos decisivos nos aguardan.

Tiempos de capellanes.
Fernando José Ares

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