sábado, 16 de mayo de 2009

Tránsfugas


SU LUGAR
EN EL MUNDO


Los okupas del poder, incorporaron piezas de recambio al aparato con el que desmontan las últimas fisonomías de la patria. Es sabido que en la zona franca K, hubo fisuras y fugas de los que entrevieron la magnitud de la catástrofe y optaron por dar un paso al costado.

Por cierto que debieron recurrir aún a los deshechos encontrados en los desarmaderos de la partidocracia, ahí nadie pregunta de dónde viene, ni se dan garantías. Tal vez este sea el requisito para pertenecer al mundo K, compartir la topografía sospechosa de la vizcachera, estéril grieta en la que la vida del país toma la forma de una guerra arbitraria y atroz.

En este sentido, para concretar la más reciente substitución utilizaron nada menos que a un ex coronel carapintada.

No faltarán algunos sorprendidos que idearán complicadas explicaciones; sin embargo, lo de esta gente hay que verlo aislado de connotaciones morales y aún ideológicas: se trata de dinero, no hay que buscar por otros caminos. En el fondo, como en las factorías, todo se arregla con plata; porque “el amo es siempre el dinero”, como decía Charles Péguy. Dinero de coimas, o del lavado que llegó de fondos de los jubilados y de las valijas, de la privatización del juego en manos de un “amigo” y de la facilitación del “negocio” de la droga: ahí están los ejes, en eso radica esa apoteosis del mal argentino, el kirchnerismo.

Por supuesto, con diversas coreografías, serán según la ocasión los derechos humanos, la redistribución de la riqueza y lo que con Rico apropiadamente llaman el modelo de acumulación.

Modelo económico de dos envolturas; por un lado está lo que se “acumula” en el país: se acumulan muertos —cada cuatro horas un asesinato en la provincia de Buenos Aires—, se acumula la ignorancia, se acumulan las 9300 muertes (evitables) de menores de un año, se acumula la corrupción, la injusticia social, la miseria, la persecución política, etc. etc.

Vale decir, que han pulverizado, como suele ser su costumbre, las banderas que enarbolaron. Les quedan todavía algunos payadores a cuerda y también socios inquietantes, agentes del peor capitalismo, situación que desnuda la falsedad, las obsesiones y las manías insaciables y contradictorias del ex presidente en el poder.

Es imposible negar que también existe otro modelo de acumulación, pero en este caso personal, que termina acumulando (groseramente) en los bolsillos de los K y sus amigos.

En una reciente entrevista, el ahora soldado de Cristóbal López, decía que allá en el Colegio Militar, entre sus primeros libros de filosofía, los preferidos eran de autores marxistas y que él había sido marxista y luego, “marxista nacional” (SIC).

El azar, algo ingrato, hizo que en esa misma época, coincidiéramos en ciertos cursos donde el entonces cadete refutaba encrespado las propuestas del materialismo. Y por supuesto que no estamos hablando de que no se pueda cambiar a lo largo de la vida: decimos que al mismo tiempo no se puede ir a cobrar por dos ventanillas, ni se pueden sostener simultáneamente ideas incompatibles o contradictorias.

A estas alturas sería difícil aventurar en cuál de las ocasiones trampeaba más el carapintada de Kunkel; de cualquier manera, por las razones que fueran, podríamos sospechar que acaso —por fin— haya encontrado su lugar en el mundo. En el mundo del dinero y de la corrupción: el agónico suburbio K, con su mitología sombría, cínica, putrefacta.

No obstante, todo haría pensar que no va a desentonar. Y aún entrevemos el exquisito análisis de “Página/12” cuando le ordenen encabezar con Rico. O en la foto junto a Verbitsky y Kunkel, encantadora imagen a la que tan bien cabe aquella línea de un personaje de Bioy Casares: “le costaba creer que la realidad se pareciera a una novela fantástica”.

Aunque, nobleza obliga, hay algo distinto al dinero que contribuye al incierto prodigio de amontonarlos y no intentamos ocultarlo más, es la simpatía la que los liga amorosamente. Como si el irresistible glamour del jefe K bajara en oleadas hacia los integrantes de la banda, generando el clima de amabilidad y armonía que todos percibimos.

Si hasta es fácil predecir que la altisonante abominación lanzada por madres y abuelas —las de los escándalos económicos y los cheques e indemnizaciones sin fondo— será olvidada en pocos días; una farsa más dentro de la extrema hipocresía en que chapotean.

El Coronel K, mientras tanto, cuenta con la bendición del jefe de la banda, y éste es un salvoconducto de oro, dicho esto en el más ajustado sentido de la palabra.

Al enterarse que debía compartir territorio con un carapintada, uno de los saltimbanquis de la partidocracia que traqueteó de Cavallo a Chávez, dijo —a propósito de la última adquisición K— que: “los ladrillos se hacen con bosta”, y aunque no podríamos precisar cuándo habrá visto ladrillos con estas características, casi nos veríamos forzados a creerle por dos razones: la primera, porque Rico no lo ha desmentido; y luego, porque D’Elía tan sólo opina de temas que le son propios.

