“HAY QUE CONSERVAR LA GRACIA HISTÓRICA DE LAS FECHAS”
Manuel Oribe y Viana
Juan Manuel de Rosas
López de Osornio
Vuelta de Obligado
José Antonio Primo de Rivera
Francisco Franco Bahamonde
Juan Manuel de Rosas
López de Osornio
Vuelta de Obligado
José Antonio Primo de Rivera
Francisco Franco Bahamonde
El mundo nihilista en que nos movemos impide contemplar y recordar algunas fechas convertidas en mojones de importancia trascendental en el Ser Iberoamericano. Por ello en este noviembre estamos aquí de nuevo esgrimiendo con ambas manos la vibración de la Unidad de las tierras y de los hombres de Hispania y América. Rememorar a los héroes y los acontecimientos es reencontrarnos espiritualmente con el Imperio Romano Católico simbolizado en el Yugo y las Flechas de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. En estas jornadas confluyen héroes y hazañas que siguen siendo ejemplo con la justeza que sentenciara José Antonio: “hay que conservar la gracia histórica de las fechas”.
El día 12 nos encontramos con el tránsito hacia Dios de Manuel Oribe y Viana cuando corría 1857. La jornada del 20 con la Vuelta de Obligado victoria contra el anarco capitalismo rapaz y explotador de Francia e Inglaterra. Agregándose a las mismas horas el jalón del septuagésimo cuarto del martirio, como acto de servicio, del Fundador de la Falange: José Antonio Primo de Rivera y el trigésimo quinto aniversario del descanso en paz del Guerrero, Misionero y Estadista Generalísimo Francisco Franco durante cuatro décadas Caudillo de España por la Gracia de Dios en la construcción de la España: Una Grande y Libre. Hay en esta rememoración un elemento común. Hombres que forjaron lo hispánico y lo americano porque de una manera u otra pertenecían a él. Su transcurrir en este mundo fue luchar contra el encanallamiento que tenía viejos antecedentes.
Con Manuel Oribe y Viana fue la sangre del Cid que por el lado materno corría por sus venas y que vertiera cien veces en Sarandi, Ituzaingó, Quebracho Herrado, Rodeo del Medio, Famaillá y Arroyo Grande, resistiendo las heterodoxias y la balcanización junto a Don Juan Manuel de Rosas. Épico año de 1845 de las Intervenciones europeas y la Vuelta de Obligado. Allí se cierran los Ríos epónimos, al cañón mercantilista y masónico de Paris y Londres.
En la continuidad de la línea del siglo XX, José Antonio recorría las comarcas de Castilla “que estaba otra vez por España” predicando la Revolución Nacional Sindicalista en un galopar de Yugos y Flechas con el “Arma al brazo y bajo los luceros…” Lejos “muy lejos del ambiente enrarecido de la taberna del liberalismo al final de una noche crapulosa donde se cocinan los compromisos democráticos”. “No estaba allí su sitio” expresó con fuerza y donaire el 29 de octubre de 1933. Su temperamento tenía algo muy especial. Esto no era algo distinto que “una cuota de americanidad heredada de sus antepasados de estirpe jerezana” que dejaron desde nuestro Plata a Chile, en el Amazonas y Cuba, noticias de un vivir con plenitud y coraje. En articulo de años atrás Del Valle Morillo, nos informa que Primo de Rivera el Fundador, tenía en su carpeta un eternamente diferido viaje a la América “de sus legendarios ascendientes”; cuando la magna convocatoria internacional de los Escritores auspiciada por el P.E.N. Club —del cual era socio fundador José Antonio, en Buenos Aires—. El César figuraba entre los delegados españoles junto a Azorín, Miquelarena y Salaverría. Azorín llegó a visitarlo a la Cárcel “Modelo” (donde le aherrojaba la jauría marxista) con ese propósito, según refiere puntualmente Almagro San Martín, y “El Bueno” como lo llamaba Martínez Ruiz se limitó a contestar con humor: “No creo, Azorín, que las autoridades me otorguen el permiso que necesito para cumplir con ese viejo anhelo”. Poco después, su muerte, ante el pelotón bolchevique en la fría madrugada alicantina. Abnegación de un Grande que sacrificó su vida en el cumplimiento del Deber. José Antonio, noble, generoso y católico puso su Fe en Dios. Por ello Nuestro Señor creó para el César Mártir un Nuevo Lucero.
Francisco Franco, el Caudillo Victorioso, quedó en la trinchera luchando con el mundo demoniocrático y bolchevique. Así fue el Conductor en los años del Bloqueo Internacional. La gran batalla que continuó en todos los frentes hasta el 20 de noviembre de 1975. Franco, soldado y estadista, no ha dejado de ser calumniado. Éste es el Signo de los Grandes. Hoy la Antiespaña de Zapatustra con su Ley de Odio Histórico clausura el Valle de los Caídos, retira sus estatuas y prohíbe su nombre, mientras aprueba la ley del divorcio, la de uniones homosexuales y la del aborto. Sin embargo la puñalada trapera y el escupitajo son nada frente a su Grandeza de Caballero que combatió con la Cristiandad en Europa y también por nuestra América Hispana.
