jueves, 14 de noviembre de 2013

Envío: A la reina Máxima


PEDOFILIA NARANJA
  
  
Disimulada entre la música y los bailes, escondida en medio de lo que aparentaba ser la dulce fiesta naranja, subyacía otra Holanda. ¿Otra? Y sí, otra, y bien distinta de esas imágenes cordiales que mostraban las pantallas. El asunto no es nuevo, hace tiempo que los holandeses se presentan como una sociedad “progresista”. Y ya sabemos, que al amparo de esa palabrita mágica, se puede aceptar cualquier cosa. Pero en este caso, diseñaron una curiosa versión, ensamblando al progreso, con la aprobación legislativa y social de conductas que degradan a la condición humana.
 
Nadie ignora que los holandeses fueron progresistas en lo de la prostitución, la droga libre, el aborto, la eutanasia de los adultos y después de los niños, etc., pero parecería que, aún esa tremebunda demasía, les quedó chica y entonces avanzaron sobre la pedofilia, que a partir de ahora será un derecho más, a ejercer a la luz del día. Tal, la tristísima noticia que llega de una Corte de Apelaciones holandesa, que autorizó el libre funcionamiento de una asociación de pedófilos, por considerar “que no existe amenaza para la desintegración de la sociedad”.
 
A tal extremo llega el extravío de una sociedad en la que cada cual reclama “derechos”, aún los más absurdos y aberrantes, una suerte de igualitarismo absoluto, sin deberes, y donde parece que todos tienen derecho a todo, por el simple hecho de desearlo.
 
Muy pocos escritores como Dostoievski, pensaron la cuestión del hombre en el mundo moderno, penetrando en el problema del mal, del crimen y de la conciencia. Él sostiene que toda persona humana, tiene un valor absoluto, aún la más ínfima y hasta la más despreciable, posee un valor incondicional, que está dado por la inmortalidad del alma. Para el ruso la negación de ese valor absoluto, es lo mismo que negar al hombre mismo y como resultado de esa negación, el hombre se transformaría apenas en medio, o instrumento apto para cualquier deseo, o cualquier provecho.
 
Y no erraba Dostoievski si miramos lo que sucede hoy en el mundo y en esta Holanda naranja enemiga de Dios, donde de tumbo en tumbo moral, ahora llegaron hasta admitir legalmente la pedofilia. Legislar no sólo para despenalizar, sino para promover conductas capaces de lastimar grave y definitivamente a los niños, habla del clima asfixiante, humanamente hablando, que se vive en ese país.
 
Entendemos que la cosa sería más o menos así, los chicos holandeses, (los que no hayan sido abortados) podrán ser ultrajados y mancillados a gusto por los pedófilos que, protegidos por la ley, podrán agruparse, publicitar sus actividades, en suma aunar esfuerzos para difundir y consumar sus propósitos. No será que a fuerza de ir admitiendo como “naturales” los hechos menos dignos y para que ninguno se sienta discriminado u ofendido, llegamos hasta sacrificar a los niños y a reconocer como “natural” ese sacrificio pavoroso.
 
En contraste, debemos valorar la decisión de la Tate Gallery de Londres, que suspendió la exhibición de las obras de Graham Ovenden, un celebrado artista inglés de setenta años, al que un tribunal francés, encontró culpable de cuatro cargos de conducta indecente contra menores.
 
De acuerdo a la popular leyenda, el capitán de un barco holandés, en medio de la tempestad, pacta con el diablo y por eso es condenado a navegar sin descanso, sin rumbo y sin jamás tocar tierra. Es cierto que las leyendas son leyendas, pero que algo debe andar muy mal, en un país que no acierta a distinguir el bien del mal, llegando al extremo de establecer normas no solo para proteger, sino para auspiciar, a quienes van a degradar a sus niños, no parece cuento, ni leyenda, sino atroz triunfo del mismísimo demonio.
 
Miguel De Lorenzo
 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, si hay que dejar la tonta simpatia que por Holanda siente algunos.
Nacieron como enemigos de la Santa Fe y de España, esclavizaron pueblos en Sudafrica, y en Indonesia donde fueron mas crueles aun que los ingleses, lo cual es mucho decir.
Desde el siglo XX centro de todas las corrupciones, preferido por los crapulas de toda laya.
Sin embargo los bobos y las bobas, (como dicen ahora), creen que es un orgullo para la Argentina que una tilinga aprovechada haya logrado cazar al maricon del "rey".

Pehuen Cura.

Anónimo dijo...

Holanda está gobernada por degenerados desde que se fue de los Países Bajos el Duque de Alba. A los pocos holandeses decentes que quedaban los asesinaron o persiguieron en 1945 el hampa y la masonería.

Fernando José Ares

Anónimo dijo...

La payasada que tuvo lugar cuando la señorita Zorraguieta tuvo que excluir a su padre de su casamiento real porque este había formado parte (casi como personal de maestranza)del últiomo gobierno militar nos dice bien, que clase de clowns son estos holandeses, que somo se ve, además son siniestros.Lo único recomendable de Holanda es la salsa, un poco pesada, pero cmo dicen los pibes "muy grossa".
PACO LALANDA

Anónimo dijo...

¿QUIÉNES ESTÁN DETRÁS DE LA PEDOFILIA?

¿SERÁN SUS MISMOS "HERMANOS DE SANGRE" LOS QUE, A TRAVÉS DEl CINE, LA TV, LA INTERNET Y LAS REVISTAS, FOMENTAN Y POTENCIAN EL SEXO, LA DESNUDEZ Y LA GROSERÍA PARA CORROMPER Y PERVERTIR AL SER HUMANO? OBVIAMENTE QUE SÍ. BASTA CON COMPARAR LOS APELLIDOS DE UNOS Y OTROS.

Si el magnate "americano" Hugh Hefner causó -y causa- tanto daño con su inmunda revista "PLAYBOY", entonces, ¿cuánto mayor daño están causando los congéneres de éste que cuentan con medios más efectivos y letales como el Cine, la TV e Internet?

Es comprensible la degeneración y la descristianización de Holanda.

El criptohebraísmo jugó un papel crucial en Europa. Hoy, la Sinagoga de Satanás SOMETE al mundo con sus poderosísimos tentáculos: La Masonería, el Liberalismo, el Marxismo, el Sionismo, el "Sionismo Cristiano", la Democracia, la Prensa, la Radio, la TV, el Cine, la Banca, la Bolsa, la ONU, la UNICEF, el Club Bilderberg, la OTAN, la B´nai B´rith y demás Poderes Fácticos.

La BANDERA EUROPEA, con sus doce estrellas amarillas, representa el TRIUNFO de los enemigos de la Cristiandad.

Casi la totalidad de los europeos, bajo un audaz y sorprendente engaño, piensan que las doce estrellas pertenecen a los doce países que iniciaron la Comunidad Europea. La realidad es diferente. Las doce estrellas amarillas REPRESENTAN y HONRAN a las 12 tribus del bíblico Israel (Eretz Yisrael). ¡Qué tal!

¡¡¡POBRE MUNDO, LUEGO DEL PURIM DE 1945!!!

tomás dijo...

Si en Holanda sucede lo que está sucediendo es la lógica consecuencia de la descristianización total, lo cual a su vez es un producto del vaticano 2 y sus herejías.