Fue otro insigne mentiroso, Claude Levi Strauss, el que afirmó “el hombre no es más que una cosa entre las cosas”, donde claramente estaba señalando el mismo desprecio hacia la persona que el montonerismo kirchnerista y sus cómplices, quienes todos los días llevan a la practica la aún más aberrante propuesta del belga: “hay que resolver lo humano en lo no humano”.

Miguel De Lorenzo

viernes, 15 de mayo de 2009

Cartas que nunca se publican


AGUINIS, EDIPO…
Y KIRCHNER

S
r. Director de Perfil:


Tengo el agrado de dirigirme a Ud. para solicitarle que con el título de Aguinis y Edipo (II) publique lo siguiente:

En el reportaje a Marcos Aguinis del domingo 3 de mayo, el entrevistado emitió una serie de falsedades con relación a las tragedias tebanas de Sófocles. Un par de ellas -el inexistente diálogo entre Edipo y Creon, en Antígona, y la sucesión en el poder- fueron corregidas por el lector Javier Almarza en carta publicada el 10 de mayo.

Pero hay mucho más: en primer lugar, la desfiguración de Edipo, que no fue ningún tirano y que sirvió a Tebas durante su vida liberándola de la Esfinge y buscando el bien común. Y cuando aparecen la peste y los malestares en la ciudad averigua que su causa es un magnicidio impune, el asesinato del rey Layo. Edipo convoca al adivino Tiresias y después de atar muchos cabos llega a la verdad: el rey Layo era su padre. Había sin saberlo, como juguete del destino, matado a su padre y engendrado hijos con su madre. Lo primero, en defensa propia, enfrentando la prepotencia de la guardia real; lo último, ignorando que era su progenitora.

En segundo lugar, todas las mentiras acerca de la personalidad de Edipo: “no aceptaba opiniones diferentes, tenía pensamientos paranoicos acerca de quienes lo rodeaban, perseguía a quienes no comulgaban con su forma de regir el país. Y quería hacer todo lo que él consideraba que estaba bien y que lo satisfacía”. Todo esto es un invento nada serio para inspirar a algún dramaturgo a escribir: “Kichner rey”.

En tercer lugar, después de enterarse de lo que había hecho sin saberlo y de arrancarse los ojos, Edipo se exilia en Colono, donde recibe asilo de Teseo. Allí muere y como los dioses restauran lo que habían destruido, su tumba será fuente de bienes para quienes lo acogieran. La analogía con Kichner es absurda. Ojalá nos gobernara el noble Edipo.

Dr. Bernardino Montejano

POST-SCRIPTUM: La nota, finalmente, fue publicada en la edición del domingo 24 del diario “Perfil”.

jueves, 14 de mayo de 2009

Consagrar a Rusia


EL SIMBOLISMO
DEL NÚMERO 13

LA DOBLE MEDIACIÓN
DE MARÍA
Y
DEL SANTO PADRE


Interpretando la visión apocalíptica de la Mujer revestida del sol en el sentido de Fátima, se aclara una parte del mensaje que la Virgen dirige al mundo y que, hasta ahora, había permanecido un tanto velada: el simbolismo del número 13. ¿Por qué la Santísima Virgen María se apareció siempre el día 13, y no otro día del mes? Es imposible que se trate de una mera casualidad.

Una solución a este interrogante se encuentra en el libro del Apocalipsis. De la mencionada Mujer revestida del sol se dice que lleva una corona de doce estrellas. Las doce estrellas representan, según los exégetas de las Sagradas Escrituras, a los doce Apóstoles, sobre los cuales ha sido fundada la Santa Iglesia. En esta imagen de la Mujer convergen tanto María como la Iglesia. Empero, 13 es igual a 12 + 1. Es decir: María y los 12 Apóstoles de entre los cuales uno, San Pedro, era la cabeza como primer Papa, mientras que, por otra parte, María es la Reina de los Apóstoles. El 13 de octubre la Virgen María se aparece en Fátima adornada con 12 estrellas, es decir rodeada por los 12 Apóstoles, cuyos sucesores hoy en día son los obispos del mundo entero encabezados por el Papa. El número 13 entonces, llevado a nuestro tiempo, representaría a María junto al Papa y a los obispos. Este esbozo elemental nos orienta hacia lo medular del mensaje de Fátima: María ha venido para indicarnos el medio por el cual Rusia, que subyugada por el comunismo ateo llegó a ser el azote de Dios para la humanidad, puede ser salvada y convertida.

Esto será posible sólo por la doble mediación de María y del Papa en unión con sus obispos. Esta doble mediación será el instrumento que elevará y hará brillar nuevamente la Mariología, diluida en la actualidad por los errores del ecumenismo y del protestantismo, y también el medio que rectificará la Jerarquía Eclesiástica, actualmente minada en su estructura por la arremetida de una democracia y una colegialidad que van en contra del orden original establecido por su Divino Fundador, Jesucristo.

Asimismo, esta doble mediación será la fuente por la cual afluirán al mundo las gracias salvadoras en superabundancia. En el número 13 encontramos, entonces, un resumen simbólico del mensaje de Fátima, a la luz del Apocalipsis.

