jueves, 20 de abril de 2017

Recuerdos que emocionan



ADDENDA A LOS "RECUERDOS ILUSIONADOS” DEL CAMARADA MAGISTRAL ENRIQUE DÍAZ ARAUJO



Aclaro que como Veterano de Guerra ‒así consta en mi vieja LE y en mi actual DNI‒ debería estar en algún acto conmemorativo del 2 de Abril pero, en mi condición octogenaria y muy deteriorada, mi familia me impide afrontar condiciones climáticas malvineras e inestables que puedan llevarme a una tumba inexplicablemente expectante hasta ahora. Ya adentrándome en el asunto de este correo electrónico, debo aclarar también que, desde los tiempos de los seis números de “Vísperas”, en casa consideramos a “Cabildo” como una gracia de Dios y alimento espiritual, al igual que las lecciones que verbalmente y por escrito nos has dado siempre. Admiro y leo prolijamente ‒también‒ al Camarada Enrique Díaz Araujo aunque le reprocho la larga espera del Tomo IV de su muy formativa e informativa obra “La Guerrilla En Sus Libros”…



Dejando en claro que esta modesta “Addenda” no intenta ser una crítica ‒y, mucho menos, un reproche‒ a tan destacado historiador y Camarada, agrego algunas “remembranzas juveniles”, maduras y de Veterano ‒vetusto, cachuzo e inútil‒ a las muy interesantes que nos narró el Profesor. En su enjundiosa reseña del siglo anterior nacionalista, me gustaría agregar el recuerdo de quienes son los máximos dirigentes que tuvo nuestro Movimiento Nacional (se llamara así o no) y los que restauraron la enseñanza religiosa suprimida en las escuelas públicas por la nefasta Ley 1420. Quisiera aludir siquiera al My José W. Rosasco o al Tte Grl José Félix Uriburu (apodado “von Pepe” por sus seguidores civiles y militares) o, al menos al Grl Juan Bautista Molina que lo acompañó siempre hasta su muerte parisina y, luego, encabezó al Nacionalismo antes del final de la Segunda Guerra Mundial; también al Grl Silva embajador en Madrid como el otro, Radío, amigos del Generalísimo; al Cnl Camilo Gay, tío del también asesinado homónimo inmolado en Azul; al primer Grl Div Benjamín Menéndez (los otros, sobrinos e hijo fueron liberales o, peor, radicales); el Cnl Mendióroz y su hermano; el Grl Eduardo Molina y el Grl Buasso; el Cdro de la Vega; los Brig(s) Cayo Alsina, Estrella y Capellini; el bahiense (hijo del cónsul boliviano) Almirante Anaya que fatigaba a sus compañeritos del LMGSM con sus proyectos para recuperar Malvinas y logró convencer al aún niño Cadete Galtieri; y ‒con infinito respeto‒ al "Mono" José Luis Spinazzi, Tte 1ro que leía y difundía “Cabildo” y que cayó en un combate secundario para recuperar Monte Chingolo; antes, al Cap Fernando Cativa Tolosa, muerto en un combate marplatense contra terroristas; etc; etc; etc; que cubren desde el heroico comando malvinero Sarg Mario Antonio Cisnero hasta el Cap Roberto Máximo Chavarri ultimado junto al Subof Domínguez en el famoso palco de Ezeiza…



En mi adolescencia tuve el privilegio de acompañar a mi padre ‒bastantes veces, hablando poco y aprendiendo mucho‒ a las inmejorables tertulias que se reunían en Uruguay 725 casi Viamonte, CF. Era la casa que mi padre tuvo la suerte de conseguir para la precipitada mudanza desde la Biblioteca Nacional para su amigo ‒el dignísimo Director cesanteado por Perón, Dr. Gustavo Adolfo Martínez Zuviría ("Hugo Wast") y su familión‒ el autor del decreto y de la Ley de Enseñanza Religiosa optativa que lleva su nombre. Se reunían semanalmente con él sus colaboradores de aquella cristíada y patriada ‒José Ignacio Olmedo y Jordán Bruno Genta (¡¡¡nada menos!!!)‒ y su sucesor Óscar Ivanissevich a quien sus contertulios (inclusive mi padre) llamaban "Iván"… Así conocí a nuestro Mártir y decisivo Mentor, antes de los tiempos de “Combate”, publicación que dirigía mi amigo Felice. En ese círculo ‒para mí augusto‒ a veces permanecía mi inolvidable amigo Marcelo MZ ‒el menor de los hijos varones del dueño de casa, casado con la bella Celia Ortiz de Rosas (occisos en un accidente rutero)‒ a quien mi padre le pidió que me incorporara al Comando Civil que comandaba en 1955 (siendo su miembro más joven a mis 17 años y apresado tras un tiroteo)…



