domingo, 13 de junio de 2010

Cura abusador


PADRE PANARO:
UN CURA ABUSADOR


“No temas, rebañito mío, porque vuestro Padre
se ha complacido en daros el reino”

(San Lucas, 12, 32)

El domingo 6 de junio, en la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, sita en el barrio de Flores Sur, se celebraba solemnemente la Festividad de Corpus Christi, como sucedió en los últimos cuatro años, en que el modesto oratorio fue recuperado para el Culto Sagrado.

De manera brusca y destemplada, un tal Antonio Panaro, de traza aseglarada y talante patibulario, que se hace llamar “Tony” y funge como párroco de Santa Francisca Javier Cabrini —parroquia de la que depende la mencionada Capilla— interrumpió la liturgia y con un balbuceo incoherente y mendaz, destrató a la feligresía, calumnió al Sacristán, declaró abolida la “tradición de las procesiones” —a pesar de estar expresamente solicitada en el canon 944, “en una iglesia u oratorio”— y cerró, al fin, arbitrariamente el sencillo pero significativo templo.

Pecó contra el segundo, el tercero y el octavo mandamiento en forma ostensible, pública, insolente y aviesa. Violó coactivamente la ley eclesiástica vigente. Más de medio centenar de personas son calificados testigos de lo que sostengo.

Además de la profanación al Santísimo, que constituyó su brusca interrupción; además del odio a Jesus Sacramentado, considerando un acto improcedente el haberlo sacado en procesión triunfal por las calles del barrio, además del escándalo y del llanto causado a las muchas familias y jóvenes presentes, además de la ofensa innecesaria al celebrante —uno de los sacerdotes más eminentes que tiene hoy la Iglesia en la Argentina— el sujeto Panaro actuó despótica y abusivamente.

Abusó de su autoridad de párroco, abusó de su carácter de administrador de la Capilla, abusó de sus facultades, abusó de sus prerrogativas clericales, y abusó de la paciencia de una feligresía que no calló su indignación ni sus razones, ni quiso contener su reacción viril y legítimamente violenta. Pues el ofendido por el singular prete, no era un hombre ni una comunidad, sino el mismísimo Cuerpo de Cristo.

Panaro cometió un abuso cuya sanción está prevista en el Canon 1389 § 1. Porque abusar es usar mal, excesiva, injusta, impropia o indebidamente de algo; en este caso del cargo de la autoridad parroquial.

Estamos, pues, ante un caso atípico de Cura Abusador, cuyos abusos hasta ahora evidentes, consisten en discriminar injustamente y expulsar cobardemente a los católicos fieles al esplendor de la liturgia por la que tanto brega Su Santidad Benedicto XVI. A la par de esa cercenación abusiva de la dignidad del Santo Sacrificio de la Misa, contraviene en sus oficios parroquiales ordinarios muchas de las expresas prohibiciones enunciadas en la Instrucción Redemptionis Sacramentum, promulgada en tiempos de Juan Pablo II.

Esperemos que la Jerarquía ponga las cosas en su sitio. Podría hacerlo si se dejara guiar, siquiera una vez, por las palabras del santo abad cisterciense, Isaac de Stella: “Lo suficiente es fácil decirlo. El gozo, el amor, la delectación , la visión, la luz, la gloria, es lo que Dios exige de nosotros, aquello para lo cual Dios nos hizo. El orden y la religión verdadera es hacer aquello para lo cual fuimos hechos. Contemplemos lo que es la belleza suprema, luchemos vehementemente contra lo que se opone a ello. Todas nuestras actividades, el trabajo como el reposo, la palabra como el silencio, estén encaminados a este fin. Lo que no está encaminado a él, lo que no hacemos por el fin para el cual fuimos hechos por Dios, haciendo coincidir la razón y la intención de su obra y de la nuestra, no es una virtud y no merece recompensa”.

Si así no fuera, sepa el abusador que su ignominia no hará mella en nuestro Catolicismo Militante. Suyas son las paredes. Nuestra es la Fe. Suyas las llaves de las puerta del pequeño oratorio. Nuestras las llaves del Reyno. Suyas las palabrerías vacuas con las que intentó justificar el atropello. Nuestras las palabras de vida eterna que nos inculca el Evangelio. Suyas, al fin, las poses demagógicas y populistas. Nuestra la Realeza de Jesucristo.

Entretanto, vayan estos simples versos impetratorios, para darle gracias al Dios de los Ejércitos, por estos cuatro años de cultivar el amor a la Cruz, en la pusillus grex en la que el Señor tuvo la gracia de colocarnos.

Bien dice Santo Tomás citando a Teofilacto y a Beda: “También llama el Señor pequeña grey a los escogidos, ya comparándolos con el mayor número de réprobos, o más bien por su amor a la humildad”.

