miércoles, 12 de septiembre de 2012

Alí Babá y muchos más

BROCHERO:
ORA POR NOBIS
  
  
A mi mujer, una nuera muy viajera que tenemos le trajo de regalo de Turquía, entre otras cosas, una colección de té en saquitos de muy distintos gustos. Por ejemplo, de manzanas, de rosas, verde, etc.  Incluso se puede decir que son bastante ricos. Lo que nos trajo a la memoria nuestras pasadas épocas juveniles fue la marca de esos productos: Alí Babá.
  
Era uno de nuestros cuentos predilectos, Alí Babá y los cuarenta ladrones. La nostalgia me hace volver violentamente al presente, y me obliga a preguntarme si hoy, en Argentina, en vez de ser cuarenta no serán cuarenta mil, cuatro millones o más.
  
Lo bueno del cuento era que los ladrones tenían una cueva como guarida. Pero en la realidad nacional estamos en desventaja. ¿Cuál es la cueva que tienen en nuestro país? Porque con los medios de control modernos, por todos conocidos, no sería demasiado difícil alcanzar su más completa liquidación. Ni siquiera sería necesario correr la piedra que cerraba la cueva con la mágica palabra “ábrete-sésamo”.
  
A cambio de esta carencia de medios de control del latrocinio, tenemos la posibilidad de elevar nuestras oraciones al Cura Brochero, pidiendo su mediación. El sacerdote gaucho penetraba en las cuevas de los bandidos y llevaba a muchísimos gauchos a hacer retiros espirituales en Traslasierra, provincia de Córdoba.
  
Su proceso de beatificación está culminando bajo el pontificado de Benedicto XVI, quien nos ha pedido muy especialmente que recemos por nuestros pastores, varios de ellos mudos y silenciosos en medio de la más grande corrupción de nuestra historia.
  
Lo más grave es que son pocos los pastores de la Iglesia que hablan del Evangelio, de Jesús, de la Santisima Virgen, de la Sagrada Familia, del pecado. O tambien de apercibir o sancionar a aquellas autoridades que se dicen catolicos pero promueven legislaciones contra la Iglesia de Cristo y el Derecho Natural.
  
Repitamos con Martín Fierro: “¡Vengan santos milagrosos, vengan todos en mi ayuda!”
  
Carlos Llambías
  

4 comentarios:

Anónimo dijo...

no se de que se asombran. desde el momento que alumnas de colegios catolicos van uniformadas con minifaldas. el vikingo

Anónimo dijo...

Mi abuela me fascinaba con sus relatos del Cura Brochero, y allí, a su Igleisa, pegada a Mina Clavero llegué a una tarde, para mi una aventura, guri como era, montando un azabache medio ladino, en pelo y con freno de cuero sobado, pero no quería ser menos que mi anfitrión, Don Hesperidión Moyano, que me llevaba un par de años y una cabeza y pa colmo jinetazo de aquellos¨. Se quedó en la puerta nomás el chango, porque aunqque sabía de memoria el Padrenuestro en latín (el, que no sabía leer ni escribir)le tenía un poco de aprensión al lugar santo, vaya a saber porque pecados cometiods.En el silencio de aquella tarde de verano, en una igleisa llena de sol y soledad, apenas hice la señal de la cruz, me detuve tieso, observando que a pocos pasos míos y como viniendo del altar se me acercaba lentamente una víbora "de la Cruz" (asi le decían los paisanos).Giré con aplomo y salí, y como quien esta ya pensando en otros trámites, casi al acaso, le dije a mi compañero " Vamos, ya está"
El cura gaucho quedó asi para siempre en mi memoria y no dudo, que esta con el Señor. Su mensaje es el mensaje de lujo : la obra.
CD

Anónimo dijo...

Elevemos una oración por el querido Padre Julio Triviño, autor de una versión sobre el cura Brochero de las mejores.
Padre Julio, Dios lo bendiga!!

Anónimo dijo...

brochero no fue santo, lo canonizan como canonizan a varios en la actualidad
sin verdaderos procesos que prueben que merece estar en el canon
lo canonizan como una cuestión futbolera... todo lo manejan así en la posconciliar...da asco