¿Qué significa la intención de someter al país por la fuerza sino la conquista armada? De nada valen las tergiversaciones ni los distingos. La nación que se somete a una fuerza superior pierde su autodeterminación, que es la cualidad de su soberanía, y pertenece desde ese momento al vencedor, cualquiera sea la forma en que pretenda disimularse la conquista. De que esto lo vieron en esa circunstancia claramente los argentinos da fe la entusiasta unanimidad con que todo el país —salvo un puñado de emigrados— acompañó al general Rosas en su actitud enérgica y digna.
Todas las provincias, con sus gobernadores y legisladores, se pronunciaron contra la agresión y ofrecieron sus contingentes para resistir (…) San Martín escribía desde su retiro poniendo su espada y su persona al servicio de la nación y felicitaba al gobernador de Buenos Aires como defensor de la independencia americana. El autor del Himno Nacional desenfundaba su vieja lira para arrancarle los mismos sones de treinta años atrás, y con entusiasmo juvenil cantaba:
Morir antes, heroicos argentinos,
que de la libertad caiga este templo.
¡Daremos a la América alto ejemplo
que enseñe a defender la libertad!
que de la libertad caiga este templo.
¡Daremos a la América alto ejemplo
que enseñe a defender la libertad!
La prensa liberal del mundo empezaba a interesarse por la lucha iniciada en el Río de la Plata y acompañaba con su auspicio el derecho hollado del débil, en quien veía al defensor de los principios republicanos y de la causa general de América contra los poderes retrógrados de Europa.
Ernesto Palacio
Nota: Estos pasajes han sido tomado de su obra “Historia de la Argentina”, Libro IV, Cap. IX.
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