LOS DOS PUERTOS
En estos tiempos de malos cantantes, de canciones perversas y de mensajes satánicos nada subliminales, da gusto encontrar un remanso donde se pueda descansar de tanta mediocridad.
Si hemos de oír melodías, que sean buenas, en el más puro sentido de la palabra. Unos amigos —que hasta se dan el gusto de ser notablemente jóvenes— son capaces de transformarse en jilgueros y elevar sus voces en defensa de las buenas causas. Y como hubiera afirmado José Antonio, cantar una buena canción es ya, de por sí, defender una buena causa.
Hay una sucinta descripción de sí mismos en su blog: http://losdospuertos.blogspot
Como ejemplo de su canto, este festivo —y certero— Tanguillo de carnaval.
Y si cantando hemos de llegar al pie del Eterno Padre, allí seguramente estaremos —para siempre— en buen puerto.
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