A modo de comprobación, algunos ejemplos que muestran claramente que Fátima está basada desde el principio en esta doble mediación de María y del Papa.

El 13 de junio de 1912, el Papa San Pío X recomienda una forma de devoción del primer sábado de mes muy similar a la pedida en Pontevedra y la enriquece con indulgencias diciendo: “Para fomentar la devoción a la Virgen Inmaculada y Madre de Dios María, y para reparar las ofensas que los ateos hacen a su nombre y a sus privilegios de gracia, concedemos a todos los fieles, bajo los requisitos habituales, una indulgencia plenaria el primer sábado de cada mes”. Exactamente cinco años más tarde, el 13 de junio de 1917, se aparece la Santísima Virgen en Fátima y, mostrando su Corazón torturado por los pecados de los hombres, pide que se establezca la devoción reparadora a su Corazón Inmaculado diciendo: “[Jesús] quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón”. En la siguiente aparición, el 13 de julio, anuncia que vendrá a pedir la comunión reparadora de los primeros sábados (lo cual hará al aparecerse a Sor Lucía, en Pontevedra, el 10 de diciembre de 1925). Así, la Madre de Dios, actuando a la par del Sumo Pontífice, confirma lo que el Santo Papa Pío X ha introducido poco antes como forma de devoción: María y el Papa obran al unísono.

El 13 de mayo de 1917, el día mismo de la primera aparición de Fátima, el Papa Benedicto XV ordena leer en todas las iglesias una carta apostólica, en la cual expone que la paz en el mundo es efecto del rezo del Santo Rosario. Esta carta también será leída en la parroquia de Fátima. Mientras que el Santo Padre se dirige así a la Reina de la Paz, a su Corazón Inmaculado y a la Mediadora de Todas las Gracias, la Virgen María, con su aparición en Fátima, viene a respaldar, de un modo nunca visto, la exhortación magisterial del Papa.

Otro ejemplo. Margherita Guarducci pudo reconstruir exactamente la fecha del martirio de San Pedro Apóstol, primer Papa: fue el 13 de octubre del año 64. Así, el 13 de octubre, día de la última aparición y gran milagro del sol, establece una profunda relación entre Pedro, Papa, y la Virgen María. Esta notoria concordancia sitúa de nuevo las apariciones de María Santísima en Fátima dentro de un contexto muy amplio y significativo. El 13 de octubre del año 64 significa, en su momento, una victoria del impío César Nerón. Pero a partir de esta victoria de las tinieblas, se produce la victoria luminosa del Papado, pues a través del martirio de San Pedro se arraiga la cátedra pontificia en Roma. De igual manera, se puede observar también hoy una cierta amenaza de las tinieblas contra el trono de San Pedro; sin embargo, se puede confiar en que esta humillación desembocará, de igual modo, en un gran triunfo del Papado.

La estrecha relación entre la fecha de la última aparición de Nuestra Señora en Fátima, el 13 de octubre, y la instauración, por deseo pontifical, del mes de octubre como Mes del Santo Rosario, señala una vez más esta “cooperación” entre María y el Papa, que llevará finalmente a la victoria. En efecto, la Santísima Virgen quiso demostrar su beneplácito ante el decreto de octubre, como Reina del Santo Rosario.

Encontramos así confirmadas las palabras del eminente teólogo de la Alemania del siglo XIX, Matthias Joseph Scheeben († 1888): “María y la Cátedra de Pedro están […] estrechamente unidos en el plan de Dios y en la historia de la Iglesia”. Aparecen unidos también en la aceptación y hasta el rechazo por parte de los hombres; así, por ejemplo, los protestantes no solamente niegan la autoridad del Vicario de Cristo, sino que también rechazan a María y su condición de maternal intercesora y Mediadora.

Las fechas de Fátima, elegidas por la Divina Providencia, amarran también relaciones muy precisas con los Papas, incluso con los pontífices marianos del siglo XIX. Esto se manifiesta, por ejemplo, en la vida del Beato Papa Pío IX. “El «Papa de la Inmaculada» nace 125 años antes de la primera aparición de Fátima, el 13 de mayo de 1792, […] y en el mismo día es bautizado como Giovanni María y consagrado en forma especial a la Madre de Dios. Así, toda la vida de este Papa de la Inmaculada transcurre bajo el signo de María […] Si se considera […] que luego de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción de María [el 8 de diciembre de 1854] […] el 8 de diciembre de 1869 inauguró el Concilio Vaticano I, en el que él mismo definirá la infalibilidad del Papa, se puede entender que ya en 1870 el gran teólogo de M. J. Scheeben haya visto singularmente encarnada en la persona de Pío IX la notoria relación entre el dogma de la Inmaculada Concepción de María, sedes sapientiæ, y el dogma de la Infalibilidad Papal, como cathedra sapientiæ”.(1) También las revelaciones del siglo XVI en Quito (hoy Ecuador), que han sido reconocidas por la Iglesia, predicen que el mismo Papa que definirá el dogma de la Inmaculada Concepción definirá también el de la Infalibilidad Papal.

