lunes, 12 de marzo de 2012

Internacionales

¿“INDIGNADOS”?
¿O MEROS SACRÍLEGOS?
  
  
A diferencia de los casos, por nimios y equívocos que parezcan, a los que pueda señalárseles la temible sospecha de antisemitismo, el agravio perpetrado contra templos e imágenes de nuestra fe ya no mosquea a nadie en el judaizante occidente ex-cristiano. Y si bien es sabido, como lo observó alguien hace ya casi un par de siglos, que “un pisotón sufrido por un judío en Varsovia repercute, levantando ayes y quejidos, aun al otro lado del Atlántico” —tan susceptible la judería, y tan dueña de los medios de divulgación— horroriza comprobar que poco y nada se publique sobre satánicas arremetidas como aquella que sufriera el pasado 15 de octubre la Iglesia de los Santos Mártires Marcelino y Pedro, en la mismísima Roma, a manos de manifestantes contra la crisis económica global.
  
Barajemos ese par de meditaciones que la ocasión impone, no nuevas pero necesarias de entonar. Y la primera, sobre el orbitalmente celebrado movimiento de los “indignados”. No se trata de los “humillados y ofendidos” de otrora, aquellos campesinos hambreados que la novelística rusa del decimonono nos retrata como una informe fuerza social que, pese a sus penurias, todavía puede refugiarse en su piedad ancestral y en el buen sentido. Acá lo que tenemos es la marea de las clases medias despojadas de sus vanas prerrogativas habituales, reas de una sensibilidad degenerada por el hedonismo de décadas que, comprobada la evanescencia de las promesas analgésicas del capitalismo tardío, ávidas de seguir prendidas a la teta hasta el sepulcro, atinan al fin a clamar su descontento. O sea: vastos contingentes cuya insensatez los vuelve dóciles a los ideólogos de la Revolución. No es cierto que les duela la inmoralidad de sus políticos, ni la injusticia social que —en virtud de las leyes intrínsecas de un sistema que es aberrante por donde se lo mire— viene cobrándose víctimas de a millones en toda la latitud del globo mucho antes de que éstos se indignaran. Penan, a lo más, al reconocer como inexorable la caída en el consumo de bienes superfluos, así como no penaron cuando se les quitó el Único Bien Necesario.
  
Entonces toman la iniciativa de levantar la voz. A los capitanes se los reconoce por sus insignias: el arete en el naso, en los belfos; el ombligo al descubierto —símbolo de la mirada voluntariamente parcial, monocular, ventral incluso—; las greñas aglutinadas por la mugre. Un conjunto que, al menos por lo sub-humano de sus manifestaciones, remite a aquella “marca de la bestia” de que nos habla la Escritura. Ni faltan, para mayor oprobio de unos y otros, aquellos vejetes inmaduros a sumarse a la comitiva presidida por niñatos. Porque se trata de jovencitos sin cultura, sin historia, que asumen —hundidos en la tribalidad más nuda— ese liderazgo que su natural les niega. Tanto ignoran las causas reales de esta repentina ruina que padecen, que podría suponerse más dotado de agilidad mental el tatú carreta, gravado y todo por su embarazosa armadura, que estos jóvenes libres que visten poco más que sus tatoos.
  
La segunda consideración nos llenaría de perplejidad, si no versara sobre cosas ya previstas. La llamada “burbuja financiera”, que a través de una inmoderada cesión del crédito produjo una revalorización compulsiva de los bienes de capital, deja afuera de la sociedad a los hombres no aptos para volverse meros agentes de la multiplicación del dinero, a aquellos que no saben complicarse en el vértigo de la cotidiana reproducción de la riqueza. La masa de los destinados a las tinieblas exteriores del régimen es siempre creciente a causa de la sofisticación también creciente de los mecanismos, y a causa de la tensión (ardua de sostener) que se crea entre lo real y su valor monetario. Esta turbulencia inherente al capitalismo es consecuencia del pecado de idolatría, es decir, debe entenderse como la incidencia de una causa espiritual en el comportamiento de los mercados. Y como esta turbulencia —crisis— frustra las aspiraciones de los más y provoca angustia, se resuelve a la postre en violencias de todo género.
  
Espasmos de violencia arbitraria, fusibles de un régimen “intrínsecamente perverso” son las múltiples formas de criminalidad en auge, incluso las legalizadas o en vías de legalizarse, como el aborto. Los nuestros son tiempos en los que el hombre, ansiando liberarse, se encadena trágicamente aún más, arrastrando a muchos con él.
  
En este marco tenebroso, la profanación gratuita de la Iglesia de los Santos Marcelino y Pedro cuando los reales destinatarios de la protesta eran los banqueros, nos remite a aquella que la historia eclesiástica retiene como la primera persecución, bajo Nerón. Arrasada Roma por las llamas, el déspota emperador dispuso aliviar el malhumor general y las sospechas hacia su persona habilitando alojamiento para los millares de damnificados por el fuego, entregando el trigo a tasas diferenciales e incluso regalándolo. Ninguna dádiva bastaba a satisfacer el deseo compensatorio de la plebe airada. Entonces fue cuando maquinó echarles la culpa del siniestro a los cristianos, con las sangrientas consecuencias ya conocidas: sólo así se aplacó el monstruo desbocado. Esta absurda y fatal imputación, reiterada en adelante como estribillo para explicar misteriosamente las malandanzas del imperium, fue la que motivó a San Agustín a redactar “La Ciudad de Dios”.
  
