13 de marzo
Siempre fue
faro prístino y certero;
el
argumento ante el cual rendirse;
el recurso
de aquel que está por irse
a rendir su
alma ante el Juez postrero.
Fue altar
sacro del culto verdadero
a Aquel que
nunca habrá de extinguirse
y el sueño
de un cielo por abrirse
que Pedro
custodiaba, arcabucero.
Todo
cambió. Hoy sus preocupaciones
la
absorbieron, la tienen atareada:
nuevas
presencias imponen condiciones.
La Sede
parece estar sedada.
Las colinas
ven pasar legiones.
¿Es posible
que Roma está ocupada?
Álvaro M. Varela
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