El Papa León XIII, fervoroso promotor del rezo del Santo Rosario —escribió 15 encíclicas con cálidas recomendaciones para exhortar al rezo del Santo Rosario—, tuvo una visión en la cual se le mostró que Dios concedía al demonio un siglo para minar su Iglesia. Fue a raíz de esta aterradora visión que León XIII introdujo el rezo de las tres Avemarías y la oración a San Miguel Arcángel al final de la Santa Misa. Distintas fuentes señalan que esta famosa visión, que recuerda la visión del Tercer Secreto de Fátima, ocurrió un 13 de octubre.

Esta doble mediación, que se hace visible ya desde el comienzo de las apariciones de Fátima, continúa orgánicamente en la promesa de que Rusia se convertirá si el Papa la consagra al Inmaculado Corazón de María. La gran promesa celestial no podrá cumplirse ni sin María, ni sin el Papa. Si la Bienaventurada Virgen María quería iniciar y concluir victoriosamente su lucha sólo en conjunción con el Papa, entonces también es seguro que los frutos que Dios ha querido no sólo consistirán en una inmensa glorificación de María y en un confiado amor de los hombres hacia Ella (“Pero, finalmente, mi Corazón Inmaculado triunfará”), sino, paralelamente, en una verdadera glorificación del poder sobrenatural y de la autoridad del Santo Padre y en una gran confianza filial de toda la Cristiandad en el papado restaurado. Esta victoria lucirá tanto más, cuanto que la teología progresista busca rebajar tanto la condición de María como Mediadora de Todas las Gracias, como también la mediación sacerdotal del Papa como Vicario de Jesucristo y cabeza visible de la única verdadera Iglesia, fuera de la cual no hay salvación.

Sin embargo, esta victoria del Papado no tendrá mal entendidas características triunfalistas. No es triunfal el momento en que Jesucristo, luego de su resurrección, confiere la autoridad sobre toda su Iglesia a San Pedro Apóstol, ya que, a través de su triple pregunta, “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” (San Juan, 21, 15-17), le recuerda su triple negación. Así también, el gran triunfo del Papa vinculado al del Corazón Inmaculado de María, estará unido al recuerdo de faltas cometidas durante varias décadas. Por lo tanto, tendrá este triunfo, evidentemente, un carácter muy sobrenatural, que no permitirá ser confundido con presunción.

La beata Anna María Taigi, describiendo el Papado renovado y glorificado, durante e inmediatamente antes del tiempo de paz que seguirá a la gran prueba, habla de un Papa muy santo que renovará la Iglesia: “El Papa, elegido según el Corazón de Dios, será apoyado por Dios a través de inspiraciones muy especiales. Su nombre será honrado en el mundo entero y aplaudido por todos los pueblos. Es él el santo Papa escogido para resistir la tormenta. El brazo de Dios lo apoyará y lo defenderá contra los ateos, quienes serán humillados y avergonzados. Finalmente, poseerá el don de obrar milagros”. Se complementa este vaticinio con las visiones místicas de Bartholomäus Holzhauser quien, sobre Apoc. 14, 15 dice: “El ángel, que procede del Santuario […] es aquel santo y magno Papa que Dios en aquellos días […] suscitará”.

Hay aún más números simbólicos en relación con Fátima. El tiempo transcurrido desde la primera hasta la última aparición, o sea, desde el 13 de mayo a mediodía hasta el 13 de octubre a mediodía, es exactamente de 153 días. Ahora bien, 153 es también el número de Avemarías del Salterio, del Rosario completo con sus quince misterios. Este simbolismo es nuevamente una reafirmación de la petición de rezar el Rosario, lo que la Madre de Dios reiteró a todas sus apariciones. Así el Cielo confirió un misterioso sello a las apariciones de Fátima, lo cual los pequeños videntes jamás habrían podido inventar.

El número 153 se encuentra también en los Evangelios. Después de la resurrección de Cristo, ocurre la milagrosa pesca de San Pedro. Los Apóstoles no han pescado nada en toda la noche; pero, obedeciendo a Cristo, quien les dice: “Echad la red a la derecha del barco, y encontraréis”, logran inesperadamente una abundante pesca. San Juan Evangelista escribe: “Subió Simón Pedro [a la barca] y sacó a tierra la red, llena de 153 grandes peces” (San Juan, 21, 11). Se propone una interpretación profética con respecto al rezo del Santo Rosario: Pedro, es decir el Santo Padre, obedeciendo ciegamente a su Divino Maestro Jesús, mediante la confiada invocación a la Reina del Santo Rosario, hará un día de “pesca” absolutamente milagrosa.

