En el Boletín de la Presidencia de la Nación que se publica con el rótulo de “Página/12”, en la edición del 20 de febrero de 2009 luce a fs. 2/3 un artículo del polígrafo Horacio Verbitsky, tan farragoso y duro de leer como todos los suyos. Se refiere al caso del Obispo Richard Williamson y en medio de los habituales argumentos de la izquierda se tropieza uno, de pronto, con un párrafo que comienza recordando que en Alemania (y muchos otros países) negar el holocausto es un delito y luego agrega: “en la Argentina el INADI prepara un proyecto similar que penaría con un mínimo de un mes y un máximo de dos años de prisión la negación del holocausto, del genocidio armenio y del terrorismo de Estado en el país. Ese texto, que instituye el delito de opinión y limita la libertad de expresión no fue ordenado por el Poder Ejecutivo”. Y a otra cosa.
Yo confieso que me corrió un frío por la espalda cuando leí esto. ¿Temor a que me apliquen la nueva ley, ya que soy un contumaz negador de los números imaginarios de dos de las tres verdades que tendrían protección legislativa?
No, ya tengo la edad de un arresto domiciliario, en cuyo caso no cambiaría demasiado mi vida actual.
El escalofrío es porque sentí pasar a mi lado los corceles verdes del Nuevo estado Totalitario y de la Hipocresía más extrema. Bichos repugnantes que van a dominar el mundo en breve plazo.
Veamos: si el proyecto del INADI se aprobara, quedaría ipso facto prohibido discutir la mitológica cifra de treinta mil desaparecidos o denunciar la inclusión en la mucho más modesta cifra que dio la CO.NA. DEP. de personajes fusilados por los propios guerrilleros, como denunció y probó la revista “B 1”. Así se construye el Estado Democrático Totalitario del Siglo XXI, con la ley positiva desatada de todo vínculo con algo superior y convertida en instrumento de opresión.
Pero peor todavía es la radiografía de los servidores del Leviatán que dibuja el párrafo de Verbitsky. Todo periodista sabe muy bien la diferencia entre una noticia y una campaña de prensa. Lo primero es la comunicación de un hecho o de una opinión. Lo segundo es cuando esa noticia u opinión se convierte en tema al que se vuelve siempre y se lo mantiene vivo mediante la alusión ininterrumpida. Hay grandes campañas —temas permanentes— como por ejemplo lo referido a la discriminación y la represión (los dos pecados sin perdón del siglo XX) y pequeños temas que se reflejan en alusiones esporádicas.
Verbitsky es demasiado zorro como para omitir una declaración de principios como la que he transcripto. Entonces se obliga a informarnos lo que todos sabemos: es decir que el proyecto del INADI y todas las leyes vigentes que prohíben negar el holocausto “instituyen el delito de opinión y limitan la libertad de expresión”. ¡Bravo, Horacio, ya lo dijiste! No te olvides de aclarar que el Poder Ejecutivo no tiene nada que ver con esa iniciativa. No es cosa de morder la mano que nos da de comer.
Pero, eso sí, en esas líneas trascriptas comienza y termina la intervención del conocido periodista. Eso es todo. Ese grito que parece salir de una conciencia y una vergüenza residuales pero que responde a un cálculo muy meditado. Tirar la piedra y esconder la mano.
Porque, ojo, que en este caso no se trata de denunciar que Biolcati tiene mal aliento o Solá va a un boliche de strippers. Estamos hablando de la Gran Libertad que permite que pululen las publicaciones pornográficas y zurdas y que cuanto hay bajo el cielo esté sometido a las opiniones de esos publicistas. En semejante tema, el mitológico “perro” se limita a dejar sentada su opinión y… ¡adelante! No habrá campaña alguna de prensa, ni protestas públicas propiciadas y alentadas por los medios, nada tendrán que decir —como no sea a favor del proyecto del INADI— ni las Madres, ni los Hijos, ni los Nietos. Toda la protesta se limitará a estas dos líneas de Verbitsky y cuando salga la ley habrá que acatarla y cumplirla. Ya nos enseñó Kelsen que ley es todo papel con letras de molde que tenga la firma promulgatoria de un Presidente. O de una Presidenta.
