lunes, 25 de abril de 2011

Mirando pasar los hechos

INSANIA
    
“Loco él y loca yo” (Horacio Ferrer)
    
    
El cúmulo de causales para el juicio político a la Presidenta, ha inspirado firmes propósitos de impulsarlo. Pero por los recientes exabruptos difundidos, están prevaleciendo las dudas sobre sus cabales. Alteraciones que insinuaron notables episodios iniciales (aquella alucinación del “tren bala” uniendo dos ciudades bien comunicadas, para remediar la claudicación del sistema ferroviario, el ansia de viajes para comprar en el exterior costosísimos vestidos y alhajas, junto al firme proyecto de traerlo a Tutankamón, más el empeño de aligerarse diariamente una treintena de años).
    
En los últimos tiempos, brotes agresivos. Un amargo rechazo de la justicia “defaultizadora” y el destape de oscuras vinculaciones entre magistrados, amén de zafadurías con audaces recetas culinarias. Finalmente el delirio persecutorio ante el amago de votos no positivos de la oposición “destituyente”. Evidencias que sumadas al paroxismo, porque un almirante tenía un hijo sacerdote y una hija monja, obligarían a apuntar hacia el más práctico y humano Juicio de Insania. Para que aparezca el pertinente curador.
    
Pero frente a la fatalidad, se habla de una reacción inesperada. Entre los avezados en positivas derrotas electorales, se empezarían a tejer propuestas optimistas en la escuela de Erasmo. Dicen que bajo su inspiración, un memorioso ha pasado al contraataque abogando por la abierta proclamación de la Reina Locura. Sincera y transparente, como diría el holandés: simbiosis de un tierno amor propio con codicias sin límites; pero a favor de los súbditos y con un poder superior a los emperadores más poderosos de la tierra. Fértil en puestos de favor, en viajes placenteros de punteros, piquetes, paquetes y valijas. Es preferible —resumiría el holandés elogioso— que un loco como un plumero pueda mandar a todos los idiotas sensatos como cascotes. Pero es imposible agradar a otros sin empezar por adularse a sí mismo locamente: ¿Cómo sería la vida sin el toque infantil, la melenita sobre los hombros, el flequillo travieso, las alhajas y los flamantes modelos para cada hora? Por eso con palabras del humanista, cabe confiar que valiéndose de la ignorancia, de la irreflexión, de la esperanza de los bienes, del olvido de los males (de las jubilaciones varadas, de las AFJP, del Indec) la locura remediará con un manotazo, innúmeras calamidades humanas que acarrearon los militares, los terratenientes con sus yuyos y los doscientos años de fracasos.
    
Está claro: si algunos ladran es porque son perros, de baja “estopa”. ¿Acaso con hache dos cero no se cuecen habas? ¿Qué sería del pueblo sin partidos de fútbol por TV ni partidos políticos por doquier; sin boliches al amparo de las drogas para el consumo personal? En fin, son muchos los beneficios de la insania. Y no hay palabras que alcancen, salvo la clamorosa reedición de otro “Elogio de la locura”.
    

3 comentarios:

Anónimo dijo...

el curador que necesita se llama FALO, se sabe que se junta con algunas billeteras falladas. hay otros en el mercado para recomendarle y quiza atenuen su "tendencia" a la insania, como Jusepe Calzaforte. daniel jorge

beli dijo...

alea jacta est... Una vez encontrado el Vice para las próximas elecciones, se presentará la inepta, simil Isabelita, y será mas títere que nunca.... Seremos dominados por un mafioso mas repugnante que aquél que purga sus males en en abismo, y sin fuerzas armadas, ni ateos con testículos suficientes (que no creen en el infierno y que podrían mandar un plomo trazante), pasaremos otros cuatro años mas llorando como imbéciles... "Padre, Padre, por qué nos has abandonado??"...
Belisario Ortiz

beli dijo...

Corrección.... "Dios mio, Dios mío, por que nos has abandonado...".
Gracias