Padre Gérard Mura
(Tomado de su libro: “Fátima Roma Moscú. La Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María aún está pendiente”, cap. V: El triunfo del Corazón Inmaculado de María)

(1) Holböck, Ferdinand: “Geführt von Maria”, Stein am Rhein 1987.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Conferencia


PRIMER CICLO DE
CONFERENCIAS
DE 2009

TEMA:
“LOS CLÁSICOS”

JUEVES
14 DE MAYO:
“SANTO TOMÁS Y LA CONCORDIA
ENTRE LA FE Y LA RAZÓN”


DISERTANTE:
DR. ANTONIO CAPONNETTO

LUGAR:
VIAMONTE 1596, PISO 1º
CIUDAD DE BUENOS AIRES

HORA:
19:00 EN PUNTO

AUSPICIA
CENTRO DE ESTUDIOS
“NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED”

Se agradece difundir

lunes, 11 de mayo de 2009

In memoriam


SALVAT:
GRATITUD POR SIEMPRE



Hace hoy un año que se nos murió don Ángel Luis Miguel Salvat. Poeta, cantor, catequista, hombre de campo, reciamente católico y profundamente argentino. Camarada de la primera y antigua hora, discípulo fiel de los mayores exponentes que tuvo el Nacionalismo en estas tierras.

No quisiéramos cerrar el doloroso capítulo de su despedida, sin decir dos palabras sobre lo que Salvat significó para nuestra Revista.

Miguel vendía la mayor cantidad de ejemplares en todo el país. Desde su San Rafael natal hacía circular por decenas y racimos los números que le alcanzábamos, y en no pocas ocasiones, cuando se quedaba corto, fotocopiaba notas o artículos para que nadie se quedara sin leer.

Iba Miguel conduciendo una bicicleta, de puerta en puerta, tras los comunes amigos; cuando no en su automóvil —gloriosamente desvencijado— al que llamaba, no sin motivos: Rocinante. Ambos medios “de locomoción” resultaban antiguallas, pidiendo antes un museo del transporte que una carretera. Pero Miguel los conducía con un señorío y una frescura tal, con un olvido tan sobrenatural de la tierra que pisaba, que verlo llegar era siempre una fiesta, la posibilidad misma de reír y cantar cristianamente.

Y Miguel pagaba prolijamente lo que vendía; que casi siempre salía de su bolsillo magnánimo, a la espera confiada de que el comprador, alguna vez , saldara su deuda. Y Miguel volvía semana tras semana a esas casas y parroquias vecinas, portador de buenos libros, de notas y recortes, de canciones puras, de ingenuidades niñas, de esperanzas acrisoladas. Y Miguel incansable, perseverante, obstinado, tenaz, eterno en el amor a la Verdad. Y Miguel… ¿Quién como Dios?

Lo que hizo por “Cabildo” fue el fruto de una convicción que lo acompañó toda su larga vida. La convicción heroica de que la Argentina sólo se salvará si en ella reinan Cristo y María Santísima. En consecuencia, veía como perentorio y coherente difundir todo aquel material que no renegara de la Realeza de Nuestro Señor y de su Santísima Madre. Todo aquel material bibliográfico que sostuviera el ideal de la Ciudad Católica. Solito con su alma, y a veces con su sombra, Salvat recorrió todo el pago sanrafaelino, consagrado a lo que alguna vez la Iglesia llamó el apostolado de la buena prensa. Tenía una ventaja para ejercitar tamaña tarea. La ventaja de su afabilidad gaucha, de su benevolencia inagotable, de su inocencia extraña al mundo, de su guitarra incorporada al cuero, casi una prolongación natural de su brazo.

Mientras vivió, y delante de testigos que no me dejarán mentir, dije seriamente que Miguel era un santo. ¿Quise o quiero abrir acaso alguna causa de beatificación? No; ¡para qué! ¿Para que lo confundan con Pironio, Angelelli y los palotinos? Sólo quise y quiero decir que muy pocas veces tuve la ocasión de conocer y de tratar a alguien a quien la gracia le quedaba a medida, como una pilcha. Alguien a quien la gracia le sentaba natural y fresca, como el vino cuyano, como el sol sobre los Andes, como el viento contra los ramajes verdes.

Ahora andará repartiendo “Cabildo” entre los coros angélicos. Turnándose para hacerles oír alguna zamba, un valsecito o cierta milonga flor. Acompañando las salmodias celestes con un silbido, un golpecito de mano o un punteo suave. ¡Vamos, Miguel! Anime esa fiesta con el sello de la criollidad hispánica y católica. Háganos un lugar, ya como dueño de casa, por si tenemos la suerte de compartir allí la última ronda del mate.

Antonio Caponnetto

Rogamos una oración por el alma de nuestro querido amigo.
Que su alma y la de todos los fieles difuntos,
por la misericordia de Dios,
descansen en paz.
Amén.

domingo, 10 de mayo de 2009

Lecturas dominicales


LOS PEDIDOS DE NUESTRA SEÑORA EN FÁTIMA

Deseamos dedicar este número y el siguiente al Mensaje de Nuestra Señora en Fátima, tanto durante como antes y después de las apariciones ocurridas entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. Nuestra intención es simplemente la de destacar los pedidos que la Santísima Virgen nos ha hecho en esta trascendental manifestación de su misericordia.

Primavera de 1916: Primera aparición del ángel de Portugal. El ángel arrodillado curvó la frente hasta el suelo y recitó la siguiente oración: “Dios mío, yo creo, adoro, espero y Os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Os aman”. Después de repetir tres veces esta oración, se irguió y dijo: “Orad así. Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras súplicas”.