ALERTA ROJO
Leo con frecuencia —y con provecho— el novel diario “Crítica de la Argentina”. Como ya he dicho en esta sección, Lanata descubrió un “nicho” vacante: el del zurdaje porteño que no los traga a los K, gente que había dejado de consumir “Página/12”, harta de su oficialismo vergonzante. A eso le agregó la fórmula de “Play Boy”, artículos progres junto a señoritas con la menor cantidad de ropa posible, satisfaciendo así de un solo saque las apetencias políticas y sexuales de su público. Y una tercera dimensión: la estructura más de una revista que de un diario, con largas notas sin fecha y un cuento diario. Es lo que consume el zurdaje intelectual.
Uno de los muchos inconvenientes de esa fórmula aplicada a un diario es que necesita tapas —y contenido— escandalosos y aunque el mundo actual es generoso proveedor de tal materia prima, a cada rato los dejan sin material para la tapa y hay que inventar cualquier cosa. Lo mismo le pasaba a Lanata cuando aplicó la misma formula en su revistita “Veintiuno/Veintitrés” y en alguna ocasión le hicimos notar, en esta combativa sección, lo ridículo de sus esfuerzos.
Ahora cae bajo nuestra censura la página 25 de la edición del 28 de febrero pasado en la cual se nos informa con grandes titulares que alguien “tiene una vaca lechera y fascista”. Leemos preocupados la noticia y nos enteramos de que en una publicidad de Sancor aparece un chivo leyendo un libro sentado en un sillón al lado de una biblioteca en cuyo estante inferior se ve… ¡horror! “¡el Supremo Arquitecto me asista!” (como escribió Juan Luis Gallardo)… ¡nada menos que una esvástica! Es lógico que hayan sonado todas las alarmas y que se decrete un alerta rojo.
Pues bien, esa noticia, con ilustración a cuatro columnas llena casi toda una página y culmina cuando nos informa que el terrible hecho denunciado “desató una polémica y puso en funcionamiento una larga cadena de acusaciones y disculpas” en la que intervino, como es lógico la Delegación de Asociaciones Israelitas de la Argentina.
¿No te parece formidable, amigo lector? ¿No te dan ganas de gritar como cuando en tu niñez jugabas a la escondida “¡piedra libre para Israel que quiere esconder a las mujeres y niños palestinos asesinados tras la transparente cortina de un chivo lector y su esvástica!”?
Aníbal D'Ángelo Rodríguez
2 comentarios:
Sombrío y pavoroso futuro es el que acertadamente nos pinta el autor, bajo la férula del Nuevo Orden Mundial.
Nueovo Orden que no se agota en lo político, para que sus pretensiones de dominio absoluto del mundo se concreten necesita darle un contenido espiritual, religioso, a su nefasto proyecto.
Así habrá un Código Penal que reprimirá a todos los que tengan una opinión diferente y una novísima religión que sacralizará la democracia, el ecumenismo, el Gobierno Mundial y tendrá como Dogma de Fe el Holocausto.
Todo lo que se oponga a esto, aunque tenga dos mil años de antigüedad, será anatema y el reo deberá retractarse. No lo entregarán al brazo secular porque no hará falta, con todo eso lo habrán señalado publicamente. No necesitan arrojarlo a las fieras, las fieras vienen solas.
Tiene mucha razon, don Anibal. Es más, si seguimos dando vuelta y paveando, los Kirchner, junto con los Verbtskis y otros "criollos" se van a recomponer, van a mandarse un fraude en el 2011 y todas estas cosas y peores se van a hacer realidad.
Atentos que el enemigo es poderoso y cruel.
Publicar un comentario