miércoles, 12 de octubre de 2011

Mirando pasar los hechos

ANTISEMITISMO POR ENCARGO
            
APARTHEID
    
A instancias de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) acaba de producir un informe sobre el antisemitismo local. Y el diario “La Nación” (cfr. 7 de octubre de 2011) recogió las conclusiones con la alarma expresada desde el título de su editorial: “El fantasma de la discriminación”.     
                                                    
Acompaña al  comentario sobre el apartheid local, la contrapartida de las contribuciones benéficas de la colectividad judía, pero con omisión de notables aportes que también corresponde justipreciar. Por de pronto a partir de la actualidad en que, a pesar de la segregación denunciada, gobierna una Presidenta del origen racial supuestamente amenazado. Acompañada por su canciller judío, por gobernadores y funcionarios de idéntica progenie. Con magistrados judiciales como el émulo del Sanedrín, que esgrimiera la espada de los derechos humanos para castigar delitos de “lesa humanidad” ajenos a la legislación argentina, mereciendo el galardón de la B’nai B`rith.  También en otras áreas, vinculadas al auxilio de los pobres, han figurado los dos hermanos cobijados por las Madres de la Plaza de Mayo, aunque resbalaran catastróficamente. En la economía y los negocios públicos o particulares, la enumeración de exitosos protagonismos ocuparía extensos tomos; hasta llegar a inmensas heredades y empresas legendarias que llegaron a facturar ganancias fabulosas. Sumándose a todo, la gestión de altos funcionarios en años recientes, que contribuyeron al cambio de la Constitución del ‘53, para despojarla de vestigios confesionales. Como también la abolición de la enseñanza católica en Catamarca, precisamente por reclamo de la DAIA;  y el destierro de la vieja bandera tucumana donde figuraba una Cruz. O, más cerca, la reforma del sistema educativo por un destacado Ministro del mismo origen. Con afirmación del laicismo y  la moderna instrucción sexual de técnicas explícitas con amplias perspectivas de género.
                                           
Tamaña barahúnda obliga a releer el artículo de marras buscando una mayor aclaración de las ideas. Pero al contrario, la confusión resulta  más profundizada. Por algo increíble… al constatar que el matutino, en una parte de la entrega, tras aludir al “Holocausto” recuerda la deuda social (sic) “que el Estado argentino aún no ha saldado” por los ataques a la embajada de Israel y la AMIA. Vale decir, que no sólo se culparía al Estado argentino (lo que ya es una enormidad) sino también a todos los conciudadanos, involucrándolos en la responsabilidad por toques criminosos de lesa humanidad. Para más, sobre un tema tan turbio y lleno de sospechas, que en su momento suscitó agudas clarificaciones y severas críticas de honrosos miembros de la comunidad judía.
            
MORDACIDAD
     
Todo en fin, refleja un insólito sarcasmo. Porque si hay un sitio en el mundo donde los judíos se sienten absolutamente seguros y prósperos dueños, se encuentra en la República Argentina. Valga para ello la relevancia de significativos nombres. Wilhelm, Ezquenazi, Werthein, Elztain, Mindlin, Aguinis, Grobocopatel, Kunkel, Verbitsky, Capitanich, Alperovich, Fellner, Larcher, Manusovich, Scioli. Imposible aquí, olvidar que el Domingo 3 de julio de 2005 el mismo diario “La Nación” publicaba una nota espectacular, que de por sí representa el contundente mentís a toda la fábula que inspira el revuelo actual: “EDUARDO ELSZTAIN: EL DUEÑO DE LA TIERRA”. Referido al joven propietario de casi todos los shopping centers porteños, cercano a Soros  y princial accionista del Banco Hipotecario. Constructor de un verdadero imperio inmobiliario, que incluye los principales shoppings de Buenos Aires (Alto Palermo, Patio Bullrich, Paseo Alcorta, Design Center y Abasto), campos ganaderos y agrícolas en todo el país (agrupados bajo la empresa Cesud), hoteles de lujo (Llao-Llao, Intercontinental y Sheraton Libertador) y varios edificios emblemáticos, como el Rulero de Retiro, el Laminar Plaza de Catalinas y su última adquisición, la torre de Microsoft. Dueño de gran parte de Puerto Madero y de barrios privados de lujo, hace unos años concretó la compra de una estancia en la península Quetrihué —sobre el Lago Nahuel Huapi— que comienza en Villa La Angostura y en cuyo extremo se encuentra el Bosque de Arrayanes. De su bolsillo financia a varias instituciones judías, como colegios, sinagogas y comedores. Además, preside la filial argentina de la prestigiosa fundación internacional Hiller. Desde hace un tiempo, concluye la célebre nota, el empresario observante de los preceptos del rito judío comenzó a usar a toda hora y en todo lugar la tradicional kipá. Conviene subrayar que todo esto figura textualmente en la sección Enfoques del ejemplar señalado.
                   
COLOFÓN
                    
Como broche positivo,  el rabino Sergio Bergman —legislador electo de la ciudad de Buenos Aires— con su conocida elocuencia se presentó en estos días por televisión, mostrando en sí mismo la contraprueba del antisemitismo elucubrado por la UBA y la DAIA. Pero el dato negativo sigue siendo que el influyente diario fundado por Bartolomé Mitre, haya recogido una gravísima imputación contra el país. Tan luego de la susodicha Universidad y de una institución como la DAIA, caracterizada por sus fobias y deslizamientos calumniosos.*
           
Casimiro Conasco
Octubre de 2011
                       
*  Frente al consiguiente reclamo de las autoridades religiosas catamarqueñas —por la supresión de la enseñanza religiosa y la discriminación contra la mayoría católica— el presidente de la DAIA juzgó que los términos “se acercaban peligrosamente al antisemitismo”. Y dos caracterizados rabinos acusaron la aparición del fantasma racista, con elementos susceptibles de generar actitudes persecutorias contra la comunidad judía.   
           

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo de la abolición de la Cruz en la bandera de Tucumán revela el nivel de Cristofobia que padecen los dirigentes de la comunidad judía y el nivel de abyección y envilecimiento de los cristianos, laicos y clérigos, argentinos.

Con similares groseros argumentos la colectividad judía debería pedir que el Estado de Israel quitara la Estrella de David de su enseña nacional ya que esta no representa a los musulmanes y cristianos nacidos en su territorio.

También espero que esos dirigentes realicen una enérgica gestión ante el gobierno de Gran Bretaña que tiene en su bandera las cruces de San Jorge y San Andrés, que deberán ofender, siguiendo su lógica, a los judíos ingleses. Igualmente con los gobiernos de Grecia, Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia, entre otros.

Sinceramente no creo que tengan la misma suerte. Se necesita un país bananero y en harapos ético-morales como la Argentina Democrática, Sodomítica y Ecuménica para lograr tal despropósito. Un pueblo sano y un clero ídem, no lo permitirían jamás. Los nuestros están gravemente enfermos.
Fernando José Ares