Mántengase unidos en la Verdad Crucificada quienes tuvieron el honor de pertenecer a ese pequeño rebaño, custodio fiel del mandato paulino: “Conserváos firmes en la Fe y guardad las tradiciones” (II Tesalonicenses, 2, 15). Resistamos, firmes en la Fe.

Será nuestra victoria frente a la tiránica ignominia de los curas heréticos.


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CAPILLA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESUS

A Víctor Chéquer

Una casa nomás de humilde acervo
pesebremente, en una esquina ignota,
albergó lo perenne que rebrota
si dos o más se apean junto al Verbo.

El celebrante ungido y siempre siervo
de que no ha de alterarse ni una jota,
el latín secular, la noble nota
del gregoriano que canté y conservo.

Las vigilias de Pascua, el villancico,
las moniciones, los fervientes ruegos,
el gozo de esperar la Nochebuena.

El vino viejo en odres nuevo, rico,
en el umbral los niños con sus juegos.
Todo es tuyo, Señor, valió la pena.

Antonio Caponnetto

5 comentarios:

Federico dijo...

Amigo Antonio: ¿Puede un no católico ser sacerdote católico? ¿u obispo? ¿o cardenal? ¿o papa? Creo que si aplica la más elemental lógica, va a terminar por alejarse de la Iglesia Conciliar, que no es la Iglesia Católica. Que Dios nos ayude.

CabildoAbierto dijo...

Estimado amigo: ¿Puede Ud. establecer fehacientemente el instante en el cual un sacerdote -por citar un caso de los que Ud. propone- deja de ser católico?
Si fue válidamente ordenado, ¿puede Ud, decir si pierde acaso el carácter sacerdotal? Si es así, ¿en virtud de qué ley debería haberlo perdido? Si no es así, ¿se puede afirmar válidamente que tal persona pertenece o no a la Iglesia, aún como miembro muerto?
Y si se trata del Papa, ¿de qué canonista ha tomado Ud. la teoría de la deposición automática? Cuidado con la posición de que un Concilio puede deponer al Papa hereje, porque está condenada como herética. La dificultad de probar la herejía ni la toquemos hoy; un santo sacerdote ya ha escrito un extenso trabajo sobre este particular, que tal vez deba Ud. repasar. Trae mucha luz sobre estos controversiales temas.
Y sí, que Dios nos ayude, que falta nos hace.

Anónimo dijo...

Les dejo un cordial saludo a mi muy querida comunidad de la capilla Sagrado Corazon de Jesús.
Si Dios esta con nosotos quien estara contra nosotros?
Saludos.

Federico dijo...

Difícil el tema para tratarlo en un comentario, y para una persona de limitados conocimientos, pero hay puntos básicos: Un papa no puede caer en la herejía. Un usurpador sí. todos los que siguen a los usurpadores, más allá de su buena voluntad, están "asociados" a la herejía y a sus consecuencias.
No hace falta que demuestre las herejías que son habituales en la boca y en los hechos de la jerarquía de la Iglesia conciliar.
Pero por otra parte, está suficientemente demostrado que las consagraciones episcopales, al igual que entre los anglicanos, no son válidas en la Iglesia Conciliar, desde los años '70 en que se adoptó el nuevo rito. Al respecto sugiero consultar el trabajo "Absolument nul et entièrement vain". Colocando esto en un buscador se encuentran el original en inglés y su traducción oficial en francés. Por mi parte ofrezco la traducción al castellano hecha por mí desde el francés, acompañada por la versión en francés, ambas en pdf (nuestra.historia"hotmail.es)
También hay un muy detallado trabajo sobre la invalidez o nulidad e las elecciones papales por defecto de los candidatos supuestamente electos desde 1958: http://www.virgo-maria.org/mystere-iniquite/html/chapters/index.htm
Ya estoy terminando su traducción al castellano, conque también lo pongo a disposición de quién lo quiera.
Lo de la simple lógica tiene que ver con lo que León XIII dice en su encíclica Satis cognitum: "39. Nadie, pues, puede tener parte en la autoridad si no está unido a Pedro, pues sería absurdo pretender que un hombre excluido de la Iglesia tuviese autoridad en la Iglesia. Fundándose en esto, Optato de Mileve, reprendía así a los donatistas: «Contra las puertas del infierno, como lo leemos en el Evangelio, ha recibido las llaves de salud Pedro, es decir, nuestro jefe, a quien Jesucristo ha dicho: "Te daré las llaves del reino de los cielos, y las puertas del infierno no triunfarán jamás de ellas". ¿Cómo, pues, tratáis de atribuiros las llaves del reino de los cielos, vosotros que combatís la cátedra de Pedro?»(117)"
Ardua tarea la de demostrar que el clero de la Iglesia conciliar está unido a Pedro.
Reciba mi más respetuoso saludo en Jesús y María.

Anónimo dijo...

El sedevacantismo es una salida fácil.

La difícil es combatir como combate Ud., estimado Antonio.

Lo saludo atte.
Gracias