Verano de 1916: Segunda aparición del ángel de Portugal. El ángel invita a los tres pequeños videntes a la oración y a aceptar el sufrimiento: “¿Qué hacéis? ¡Orad! ¡Orad mucho! Los Corazones de Jesús y María tienen sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente al Altísimo oraciones y sacrificios. De todo lo que pudiereis, ofreced un sacrificio al Señor en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores. Atraed así la paz sobre vuestra patria. Yo soy el Ángel de su guarda, el Ángel de Portugal. Sobre todo, aceptad y soportad con sumisión los sufrimientos que el Señor os envíe”.

Otoño de 1916: Tercera aparición del ángel. El ángel tiene en la mano izquierda un Cáliz; sobre el que aparece suspendida una Hostia, de la cual caen algunas gotas de Sangre que se juntan debajo en el cáliz. El ángel, dejando el Cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, se postró en tierra y recitó una plegaria a la Santísima Trinidad: “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María, Os pido la conversión de los pobres pecadores”. Luego con la Hostia Santa impartió la Comunión a la pequeña Lucía mientras a Jacinta y a Francisco les dio a beber la Sangre del cáliz, diciendo: “Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios”. De nuevo se postró en tierra y repitió tres veces la misma oración con los tres pequeños videntes.

13 de mayo de 1917: Primera aparición de Nuestra Señora, que dijo a los tres videntes: “¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera mandaros, en actos de reparación por los pecados con que es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores? Tendréis mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os confortará. Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra”.

13 de junio de 1917: Segunda aparición de Nuestra Señora. Dijo la Santísima Virgen: “Quiero que recéis el Rosario todos los días (…) A Jacinta y a Francisco los llevaré en breve al Cielo. Pero tú te quedarás acá algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace, prometo la salvación; estas almas serán predilectas de Dios, como flores colocadas por Mí en su trono (…) Yo nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hacia Dios”.

Durante la visión, en la palma abierta de la mano derecha de la Santísima Virgen los pastorcitos vieron un Corazón cercado de espinas que se clavaban en él; comprendieron que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, que quería reparación.

13 de julio de 1917: Tercera aparición de Nuestra Señora: “Quiero que continúen rezando el Rosario todos los días en honra de Nuestra Señora del Rosario para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella lo podrá obtener (…) Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, en especial siempre que hiciereis algún sacrificio: Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.
A esto siguió la primera parte del secreto, la visión del Infierno: “Visteis el infierno, adonde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado”.
Siguió la segunda parte del secreto: “Si hicieran lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejaren de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones contra la Iglesia y contra el Santo Padre. Para impedirlo, vendré para pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la comunión reparadora de los primeros cinco sábados de mes. Si se atendieren mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, Rusia esparcirá sus errores por todo el mundo, causando guerras y persecuciones contra la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas; por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre consagrará Rusia a Mí, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el Dogma de la Fe”.
Después de la tercera parte del secreto, la Santísima Virgen añadió: “Cuando recéis el Rosario, decid después de cada misterio: «Oh Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del Infierno, lleva al Cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia»”.

19 de agosto de 1917: Cuarta aparición de la Santísima Virgen, que dijo: “Quiero que continuéis rezando el Rosario todos los días (…) Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, pues van muchas almas al infierno por no haber quien se sacrifique y pida por ellas”.

13 de septiembre de 1917: Quinta aparición de Nuestra Señora: “Continúen rezando el Rosario a Nuestra Señora del Rosario, todos los días, para obtener el fin de la guerra (…) Dios está contento con vuestros sacrificios”.

13 de octubre de 1917: Sexta aparición de María Santísima. La Virgen María renovó el pedido de construir una Capilla en Cova de Iría, y luego agregó: “Yo soy la Señora del Rosario. Continúen rezando el Rosario todos los días. La guerra terminará pronto y los soldados podrán retornar a casa (…) No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido”.

En tan corto mensaje Nuestra Madre del Cielo menciona 10 veces a su Corazón Inmaculado; 7 veces se refiere al rezo del Santo Rosario, y en tres oportunidades lo hace en relación a Nuestra Señora del Rosario; en cuanto a los actos de adoración, de fe, de esperanza y caridad, alude a ellos 7 veces; sobre la oración habla 4 veces y 7 sobre los sacrificios; igualmente son 7 las referencias a la conversión de los pecadores y a la reparación de los pecados; finalmente, 2 veces habla de la conversión de Rusia y otras tantas de su consagración.

Estimado lector, tan apremiantes súplicas de Nuestra Señora no pueden quedar sin respuesta.

Jorge Mastroianni

Nota: Este artículo fue publicado en el boletín mensual “Signum Magnum”, nº 23, de octubre del año 2003.

sábado, 9 de mayo de 2009

Pasan los años y siguen igual


PASANDO LISTA

LAS MEZCOLANZAS DEL ARI

Una prueba de la desorientación y del aventurerismo que atraviesan la política argentina es, entre otras, la decisión de Carrió de poner en un puesto de privilegio en su lista de candidatos a diputados porteños al ex jefe de la Capital y ex funcionario de De la Rúa, Enrique Olivera.