En días tan aciagos, corresponde que cerremos filas, y obedezcamos —como enseñaba Gracián— el predicamento de los héroes.
Entre ellos Juan Manuel de Rosas, López de Osornio y Manuel Ceferino Oribe y Viana los grandes hispanoamericanos de noviembre. Junto a ellos y con ellos José Antonio Primo de Rivera con Francisco Franco Bahamonde están presentes y son ejemplo. La vida es combate. Sólo en esta desoladora geografía espiritual queda un oasis que es el de nuestra Raza y nuestros Valores.
Por ello creemos no es ocioso ofrecer la cosmovisión herética contra la que lucharon y dieron su Sangre. Aunque siempre el servicio de la sangre se ha cotizado poco y juega a la baja en la pizarras del pragmatismo inmanentista.
El mundo americano liberado y conquistado para Cristo. Formidable heredero del Derecho generado en la Roma Eterna del SPQR. Bastión que durante siglos resistió la invasión del subjetivismo y el libre examen combatido por el Vicario de Cristo con Carlos I y Felipe II. No sucedió lo mismo, con parte de Francia introductora de la antitea monstruosidad del Iluminismo dieciochesco expuesto desnudo en el terror jacobino de 1793 que llegó a pasear la Diosa Razón representada con una prostituta, la que, profanando Notre-Dame, preparaba el camino para un joven genio de la guerra al que se aclamaba con el ambicioso proyecto de Dominio Universal. Fueron las Españas valladar de la peste liberal con su guerra de Independencia junto a los Reinos Ultramarinos desde el Dos de Mayo de 1808 a los Arapìles. Sin embargo el indomable pueblo de la Reconquista de los Siete Siglos antimusulmanes (711 -1492) fue derrotado por la traición de las logias en la lucha de las ideas. Ahí estaban los fetiches de las Cortes de Cádiz (1812), taumaturgos de la mentira del constitucionalismo liberal con el aberrante desconocimiento de la jerarquía secular de los reinos americanos convertidos finalmente en 20 simiescas colonias y entregados con el INRI, a los Shyloks del Sanhedrín de la City erigida a orillas del sucio Támesis.
Pero no hagamos historia con detalle. Sólo grandes jalones para dar una idea aunque aparezca un tanto borroso el cuadro de Hispanoamérica y la España cainita de 1933 en días de la tragedia republicana siniestra y diestra. En préstamo se toma el término “democracia” que, para los sabios helenos, era una deformidad viciosa de gobierno, se convierte a partir 1762 en axioma sagrado. Su padre putativo lo fue Juan Jacobo Rousseau que imaginó “un absurdo «Pacto» de resultas del cual las mayorías debían imponerse y donde ellas estuvieran estaría la verdad, la justicia, etc…” Poderes Legislativos y Judiciales cuya separación o limitación, como muy bien dice José Javier Esparza, “las élites que los rigen cooptan entre sí, sus propios relevos” (“En Busca de la Derecha perdida”, Ediciones Áltera, Barcelona 2010). La Partidocracia inauguró la era de la oligarquía de los políticos profesionales que disfrutan del poder con el soborno, la coacción y la dependencia de las usinas del dinero que alimentan los medios de comunicación hacedores de la “libre opinión pública, base del sistema”. “El liberalismo se presentó como pensamiento esencialmente economicista”. La separación de la politica y la moral se producía por completo con Adam Smith (1723 - 1790), quien sostenía que todo se combina en base a la libertad de mercado sin intervenciones de fuera. Precisamente, uno de los efectos del capitalismo (José Antonio dixit) “fue aniquilar casi por entero la propiedad privada en sus formas tradicionales”. Carlos Marx completó el cuadro con su diabólico materialismo en marcha hacia la utopía del Socialismo Científico devenido en horror luego del reparto del mundo en Yalta (1945). Hoy estamos en la etapa de la “globalización” con un estado despolitizado y neutralizado. “Feudalización del Poder donde las decisiones las toman los grandes grupos técnicos financieros industriales y mediáticos y que funcionará hasta que la droga inmamentista de la producción sostenga la situación” (José Javier Esparza, op. cit.).
Como colofón creemos necesario traer unos párrafos de Tocqueville en la que el pensador francés alertaba sobre la servidumbre a la que conducía el igualitarismo democrático: “Pienso que la especie de opresión no se parecerá en nada a las que han precedido en el mundo… busco en vano yo mismo una expresión que reproduzca la idea que me formo y la comprenda, las antiguas palabras de despotismo y tiranía no me resultan adecuadas en absoluto. La cosa es nueva…”
Luis Alfredo Andregnette Capurro
Desde el Real de San Felipe y Santiago de Montevideo
Desde el Real de San Felipe y Santiago de Montevideo
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