domingo, 11 de noviembre de 2012

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UN CAPÍTULO MÁS
DE “LA IGLESIA TRAICIONADA”
  
Finalmente, y como estaba previsto, el pasado 11 de octubre, en el auditorio Juan Pablo II de la UCA, las máximas autoridades de la misma, le han entregado el Doctorado Honoris Causa al Rabino Abraham Skorka. Se hallaban presentes en la ceremonia el Predicador Pontificio y el Nuncio Apostólico, testigos inequívocos ambos del aval que a tal acto se le daba directamente desde Roma.
  
Evitemos los circunloquios, porque los registros fílmicos y auditivos de lo sucedido, que hemos analizado, nos obligan a ser directos en nuestros juicios (1). Humanamente hablando, lo que se ejecutó ese día fue un hecho inicuo, consumado bajo el sello de la obsecuencia servil al judaísmo, de la adulación rastrera a la Sinagoga, del vasallaje envilecedor al Sanedrín, de la horribilísima abdicación ante el poder de Israel.
  
Si el prolongado y sensual abrazo entre el homenajeado y Bergoglio sirven de símbolo a la fiera felonía, no resulta menos simbólico el comportamiento del rebaño que presidía o secundaba la fiesta, abyectamente presto a lisonjear con aplausos al circunciso, cada vez que de su boca salían las más insolentes o insólitas afirmaciones.
  
Religiosamente hablando, en cambio, lo que se ejecutó ese día fue un hecho aún más trágico, que no puede pasar sin registro y sin protesta. Quedó fundada oficial, pública e institucionalmente en nuestra patria, la herejía judeo-católica, cuya impune existencia tiene ya larga data. De mentar a sus servidores y capitostes se ocupó el mismo hebreo, al dar gracias por tal coyunda a Mejía, Braun, Karlic, Rivas, Poli y el precitado Bergoglio, amén del rector Víctor Manuel Fernández, quien insiste en hacerse llamar Tucho, para que su ridículo apodo coincida con su condición intelectual y moral.
  
La nueva herejía, como cualquiera de pasados tiempos, se exhibió impúdicamente con gestos y palabras difícilmente exentos del calificativo de blasfemos. Cristo fue el Gran Ausente y a la par el Gran Traicionado. Y para que el sacrilegio fuera completo, la herética pravedad sentó sus reales en una casa de estudios que fuera alguna vez, en sus honrosos inicios, baluarte de la ortodoxia. Sin embargo y por lo que sabemos, hasta ahora no hubo voces eclesiales en disidencia manifiesta.
  
Si tuviéramos que remitirnos a las palabras dichas por el homenajeado (y dichas, ya no sin el don de la elocuencia, sino siquiera sin la prolijidad mínima de quien posee el hábito docente, cfr. http://www.aica.org/3625-la-uca-otorgo-el-doctorado-honoris-causa-al-rabino-abraham.html ), esa noche se le rindió honores públicos:
  
1º) a quien exaltó “el ideal profundo del movimiento sionista”, callando su historial de crímenes horrendos, de terrorismos sistemáticos, de posiciones racistas, de avasallamientos a las soberanías de otros estados, sin excluir la del propio Estado Argentino, coto de caza declarado como tal por Teodoro Herzl desde 1896, cuando escribió El Estado Judío. El historial homicida del movimiento sionista, y su consiguiente rechazo, es un hecho reconocido hoy aún por algunos judíos prominentes, como los que integran la International Jewish Anti-Zionist Network. Pero ni Skorka ni sus genuflexos glorificadores parecen estar anoticiados.
  
2º) a quien ofendió gravemente a la Iglesia, acusándola de antisemita, y sosteniendo expresamente que el antisemitismo nacional-socialista “tuvo raíces en la teología que se fue desarrollando en la Iglesia Católica”; ocultando así, burdamente, las diferencias doctrinales entre la Cátedra de Pedro y los ideólogos del Neo-paganismo, las verdaderas raíces teologales de la enemistad cristiano-israelita, y las pesadas culpas judaicas en tal acerva enemistad.
  
