martes, 10 de julio de 2007

Principescas


INDIGENISMO,
COSA DE PRÍNCIPES

Según la definición del Consejo de las Américas, en 1975, una Corporación Transnacional (CNT) es una empresa de gran envergadura, con sede central en un país, que desarrolla su acción en seis o más países, perteneciendo la mayoría de sus directivos a la Comisión Trilateral. Recordamos que ésta se formó por iniciativa de Nelson Rockefeller, y consiste en el acuerdo de grandes grupos de empresarios de Estados Unidos, Japón y Europa Occidental.

Los miembros del primer país citado pertenecen al Council of Foreing Relations (Consejo de Relaciones Internacionales), una asociación privada, pero que constituye el verdadero centro donde la política exterior del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de la Casa Blanca es programada y decidida de antemano, y es el más importante instrumento del que se sirve el Eastern Establishment —la corporación de los mayores capitales de la costa este— representado por el grupo Rockefeller.

Las CTNs tienden a crecer en forma ilimitada, por lo cual buscan establecer filiales en otros países, en los cuales se instalan en condición de monopolio, destruyendo con su enorme poderío económico a las empresas locales. Ahora bien, recordamos que, a su vez, la Comisión Trilateral y el grupo Bilderberg tienen por objetivo transformar a los países en provincias de un nuevo imperio, el Nuevo Orden Mundial (NOM). Para lograr su propósito, a través de las CTN, han decidido determinar la división internacional del trabajo, y utilizando a su antojo la falsa idea de un darwinismo social, en el sentido de un predominio de los más aptos (“el proceso de la selección natural ha controlado hasta el más mínimo detalle de cada rasgo del individuo y del grupo a que pertenece”: Felipe de Edimburgo dixit), se han permitido dividir a los países en elegidos —en función de su ubicación geográfica, insumos, mano de obra barata— para la radicación de industrias, los que quedarán relegados a la producción primaria, y los excluidos, que deberán resignarse a la pobreza extrema y eterna.

Para lograr sus fines es necesaria la destrucción de los Estados Nacionales. Al respecto, reitero lo dicho en otros artículos: que Jimmy Carter (demócrata – Consejo de Relaciones Internacionales) fue invitado, junto con otros 18 personajes que luego integrarían su gabinete en 1976 al ser electo, a la reunión inaugural de la Comisión Trilateral en Tokio (del 23 de octubre del año 1973), convocada por Nelson Rockefeller (republicano). Entre ellos figuraba Richard Gardner (Consejo de Relaciones Internacionales), su futuro embajador en Italia, quien manifestó en “Foreing Affairs”, órgano oficial del Consejo de Relaciones Internacionales (abril de 1974) que “…llegaremos a poner fin a las soberanías nacionales, corroyéndolas pedazo a pedazo”.

Zbigniew Brzezinski (Consejo de Relaciones Internacionales),por su parte, dejó sentadas en su obra “La Era Tecnotrónica” las bases para la sustitución del sistema internacional de Estados, por otro manejado por las CTN como rectoras de un soñado unimundo; y Sol Linowitz (Consejo de Relaciones Internacionales), que fuera directivo del Marine Midland Bank, en cuya casa de Nueva York (140 Broadway – Nueva York – 10015 – USA) se depositan los fondos destinados a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo provenientes de Amnesty Inernational (MI 6) y CELS, éstos últimos aportados por la Fundación Ford (CIA).

De acuerdo con estas premisas, las leyes serían dictadas a los gobiernos, que actuarían como agentes locales de la intrusión extranjera, según los intereses de las CTNs, y como no existe proyecto político sin proyecto cultural previo, la educación será también dirigida en el sentido de los intereses de dichas corporaciones, siguiendo la característica subordinación de la educación a todo sistema totalitario.

Dice Brzezinski en su libro: “…es posible que la mayor intervención de las empresas en educación favorezca la adaptación más rápida al proceso de enseñanza de técnicas y conocimientos científicos más modernos”.

Naturalmente, esto se logra por medio de una estrategia psicológica de aproximación indirecta, por medio de desinformación, saturación de consignas, adaptación a condiciones de deterioro moral progresivo, apatía ciudadana y fragmentación social. Al respecto, decía Don José Ortega y Gasset en “La España Invertebrada”, que es indispensable para la formación de una Nación, formular “un proyecto atractivo de vida en común”; su inexistencia permitirá el predominio de tendencias centrífugas o separatistas, como en el caso de catalanes y etarras en España.

Ahora bien, una clasificación divide a las operaciones de propaganda en:

a) objetivos de cohesión, y

b) objetivos de disgregación.