Al mencionar a algunos (muy pocos) nacionalistas Caídos, no puedo dejar de evocar e invocar a los sádicamente asesinados del Partido Fascista en Avellaneda, a los de ALN, Jefes de Fortines a órdenes de dos hermanos, N° 2 y N° 3 de Alianza, Juan Gabriel Puigbó ‒Jefe de Seccionales‒ y Raúl ‒Jefe del Interior‒ (éste mencionado por Díaz Araujo); a estos dos hermanos los dividió la ya existente “grieta” de 1946, al simpatizar con el peronismo Juan (el que sufrió más bajas por sicarios del P. Comunista) y ser antiperonista su hermano Raúl, pese a lo cual se trataron siempre con sincero afecto fraternal. Un hijo de Raúl es sacerdote; una nieta de Juan es nuera mía, madre de tres de mis 29 nietos…



Otro agregado que quisiera hacer es la de personas, lugares y cosas o episodios graciosos: Mi entrañable “Bebe” Goyeneche ‒el “Virrey”, nieto del Presidente oriental Idiarte Borda, otro Mártir que nadie canonizará‒ vivía en el sótano (muy bien arreglado) de Pueyrredón 1777, CF, casa familiar subdividida. Otro que residió en un sótano de la calle Melo fue Lucas Padilla Córdoba (quizá omitido en homenaje a la seriedad). El “Bebe” estaba casi siempre escoltado por su “Guardia de Ébano” constuida por los “Negros” Bogado y Blasco (Alejandro, no Armando). Una noche en que íbamos en el coche del primero por Pueyrredón, casi chocamos con un camión al llegar a Santa Fe. El “Bebe”, haciéndose el gracioso como solía, amenazó (y amenizó) al otro conductor: “¡Bellaco! ¡Te azotaré con mi bastón!”, logrando que el acompañante (con tono muy canyengue y tragándose las eses) le asesorara a su auriga estupefacto: “Ma sí, dejalo'… ¿No ve' que son estranjero'…?”



Al mentar directores de revistas, se debe recordar a Carlos Alberto Felice (el periódico “Combate” tan bien estudiado por Mario Caponnetto, yerno del verdadero autor Genta) y al añorado Camarada Marcos Gigena Ibarguren (de “El Fortín”, cuando estábamos prohibidos). Entre los sacerdotes de nuestra Causa se omitió a dos que frecuentaban mi mesa familiar: Fray Mario Pinto, O.P., y el Capellán Mayor Amancio González Paz, aparte del valiente Rector de Filosofía y Letras del Camarada Ottalagano, padre Raúl Sánchez Abelenda. Al recordar a nuestro Mártir “Bubby” Sacheri, se olvidó a su gran amigo y Mártir católico, el Ing Raúl Alberto Ámelong. Éste y los profesores Genta y Sacheri fueron asesinados por una pequeña escisión erpiana que terminó montonera (los pocos cordobeses que no participaron en los tres magnicidios); la banda metropolitana perpetradora fue aniquilada en 1977 por la PFA.