Nosotros podremos suponer factible y próxima la síntesis de liberalismo y colectivismo, cuando las tensiones sociales acumuladas amenacen con arderlo todo. Acaso entonces Pandora soltará el último de los males de su cofre: un régimen de consumismo tan barbárico y voraz, que se borrarán de hecho las fronteras de tuyo y mío. Un totalitarismo cual no lo hubo ni lo habrá, exigido a viva voz por la mayoría. Y aunque todos sean satisfechos, subsistirá la frustración, fruto de la idolatría. Y la persecución se cebará en aquellos “que todavía guarden los mandamientos de Dios y el testimonio de su Unigénito”.
  
Flavio Infante
  

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Flavio Infante acomete un tema miu complejo, con comprensible irritación, que en parte comparto absolutamente, pero a la vez, según mi modesto entender y experiencia, se mete en un tema en extremo complejo, para el que NO HAY SOLUCION. ¿ Quien dijo que en esta vida hay solución para todo y basta pensar y obrar bien ? No señor, ni Jesús lo dijo.
El capitalismo no es judío, aunque ellos dominan gran parte del capitalismo. Sin capital no hay trabajo, y si no hay trabajo, no hay vida, NI DIGNIDAD.
Suponemos que el estado facho puede encargarse, pero no, el estado facho es una joda peor que el capitalismo judío o casi.Morfan diez y el resto pica piedras. No va. Los capitalistas judíos exprmimen el orgbe y matan. No hay salida, se versee lo que se versee.
Además lc clase media, ya desde la ROMA INMORTAL se la viene alabando, pertenezco a ello y me ufano de ello...Discutir respecto de que es ubn bien superfluo, no tiene fin, pues hay que establecer tantos parámetros, que nunca alcanzan,Una licuadora puede ser un bien superfluo o la necesidad mas necesitada.Y así. NO HAY SOLUCIÓN, SALVO EL APOCALIPSIS.
pERO LO PRIMERO ES el laburo, sin laburo no hay ni Iglesias, esto es la tierra, el mundo que Dios creó, no una joda mental.Y en este mundo el que no consigue trabajo está semi-muerto. Lo único que mueve el trabajo son los mangos, ergo, los judíos tienen la manija, pero ellos no inventaron la guita.
La culpa la tiene...¿ Quien ?
CD

shl2008 dijo...

Estimado CD,
No termino de entender el hilo argumental de su mensaje. Por lo que entiendo, el catolicismo no condena al capitalismo, entendiéndose a este como la aplicación de capitales privados para la producción de bienes y servicios. En general, el capital en manos del Estado es poco efectivo y eficiente en la producción. Lo que sí se condena es el liberalismo económico, entendiéndose por tal la no intervención del Estado en las políticas y distintas fases de la producción privada, de manera tal que se permite el abuso por parte de los privados en dicho proceso, lo que generalmente deriva en el aprovechamiento de los más fuertes en perjuicio de los más débiles. Eso sí es condenable. Un cordial saludo, shl2008

Anónimo dijo...

shl2008
Tiene usted un pseudónimo de asteroide y si no me entiende es porque me he expresado defectuosamente, sin duda. Mi argumento es "burdo" , en crudo, y simplemente quiero decir que según mi modestisimo entender, NO HAY SALIDA, pues si bien es verdad todo lo que usted ha afirmado que dice nuestra Iglesia ( y que es lo mejor, no lo dudo) en la practica no sirve. Lamentablemente debemos darle la razón a B. Franklin, y que el estímulo está en la apetencia, pues nadie invierte si no hay estímulo sucio (avaricia, competencia, envidia, etc)Ese estímulo, nacido de un egoismo, tarde o temprano, termina mal, pues es un "mal nacido" y es lo que vemos, capitalismo que es degradación, enajenación del alma, perdida del sentido de las proporciones, consumo pervertido, etc. Pero no hay otra manera, o toleramos toda esta basura como podemos o si no, ENTEL, que es un ejemplo infantil pero emblemático, pedir un teléfono y que lo instalen 23 años después; capitalismo semijudío o la Cuba del criminal Fidel, es otro ejemplo. Lo que toca el estado, lo pudere casi al momento. Entonces, cuando el estado aplica sus "cirrectuvos y contrapesos" significa que beneficia a quien mas beneficia a los funcionarios de turno, todos en subasta pública desde los tiempos de Homero. Las alternativas son : o nos fusilan o nos cuelgan de un arbol.
Yo no dudo que forma parte integral de la CAIDA DEL HOMBRE esta imposibilidad de soluci+on para el drama (que lo es)humano de la subsistencia.
Esto da para mucho mas, desde ya, pero para mi es muy importante perder la esperanza desde el vamos, por lo menos en este punto.
Un saludo
CD

PD Descarto por supuesto, las salidas "artesanales" tipo M. Gandhi u otros similares.Sin producción gigantesca el mundo revienta. La industria es el motor del mundo.

Anónimo dijo...


muy buena esta enseñanza lo que pasa es que la iglesia modernista la tapó com mil kilos de tierra,
y sin la consagración de Rusia va a ser difícil que se retome esta hermosa doctrina, la verdadera Doctrina que nos hace libre.


https://www.ivoox.com/player_ej_4578890_4_1.html?c1=ff6600



LA SOCIEDAD CIVIL CRISTIANA

SEGÚN LA DOCTRINA DE LA IGLESIA ROMANA

Texto de enseñanza moral para la juventud

Ilmo. Sr. Dr. PEDRO SCHUMACHER

Obispo de Portoviejo

https://radiocristiandad.wordpress.com/2014/07/26/especiales-de-cristiandad-con-el-p-juan-carlos-ceriani-julio-2014/

Anónimo dijo...

capitalismo si
liberalismo NO