Teniendo estos últimos como fin, habrá que crear la enemistad dentro del “grupo blanco”, o distintos sectores de la sociedad, acentuando diferencias o quejas, impulsando intereses propios por sobre los de la Patria o el bien común.

Así se logra dividir para imperar, creando bandos que se aniquilen entre sí, en una estrategia sin tiempo, y sin mostrar el poder. En caso de no existir diferencias o quejas en una sociedad, nada más oportuno que inventarlas.

Y hablando de agentes locales, el 11 de octubre de 1978, la Inspección General de Personas Jurídicas aprobó, por Expediente N° 7271/61451, la creación del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI), firmando el acta fundacional Roberto Alemann (Ministro de Economía del Gral. Galtieri), José M. Dagnino Pastore (Ministro de Economía del Gral. Bignone), Oscar Camilión (Ministro de RR.EE. del Gral. Viola, luego Ministro de Defensa de Menem), Roque Carranza (Ministro de Defensa de Alfonsín), Jorge Wehbe (Ministro de Economía del Gral. Bignone).

También es miembro José Alfredo Martínez de Hoz, quien no necesita presentación; fue quien se ocupó de la más importante de las dos fases de un plan, la de destrucción de la economía nacional, cuya primera fase, el operativo de distracción, constituyó el accionar de la guerrilla terrorista. Pertenece al Grupo de los 30, al igual que Domingo F. Cavallo, recordamos, presidente del B.C.R.A. durante el gobierno del Gral. Bignone, Ministro de Economía de Menem y miembro de la Comisión Trilateral. También lo son: George Bush padre ( Consejo de Relaciones Internacionales), Bill Clinton (Consejo de Relaciones Internacionales – Comisión Trilateral), el Gral. Vernon Walters, quien participó, junto con el Gral. Alexander Haig, en las tratativas por el conflicto de Malvinas con Nicanor Costa Méndez (CARI), y Sir Henry Kissinger (Consejo de Relaciones Internacionales – Comisión Trilateral - Bilderberg).

El 18 de junio de 1982 tuvo lugar la reunión inaugural de Diálogo Interamericano, ONG de las Naciones Unidas, que elaboró el Proyecto Democracia, con la presencia de David Rockefeller y S. Linowitz, cuyos objetivos fueron: aceptar los dictámenes del FMI, las premisas del NOM, el fin de las soberanías nacionales y la promoción del malthusianismo. Participaron por Argentina: Raúl Alfonsín, los citados José M. Dagnino Pastore, Oscar Camilión y Octavio Bordón (CARI, Embajador en Washington del Sr. Kirchner). No sorprende, entonces, que la Ley Nacional de Educación quiera imponer dócilmente “la sociedad del conocimiento, la ciencia y la tecnología”, siguiendo casi literalmente el texto de Brzezinski, ni que se promueva “la plena participación de las leguas y de las culturas indígenas en el proceso de enseñanza y aprendizaje”.
Al respecto, es claro el Príncipe Felipe (“...el hombre es un accidente peligroso que perturba el equilibrio de la naturaleza, y por tanto se lo debe limitar o suprimir”, “Sydney Times”, 20 de junio de 1980) en su intención de mantener desocupados vastos territorios, y libres de todo desarrollo por medio de la acción de Desarrollo Sustentable (Business Action for Sustainable Develpment – BASD), cuya cabeza es Carlos, Príncipe de Gales. Al ser un plan global, el indigenismo no es aplicable sólo a nuestro país, sino, como lo proponía el Club de Roma, a todos los grandes espacios vacíos: Australia, Amazonia, Patagonia, los que “deben explotarse en beneficio dela humanidad”. Ya nacionalistas australianos han denunciado el plan que, con la excusa de los derechos de los indígenas, reserva los recursos naturales para la explotación monopólica por parte de las CTN.

Por eso no es raro que los mapuches tengan una representación en Liverpool y los wichís otra en Londres, ni que en nuestros gobiernos desde 1976, civiles o militares, radicales o justicialistas, revisten miembros del CARI, en general ministros de economía.

Luis Antonio Leyro

1 comentario:

Patricio Iglesias dijo...

Estimado Luis Antonio Leyro: Para ser sincero, hasta hace poco no sabía de la existencia de Cabildo, tan importante en los años '40, ni de su supervivencia en la actualidad. Su artículo es interesante en el sentido de que da una nueva visión de la realidad, aunque no coincido con algunos pasajes, en especial los de la interpretación de la Ley Nacional de educación.
Le felicito por ser continuador de una publicación casi centenaria y, así, colaborar con la diversidad de los medios gráficos en nuestro país.
Estaría profundamente agradecido con una respuesta suya a través de otro comentario.
Sin más se despide

Patricio Iglesias