También hay que recordar a los egresados del secundario ‒y de UNES‒ que ‒desaparecida por largo tiempo la Alianza‒ decidimos fundar una nueva agrupación para mayores en el antiguo Fortín de Matheu 185 y, años después, en Tucumán 415, primer piso, sede de la UCN de Naya y Gutiérrez Herrero: se llamó “Tacuara” (como la revista unista) y algo dio que hablar; su Jefe (prontamente oculto) fue Luis Dem Harte y su Secr Grl ‒luego Jefe‒ fue Alberto Ignacio Ezcurra Uriburu, luego ejemplar sacerdote de la Iglesia de siempre. Entre los fundadores estaban su hermano Juan Antonio, Eduardo Rosa (hijo de “Pepe” y compañero del Newman mío), Jorge Gregorio Videla (Of PFA), otro Rodríguez (Of PPBA), el gran Camarada Horacio Bonfanti y su moto (uno de los pocos vehículos disponibles) y algún inconstante estudiante de Derecho (también cofundador del “SUD”). En Matheu oficiaba de centro de mesa un frasco de vidrio medio lleno de centavos moneda nacional para el que pudiera donar algo lo hiciera…



El “SUD” se fundó en 1956 sustituyendo a la Agrupación Nacionalista de Estudiantes de Derecho y también actuó bastante, incluyendo dos tomas de la FDCS en 1956 y en 1958; lo fundamos 14 varones y 5 mujeres (cuatro casadas con novios del Sindicato). Ya no están más los Dres. Guillermo Arbasetti y su mujer (Aurora) Shirley Sanz, tempranamente fallecidos; el Dr. Andrés Alfredo Cornejo, también casado con otra militante fundadora; mi Escribano Jorge Gerardo Juan (“Bubby”) Vast Salanouve, tambien casado con una Camarada del “SUD”, y el Dr. Rodolfo José Urtubey, ex Presidente del Tribunal Superior salteño, casado con su cofundadora del Sindicato y padres (entre otros 9) del actual Gobernador; también fallecieron mi Camarada falangista y compadre Dr. Manuel Barbón Rodríguez -egresado del “SUD” y Jefe de “Roja y Negra”, creación local reemplazante de la Sección Argentina de la Falange; mi Camarada y comadre María Ignacia Delfina Moyano Ymaz, hija del ex Ministro de Gobierno del asesinado “Gauchito” Lencinas en Mendoza y autor de la indispensable “Jurispruencia Argentina” (exiliado con mi padre en los felices tiempos yrigoyenistas), con lo cual se enumeraron las cinco fundadoras…



Del “Instituto” (ahora INIH “JMR”) cabe recordar al Brig French, excelente Presidente, a Óscar Denovi, a Juan Manuel Soaje Pinto, a José Luis Muñoz Azpiri (h) (el padre figura en el artículo ampliado) y a tantos otros ajenos a las pseudo “dorregadas pachoodónelicas” fingidas por los asaz ajetreados (para saquearnos) e ignaros K.



Para cuando Tata Dios me haga comparecer a Su inapelable Juicio, en mi escritorio tengo un fichero completo con nuestros Camaradas Caídos y con nuestros Fallecidos que deseo herede el Prof. Dr. Antonio Caponnetto (once años menor que su hermano Mario coetáneo mío) o quien él indique. Son realmente muchos los que podrían agregarse en los “Recuerdos ilusionados” de mi admirado historiador Don Enrique Díaz Araujo, laguna que intenté llenar un poco con estas líneas. Firmo sólo con iniciales por obvios motivos de elemental modestia y discreción. Mi saludo brazo en alto.

AMMM,
VGM y de la GCS

1 comentario:

CabildoAbierto dijo...

Tengo la alegría y la suerte de conocer a quien -casi estoy seguro- es el autor de estas líneas. Con su camisa azul bordada en rojo ayer y siempre nueva, su colección de material de la España Una, Grande y Libre y su generosa puerta siempre abierta a los camaradas, con su abrazo palma al cielo y a su lado, la amable sonrisa de su esposa, quien cumple años casi en las mismas fechas que el autor.
Vaya el pequeñísimo recuerdo de un asado nocturno, cuando al lado de la parrilla humeante, un sacerdote italiano, de rigurosa sotana negra y doctrina límpida, comenzó a cantar(nos) la "Salve Regina". Nada hasta ahí sería llamativo, salvo porque la música de la oración eran... los acordes marciales de un vibrante "Die fähne hoch".
Dios quiera que pueda volver alguna vez a darte un abrazo, entrañable y querido camarada, leal a todo lo divino y lo humano.
Aún te queda bastante tiempo aquí abajo para ejercitar la docencia.
Álvaro Manuel Varela.