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SECRETOS EN LA MONTAÑA
La revista “Mensaje” (www. mensaje.cl) órgano oficial de los jesuitas chilenos, nos informaba tiempo atrás que ya podía verse la película Secretos en la Montaña, que relata y exalta la historia de dos cow-boys putos. Quizás piense alguno que dicha revista nos advertirá sobre el hecho de que la laureada película constituye una acción más para difundir la contranatura, y realice entonces una cristiana reprobación de la sodomía.
Nada de eso. La crónica, que puede consultarse en la precitada web, demuestra la visión del problema que tienen los jesuitas chilenos. Lo único que al parecer les interesa, como aquel periodista que inquiría a Jacinto Benavente, es preguntarse cómo empezaron en sus prácticas homosexuales los dos vaqueros; los cuales, de poder contestarles les hubieran dicho: “preguntando, Padres”.
TEATRO VOCACIONAL
El 29 de enero de 2006, en el Foro Social Mundial, reunido en Caracas, Fray François Hutard O.P. intervino en la escenificación de un juicio en el que resultaba imputado Estados Unidos (culpable realmente de muchas cosas, pero no de la que suponen los marxistas), teniendo el susodicho a su cargo el importante papel de juez. El veredicto fue el que necesariamente era de esperarse en ese lugar y con esa gente, sabiendo además que el jurado estaba integrado por comunistas tan frenéticos como el mismo Fray Hutard, y dos funcionarios del gobierno cubano: Raúl Suárez y José Luis Toledo (cfr. “Argenpress” del 30 de enero de 2006). Con la sentencia condenatoria se dió por terminada esta experiencia sobre las tablas de Fray François, pero no su carrera como cómico.
En ese mismo día, en otro acto, esta vez en El Poliedro de Caracas, hubo una actuación del Hermano Marcelo Barros, benedictino, y aunque sea difícil de creer, Prior del Monasterio de la Anunciación de Goiás (Brasil).
Lo que tuvo a su cargo fue la apertura de la representación titulada “No al Imperialismo. No al ALCA”, que contó con la presencia de una hija del Che y del tirano local, Hugo Chávez. La multitud, descripta por la propia prensa cubana como una “marea roja” que “con camisetas, gorras y banderas rojas, se levantan de sus asientos, corean consignas, chiflan”, canta enfervorizada “La Internacional” junto al Hermano Barros, símbolo según esa misma prensa de “que algo nuevo está verdaderamente surgiendo desde abajo y a la izquierda, de que la memoria sigue viva” (ibidem).
En semejante marco, el benedictino glosó su peculiar teología, según la cual, “los grandes iniciadores de los caminos espirituales como Jesucristo y Mahoma propusieron una revolución” (cfr. “Trabajadores”, periódico digital cubano, 30 de enero de 2006).
Por si algo faltaba, cuando un soldado venezolano le pide la bendición, él se niega a dársela diciéndole: “Nuestra revolución no necesita de bendición. Es ella la que nos bendice a todos nosotros”.
Barros viene de lejos revolcándose en el error. En anteriores ocasiones,como en su mensaje al Vº Encuentro de Cristianismo y Homosexualidad, de Torremolinos, Málaga, ha calificado a la Iglesia Católica de: “etnocéntrica, machista, colonizadora y violenta”, y en premio a tan estricta ortodoxia, posteriormente, fue uno de los invitados especiales a un seminario realizado en Puerto Iguazú, que fuera organizado por el Obispo diocesano Monseñor Joaquín Piña Batllevel (cfr. “La Nación”, 21 de febrero de 2005).
Cuanta razón tenía Anzoátegui cuando dijo, “siempre ha habido curas tontos, otros en cambio fueron locos, pero los peores de todos fueron los tontilocos”.