3º) a quien osó reivindicar a los peores enemigos de Jesucristo, pidiendo que se revisara la condena evangélica al fariseísmo, y sosteniendo que “todo cristiano que no sabe la esencia del judaísmo, no sabe la esencia del cristianismo”; afirmación esta última que sólo puede ser cierta por contraste y antagonismo, mas no por convergencia y similitud, como aquí se la ha presentado.
  
4º) a quien ultrajó a Jesús, llamándolo “colega”, y sosteniendo que sus enseñanzas sobre el amor ya estaban contenidas en el Talmud. Como si no constara  a cualquier persona instruída la aborrecible cantidad de enseñanzas ofensivas, odiosas y agraviantes contra Nuestro Señor, que contienen las páginas talmúdicas. Y como si las reprobaciones que pesan sobre ellas, elaboradas por no menos de diez Pontífices o rubricadas oportunamente en Trento, pudieran ser declaradas letra muerta.
  
5º) a quien exaltó la memoria del rabino Marshall Meyer (“bendita memoria”, la había llamado ya en su Identidad Judía y el diálogo Judeo-Cristiano, cfr.http://www.congresojudio.org.ar/coloquio_nota.php?np=53 ), personaje cuya condición de pederasta y corruptor de menores, no sólo habría sido probada en los estrados judiciales (Buenos Aires, año 1971, causa 26.176, Sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional), sino que, y por lo mismo, significó la expulsión y el repudio del reo por parte de las mismas comunidades judías del país. Tal como lo certifican las firmas de Rafael Kugielsky, Sión Cohen, David Kahana y otros rabinos, en sendos dictámenes y/o informes emitidos durante 1971 por esas agrupaciones israelitas radicadas en el país antes mencionadas. Específicamente la AMIA, la DAIA y la OSA.
  
6º) a quien avivó reiteradamente las brasas de la mitología de la Shoa, cuyas significativas mendacidades (como hemos probado de manera analítica en otro trabajo: cfr. nuestro ensayo El juramento antinegacionista, http://elblogdecabildo.blogspot.com.ar/2009/03/caso-williamson.html), no guarda antes relación con la historiografía, la demografía o la política, sino con la teología y la economía de la Salvación. Para los judíos, entiéndase de una vez, el holocausto no es cuestión de una cifra ficta y arbitraria de muertos, sino de reemplazar a Cristo como Víctima, para que su lugar lo ocupe Israel. Es el Trono del Cordero el que disputan, no el funcionamiento de las cámaras de gas.
  
7º) a quien se permitió coronar su desfachatez discursiva, concluyendo —con un plural deliberado que a todos los presentes incluía— con un “estamos esperando al Mesías. Él va a venir cuando Dios lo disponga”. Ni el Nuncio de Su Santidad, ni el Predicador Pontificio, ni el Cardenal Primado atisbaron la menor discordancia ante la audacia. Por el contrario, un aplauso sostenido corroboró el descarado manifiesto del judío, que estaba allí —en esa noche apostática y ruín de la UCA— para probar que por su boca no hablaban Natanael, ni Zolli ni Edtih Stein, sino la vieja y remozada perfidia de Caifás. Purim 2012, imperdonablemente renovado, celebraron juntos así, a la vista y regodeo de la comunidad académica, las testas más visibles y más descaradas de la herejía judeo-católica.
  
Nadie silenció ni enmendó al locuaz cuanto falsario e irreverente rabino. Nadie salió en defensa —no ya del honor de Cristo Rey y de la Santa Madre Iglesia— sino de la tan pedida hermenéutica de la continuidad, toda vez que el homenajeado la quebraba a sabiendas, con su división dialéctica entre una Iglesia antes y después de Nostra Aetate. Y no es que faltara a la verdad Skorka con tal aseveración aciaga. Faltaban a la congruencia los que la daban también por cierta y por laudable, mientras se llenan las bocas predicando la continuidad, allí donde ha sido intencionalmente conculcada.
  
