Delante de la cruz, los ojos míos
quédenseme, Señor, así mirando
y sin ellos quererlo estén llorando
porque pecaron mucho y están fríos.
Y estos labios que dicen mis desvíos,
quédenseme, Señor, así cantando,
y sin ellos querer estén rezando
porque pecaron mucho y son impíos.
Y así con la mirada en vos prendida,
y así con la palabra prisionera,
como a la carne a vuestra cruz asida
quédeseme, Señor, el alma entera:
así, clavada en vuestra cruz mi vida,
Señor, así, cuando queráis me muera.
Rafael Sánchez Mazas
2 comentarios:
hermosa poesia che, un gusto pasar por aca...
una poesia de un poeta falangista
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