jueves, 7 de mayo de 2009

Hijos de España sois predilectos


EL CREDO
LEGIONARIO


El espíritu del legionario:

Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.

El espíritu de compañerismo:

Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

El espíritu de amistad:

De juramento entre cada dos hombres.

El espíritu de unión y socorro:

A la voz de “¡A mí la Legión!”, sea donde sea, acudirán todos y con razón o sin ella defenderán al legionario que pida auxilio.

El espíritu de marcha:

Jamás un legionario dirá que está cansado hasta caer reventado; será el cuerpo más veloz y resistente.

El espíritu de sufrimiento y dureza:

No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño, hará todos los trabajos, cavará, arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que se le mande.

El espíritu de acudir al fuego:

La Legión, desde el hombre solo hasta la Legión entera, acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.

El espíritu de disciplina:

Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.

El espíritu de combate:

La Legión pedirá siempre, siempre, combatir, sin turno, sin contar los días y los meses y los años.

El espíritu de la muerte:

El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece: lo más horrible es vivir siendo un cobarde.

La bandera de la Legión:

Será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios.

Todos los hombres legionarios:

Son bravos; cada nación tiene fama de bravura, aquí es preciso demostrar qué pueblo es más valiente.

José Millán Astray

3 comentarios:

Fernando José dijo...

José Millán Astray es la contracara de los generales argentinos que descuelgan cuadros subidos a un taburete o asisten impávidos al encarcelamiento de sus camaradas vencedores en la guerra contra la subversión.

Así los generales en actividad llevan a cabo dos implacables combates: uno, contra los cuadros, y el otro contra octogenarios y nonagenarios soldados, en su gran mayoría enfermos y achacosos.

¿Sentirán asco cuando se miran en un espejo estos figurones denominados generales?

Anónimo dijo...

Tiene Ud. gran razon, Sr. Fernando Jose. Millan Astray, jefe, amigo y luego leal partidario de su paisano Francisco Franco, arrastraba luego de la guerra su cuerpo mutilado con honor.

Podemos decir los argentinos que algunos pocos militares (por supuesto perseguidos por la mafia kirchnerista) como el Teniente Coronel Nanni estan hechs de su misma madera.

falcata dijo...

Al Gral. Millán Astray se lo llamó: "El Glorioso Mutilado" sus Condecoraciones Guerreras eran sus mutilaciones, y al igual que el Honor, nadie se las otorgó y nadie se las podía sacar y estaban a la vista de todos y la Legión fué creada por éste tomando en cuenta el Código de Honor del Guerrero Samurai el "Bushi-do", del cual era ferviente admirador. Lo mejor de la Vieja Europa (Los Gallegos) con lo mejor del Lejano Oriente (Cypango y sus Sanurais).-