Prescindiendo de la manía (y de la pereza intelectual) de nuestros analistas de colocar a éste o a aquél al centro, a la derecha o a la izquierda sin tomarse el trabajo de definirlos aunque sea por aproximación, admitamos que el que fuera alcalde de Buenos Aires es un hombre que difícilmente debería convivir con personajes tan siniestros como Marta Maffei, que va como senadora por el mismo partido por la provincia. Tal vez pequemos de ingenuidad al pretender aunque sea un mínimo de coherencia y de decencia al momento de producir acercamientos y alianzas, ya que entendemos que todo tiene un límite.


Y si nos pusiéramos en hermeneutas de la realidad podríamos advertir que la izquierda desde el ilegítimo poder que ejerce ha ido demasiado lejos y que la cansina sociedad argentina se está mostrando un tanto sorprendida y un tanto molesta y hasta defraudada por esta movilidad partidocrática que se inspira sólo por la repartija del botín.


Hace tiempo que el ARI, a pesar de la ferocidad discursiva de varios de sus integrantes, viene destiñendo su perfil progresista y contestatario y se sabe acomodar a las circunstancias de la polítiquería criolla. Lo cierto es que la incorporación a un partido que se vanagloriaba de su inclinación progresista de un hombre que llegó de la mano de un fracasado como el que fuera presidente de la Alianza, acredita la aceleración de la disolución radical. Y ya se sabe quiénes son los que están dispuestos a abandonar el barco que se hunde.


LOS INCORREGIBLES PERONISTAS

La disputa interna en el peronismo nos lleva a los que no participamos de ella sino como testigos involuntarios, a preguntarnos qué cosa es el peronismo y, por lo tanto, qué son y quiénes son los peronistas. Un interrogante que va más allá de una inquietud folclórica o de una preocupación sociológica.

Porque el hecho trágico es que, se presenten como se presentasen —divididos, mal pegados, con un programa de derecha o de izquierda, con planes estatistas o de libre mercado y cualquier etcétera posible— ganan. Tienen, por cierto, las ventajas de lo indefinible, que equivale a abrirse a todas las eventualidades y, consiguientemente, a todas las expectativas.


Todo aquel que no sea demasiado exigente ni intelectualmente serio, puede esperar algo, lo que sea, del peronismo triunfante. El único punto común que une sus retazos es un pragmatismo viscoso y relativista que le permite ser a la vez, por ejemplo, antiabortista y abortista, siempre con la misma adhesión indiferente del dirigente y del afiliado; a lo que hay que agregar un apetito nunca satisfecho como el del tiburón pero que, digámoslo en su ayuda, es compartido por todas las demás fracciones partidocráticas que pululan y pulularon y lo seguirán haciendo en nuestro territorio y a nuestra costa.


Por ahora lo que nos acucia es saber si el justicialismo partido que se presenta en la provincia de Buenos Aires, está aplicando una táctica para alzarse con las bancas en juego o está sufriendo en verdad una fractura. De ser así no apostamos a cómo continuará ni a cómo se resolverá, si es que alguna vez se soluciona (el peronismo tiene una capacidad enorme de engullirse sus propias contradicciones sin disolverse ni digerirlas definitivamente nunca) y menos aún creemos que esta confrontación —puesto que no va más allá de ese apetito constitutivo que mencionábamos— servirá para aclarar las posiciones ni las ideas. Lo que hemos de agradecerles a los dirigentes bonaerenses es que esta vez dejaron de lado su histrionismo funambulesco y se mostraron tal cual son: se pelean por los cargos y por los negocios.


Víctor Eduardo Ordóñez

Nota: Estos párrafos fueron escritos por nuestro querido amigo en julio de 2005. Si no fuera porque ya ha ido a formar la guardia sobre los luceros, podríamos asegurar que los acabó de hacer hace pocas horas.

viernes, 8 de mayo de 2009

Del Profeta de la Argentina


EL DOGMA DE LA
PSEUDO-IGLESIA


— Ahora yo solamente defiendo mi fe —gritó el cura cuando se apagó el vocerío—, contra la herejía más sutil que existe, la última herejía, dentro de cuyo caldo nacerá el Anticristo. Muchos de vosotros defendéis el ser histórico de esta nación, que habéis aprendido a amar, como Uriarte por ejemplo; otros defendéis o vengáis directamente vuestros bienes arrapiñados, que consideráis con razón requisito necesario de vuestra vida moral y racional; como por ejemplo el tagarote de Quiroga Quintana. Pero yo defiendo directamente la fe católica. Porque este democratismo que se nos impone a la vez con la mentira y la violencia, es una cosa religiosa, es el cristianismo de Cristo transformado en el cristianismo de Panchampla, adulterado, tergiversado, vaciado de todo su contenido; y rellenado por Juliano Félsenburgh de un contenido satánico.

—¡Obra de los judíos! —gritó uno; y un gong impuso silencio.

