EL ANUNCIO DE GRABOIS
Le debemos a Juan Grabois la conmovedora
noticia. Él nos informa y no tenemos derecho a sospechar lo contrario, que
Cristina maduró.
La buena nueva, en cierto modo
nos estaría anunciado que Cristina finalmente alcanzó su pleno desarrollo, es
decir que estaría a punto.
Surgen naturalmente algunos
interrogantes, todavía no debidamente aclarados.
Ante todo que, durante más de una
década la persona que estaba, primero al lado del entonces presidente y luego
ella misma en la presidencia del país, y durante dos períodos, no era madura.
Superado el desconcierto inicial
que viene de la mano de tal información, es posible sostener que fuimos
gobernados –de alguna manera hay que llamar a ese tiempo– por cierta señora,
escasa en reflexión y dudosa en el análisis de sus actos.
Vistos esos años y sus
consecuencias con cierta perspectiva, es posible concluir que el dato de la no madurez,
que trae Grabois, acaso fuese correcto.
Alguno podría preguntar, de
acuerdo, pero que significa madurar en el diccionario Grabois.
Esta ya es una cuestión aún más
difícil, dado que el dirigente utiliza la misma base de datos de su jefe, el
Obispo de Roma, base que generalmente viene encriptada en clave neo marxista,
populista, masónica, prochina, y su lectura para los no iniciados en el difícil
arte del embrollo, y la ambigüedad, los deja en la más grande perplejidad.
Así que por el momento, tal vez
lo apropiado sea quedarnos con el dato de la madurez a secas.
Y como una posibilidad no remota,
indicaría que Cristina, ahora madura, pudiera ser nuevamente presidente de un
país, que contra viento y marea, sigue enamorado de sus rufianes, tal vez sea
durante el desarrollo de esa gestión, donde seguramente encontraríamos las
claves para comprender, que nos quería
decir Grabois.
Aunque para entonces, un punzante
olor a esclavitud enrarecerá el aire de la patria.
Miguel De Lorenzo
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