LA DIARREA DE POCHO
El Padre Brizuela, autotitulado Pocho, alcanzó efímera notoriedad en la prensa adicta al oficialismo como anfitrión de Kirchner en su visita a La Rioja del 4 de agosto de 2005. En aquella augusta circunstancia Brizuela pronunció un discurso en el que aclaró que se había comprado un traje nuevo para recibir al Presidente, pero que por comer mucho no le cerraban los botones. Más recientemente, en el llamado Seminario de Formación Teológica, reunido en la misma provincia riojana entre el 9 y el 11 de febrero pasado, confesó sus problemas gastrointestinales diciendo: “Hoy no comí por el miedo de que me dé diarrea”. Pero no todo fue alta teología. Pocho saludó a Hebe de Bonafini (la misma que dijo que el difunto Papa Juan Pablo II “era un cerdo” y “debía arder en el infierno”) cuya presencia agradeció y dijo que lo “estremeció”.
Luego citó laudatoriamente a León Gieco (el mismo que le dedicó una canción a Romina Tejerina, homicida de su propio hijo) y se pronunció por la Revolución “que establecerá la igualdad aboliendo las diferentes clases sociales”.
Para que nada faltara, mencionó al marxista Eduardo Galeano, recordó a Monseñor Angelelli como “profeta de América”, hasta que culminó con un encendido elogio al “Che” Guevara. Después de fustigar el uso de las estampitas como elemento de devoción popular, cantó loas al indigenismo, al Obispo de Viedma —Monseñor Laxague—, y a dos pastores protestantes presentes en el “evento ecumenista”.
La verdad es que con curas, obispos, pastores, alfaquíes y brujos, como los que realizan estos eventos verdaderamente no se necesitan demonios.
FIDEL DE FIESTA
El Consejo Mundial de Iglesias (CMI), voz cantante y sonante de las iglesias protestantes, se solaza con la asunción a los gobiernos de Chile y de Bolivia de la atea Michelle Bachellet y del cocalero Morales.
Así, el diario oficial del Partido Comunista Cubano, “Granma”, en su edición del martes 21 de febrero de 2006, publicó al respecto las declaraciones elogiosas de Samel Kobia luego de la reunión del CMI realizada en Porto Alegre, Brasil, donde también participaron, además de pastores rojos varios, destacadas figuras del comunismo internacional, como por ejemplo la invitada del Almirante Jorge Godoy, Rigoberta Menchú, y el premio nobel Adolfo Pérez Esquivel.
Lamentablemente, a esta tenida del anticristianismo y por ende del abortismo y de la contranatura, asistió como observadora una delegación del Vaticano.
Verdaderamente, para observar los desvaríos de toda esta gentuza bastaba con ingresar a la web. Mejor hubiera sido que la Santa Sede remitiera una legión de arcángeles arcabuceros.
Fernando José Ares
1 comentario:
Un amigo me señala que quizás estuve muy fuerte al calificar de putos a los cow boys que tanto admiraron a los jesuitas chilenos.
Contesto aquí lo que referí a ese buen amigo: he empleado el término que para definir a los que practican ese nefando vicio utiliza repetidamente, en su precioso castellano del Siglo de Oro, el Padre Francisco López de Gómara, autor de la esclarecedora "Historia General de las Indias".
Allí, este ejemplar sacerdote dueño de un bello lenguaje describe la sodomía que aquejaba frecuentemente a los indios y los llama merecidamente putos.
Hoy, que nos despertamos con un nuevo desvarío vaticano, el insólito pedido a la sinárquica ONU de despenalizar la sodomía, tomamos conciencia, una vez mas y van mil, que lejos están los auténticos sacerdotes como el P. López de Gómara de los actuales monseñoretes vaticanos.
Y después de esta explicación sobre los putos, una actualización de la nota: el Padre Délfor Brizuela, alias "Gordo", alias "Pocho", gracias a Dios, ya no es mas sacerdote, presentó la renuncia blasfema y ladinamente al terminar de dar Misa y en el mismo templo, explicando (Blanqueando su conocida situación irregular)que estaba enamorado de una señorita o señora con la que pensaba convivir (El único que no lo sabía era el Obispo, ahora a Monseñor lo llaman "Marido Engañado", porque siempre es el último en enterarse) .
Como sucede con sujetos de esta calaña el "Gordo" fue designado Ministro por el Gobierno Provincial.
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