GALARDÓN
CONSAGRATORIO
RECONOCIMIENTO
El próximo 6 de diciembre, en el Senado le entregarán al Nuncio
Apostólico la máxima distinción —“Mención de Honor Senador Domingo
Faustino Sarmiento”— en reconocimiento a su labor
en la representación pontificia y ante su próxima despedida. Obviamente la
solemnidad se llevará a cabo en el Congreso Nacional, recinto donde se ha
legislado recientemente contra la ley natural y el Decálogo. Algunos
observadores descuentan la simpatía hacia el alto diplomático, recordando que
en la última navidad se acercó a la Presidenta Cristina Kirchner para
presentarle los saludos del caso, obsequiándole una colección de rosarios
(AICA, 21 de diciembre de 2010). Lo notable es que para entonces se cumplían seis
meses de la promulgación de la “Ley de matrimonio igualitario”. Por tanto, la mano que promulgó la Ley impúdica, recibió del
representante de la máxima autoridad espiritual, el símbolo de la devoción a la
Pureza más excelsa.
CONFUSIÓN
No cabe duda que así, este Epílogo de la gestión del Nuncio Apostólico
llega a significar el más notable de sus frutos, la confusión. Precisamente el
temible síntoma destacado en las predicciones sobre los tiempos agónicos de la
Argentina. Tampoco puede ser más gráfico en esa línea, el contrapunto entre el celoso cuidado del Palacio de la Nunciatura, con la impasible contemplación de los ocho años de desastres en la Iglesia argentina.
Casimiro
Conasco
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