A la manera que la Iglesia dice: Extra Ecclesiam nulla salus, ahora esta Contra-Iglesia o mejor dicho Pseudo-Iglesia proclama: Fuera de la “democracia” no hay salvación. A los que no admitimos esta sublimación ilegítima de un sistema político en dogma religioso, nos llaman peralistas o nazis o cristóbales. El ser “nazi” corresponde a una nueva categoría de crimen, peor que el robo, el asesinato, el adulterio y cualquier delito común; no de balde a la policía que lo persigue llaman Sección Especial. En realidad, corresponde al delito que en otro tiempo se llamó “herejía”; por eso dije que este “liberalismo” triunfante ahora es una cosa religiosa: es una religión falsa, peor que el mahometismo. ¡Se nos quiere hacer creer que la guerra de Norteamérica contra Asia es una Cruzada, una “guerra santa”! Se ha inventado y puesto en acción contra nosotros una Inquisición mucho peor que la antigua, “diametralmente” peor —como sería por ejemplo la inversión sexual con respecto a la simple lujuria—. Se está repitiendo lo que pasó en Inglaterra en los siglos XVII y XVIII con la palabra “papista”, y con los que ella designaba, que eran los cristianos mejores, que fueron extirpados limpios del país en forma total: con la diferencia que ahora el proceso es mundial, y se esconde detrás de una hipocresía mucho más adelantada. ¡Nos matan en nombre de la libertad y en nombre de Cristo!

Toda esta persecución se hace en nombre del Cristianismo, del cual se han conservado los nombres vaciados y los ritos falsificados, llegándose hasta el fingir una adhesión zalamera y enteramente inefectiva al Sumo Pontífice de Roma. Se mantiene el aparato burocrático de las Curias y aún se fomenta su hipertrofia, pero todas las asisas sobre que el Cristianismo romano se asienta… como la independencia de la familia y la propiedad privada, la justicia social, el principio de legitimidad de los gobiernos, el control sobre los gobernantes, la decencia pública, la convivencia caritativa… la Ley en fin… todo eso ha sido aniquilado, de sobra lo sabéis, lo habéis sufrido en carne propia… haciendo al mismo tiempo mucho ruido con todas esas palabras. Se favorece al clero menos digno, en una diabólica selección al revés, y de hecho se ha creado un cisma en él, con el sencillísimo arbitrio de dar las sillas episcopales, no a los más dignos, que son los más doctos… no a los más inteligentes y espirituales, sino a los más políticos y puerilmente “piadosos”. Pero ¿a qué seguir? Todos lo conocéis por haberlo sufrido, mejor que yo. La adoración de Dios está siendo sustituída imperceptiblemente por la adoración del Hombre; y eso sin suprimir a Cristo, sino reduciéndolo súbdolamente a hombre. El misterio de iniquidad, que consiste en la inversión monstruosa del movimiento adoratorio de hacia el Creador en hacia la Creatura se ha verificado del modo más completo posible, sin suprimir uno solo de los dogmas cristianos, como la Virgen Madre, el Santísimo Sacramento, el Crucificado, solamente con convertirlos en “mitos”, es decir, en símbolos de lo divino que ES lo humano, como dijo el gran escritor español Unamurri… y yo mismo hace un momento, en otro sentido. De vosotros no sé; de mí sé decir que no hay descanso para mí, fuera de la muerte, mientras esta abominación subsista.

R.P. Leonardo Castellani, S.J.

Del libro “Su Majestad Dulcinea”,
cap. X, El sermón del Cura Loco,

escrito en 1946.


jueves, 7 de mayo de 2009

Hijos de España sois predilectos


EL CREDO
LEGIONARIO


El espíritu del legionario:

Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.

El espíritu de compañerismo:

Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

El espíritu de amistad:

De juramento entre cada dos hombres.

El espíritu de unión y socorro:

A la voz de “¡A mí la Legión!”, sea donde sea, acudirán todos y con razón o sin ella defenderán al legionario que pida auxilio.

El espíritu de marcha:

Jamás un legionario dirá que está cansado hasta caer reventado; será el cuerpo más veloz y resistente.

El espíritu de sufrimiento y dureza:

No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño, hará todos los trabajos, cavará, arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que se le mande.

El espíritu de acudir al fuego:

La Legión, desde el hombre solo hasta la Legión entera, acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.

El espíritu de disciplina:

Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.

El espíritu de combate:

La Legión pedirá siempre, siempre, combatir, sin turno, sin contar los días y los meses y los años.

El espíritu de la muerte:

El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece: lo más horrible es vivir siendo un cobarde.

La bandera de la Legión:

Será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios.

Todos los hombres legionarios:

Son bravos; cada nación tiene fama de bravura, aquí es preciso demostrar qué pueblo es más valiente.

José Millán Astray

miércoles, 6 de mayo de 2009

Conferencia


PRIMER
CICLO DE
CONFERENCIAS
DE 2009

TEMA:
“LOS CLÁSICOS”

JUEVES
7 DE MAYO:
“SAN AGUSTÍN Y LA CONVERSIÓN”

DISERTANTE:
DR. ANTONIO CAPONNETTO

LUGAR:
VIAMONTE 1596, PISO 1º
CIUDAD DE BUENOS AIRES

HORA:
19:00 EN PUNTO

AUSPICIA
CENTRO DE ESTUDIOS
“NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED”

Se agradece difundir