Y DE LA ESPADA
sin la espada la ley se desbarata.
Es inútil la espada que se embota
y es inútil la ley que no se acata.
Pero ocurre que leyes sin Justicia
dañan más que una espada alborotada.
Y, dicho sea de paso, la codicia
ha de ser por la espada sofrenada.
La espada por la ley sea respetada;
sepa la espada respetar la ley:
una, justa será; la otra, afilada.
Y reunidas en forma concertada
bajo el cetro simbólico del rey,
rijan por fin las leyes y la espada.
Juan Luis Gallardo
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