lunes, 28 de noviembre de 2011

Mirando pasar los hechos

GALARDÓN CONSAGRATORIO


RECONOCIMIENTO
    
El próximo 6 de diciembre, en el Senado le entregarán al Nuncio Apostólico la máxima distinción —“Mención de Honor Senador Domingo Faustino Sarmiento”— en reconocimiento a su labor en la representación pontificia y ante su próxima despedida. Obviamente la solemnidad se llevará a cabo en el Congreso Nacional, recinto donde se ha legislado recientemente contra la ley natural y el Decálogo. Algunos observadores descuentan la simpatía hacia el alto diplomático, recordando que en la última navidad se acercó a la Presidenta Cristina Kirchner para presentarle los saludos del caso, obsequiándole una colección de rosarios (AICA, 21 de diciembre de 2010). Lo notable es que para entonces se cumplían seis meses de la promulgación de la “Ley de matrimonio igualitario”.  Por tanto, la mano que promulgó la Ley impúdica, recibió del representante de la máxima autoridad espiritual, el símbolo de la devoción a la Pureza más excelsa.
       
      
CONFUSIÓN
  
No cabe duda que así, este Epílogo de la gestión del Nuncio Apostólico llega a significar el más notable de sus frutos, la confusión. Precisamente el temible síntoma destacado en las predicciones sobre los tiempos agónicos de la Argentina. Tampoco puede ser más gráfico en esa línea, el contrapunto entre el celoso cuidado del Palacio de la Nunciatura, con la impasible contemplación de los ocho años de desastres en la Iglesia argentina.
            
Casimiro Conasco
     

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