Párrafo aparte merecería la Justificación Oficial que de la entrega del Doctorado leyó el Rector Tucho. Detengámonos apenas —al borde mismo de la náusea— en un par de sus afirmaciones ruinosas. La primera es aquella, según la cual, judíos y cristianos “tenemos en común el tesoro de la Torah”, que nos permite, a partir de esa “Palabra Revelada, desarrollar diversas potencialidades” (cfr. http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo81/files/Discurso_Rector_UCA.pdf ).
  
De este modo, la negación del carácter mesiánico y divino de Jesucristo y el protagonismo central en su pasión y muerte, sólo sería ahora, para el ucálico rector, nada más que una de las diversas potencialidades que legítimamente pueden seguirse de la lectura del Antiguo Testamento. Para nosotros las sagradas páginas veterotestamentarias anuncian a Cristo, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, ante el cual se dobla toda rodilla en los cielos y en la tierra. A los judíos en cambio, les sirvió y les sirve para justificar la muerte de los profetas y del mismo Dios. Pequeño detalle sin importancia. Cuestión de potencialidades que se desarrollan a partir de la consideración de un texto común. Al fin de cuentas, para estos progresistas estultos, la Sagrada Escritura —como la opera aperta de Umberto Eco— es pasible de subjetivas consideraciones y conclusiones. Unos descubren, veneran y aman a Dios cuando la escuchan, otros lo asesinan. Pero el amor o el deicidio no cuentan, sino el encuentro en el texto común.
  
Ha dicho Tucho en segundo lugar, que con este doctorado a Skorka, se quiere premiar también, extensivamente, a la comunidad judía toda, que tiene “en Buenos Aires […] una población tan numerosa, caracterizada por su nivel cultural, su creatividad y su espíritu emprendedor”, reconociéndole y agradeciéndole “los innumerables aportes” hechos a “nuestro país”. ¡Bien por el rector magnífico! Seguramente hay mucho que “reconocer y agradecer” a la Migdal, a Julius Popper; o a los innúmeros Sofovich, Graiver, Gvirtz, Szpolski, Elzstain, Alperovich, Filmus, Verbitsky, Schoklender, Feinmann o Timerman. Seguramente, asimismo, hay mucho que “agradecer y reconocer” a quienes se opusieron al dictado de la enseñanza católica en Catamarca, o a la presencia de la Cruz en la bandera de Tucumán. Y a todos cuanto aparecen en el valiente libro del hebreo Fabián Spollansky, La mafia judía en la Argentina (San Juan, Rubin, 2008).
  
Dice el rector también que entre los motivos de admiración que guarda hacia Skorka, debe contarse el hecho de “los casi tres años” que, bajo su dirección, se dedicó a estudiar “el capítulo 3 de las Lamentaciones”. Y dice el rabino que, a partir de Nostra Aetate, “nadie podrá achacarnos más que somos deicidas”.
  
No sabemos qué extraña ciencia cabalística encandiló al clérigo inverecundo y desertor. Pero él y el resto de los miembros de la secta judeo-católica que han oficializado sin tapujos, bien harían en aplicarse las palabras del versículo 45 del venerable texto de Jeremías, que tanto dicen haber estudiado: “nos convertiste en desecho y en basura en medio de las naciones”.
  
Tampoco sabemos quienes integran ese “nadie” apodíctico, que según Skorka, ya no podrá enrostrarles más, ni a él ni a los suyos, el verídico, doliente e ilevantable nombre de deicidas. Sabemos que la promesa divina, en virtud de la cual, “mis palabras no pasarán” (San Mateo, 24, 35), no está aplicada a Nostra Aetate sino a la buena nueva del Nuevo Testamento.
  
Pues allí, entre esas palabras de la Palabra que no pasará, seleccionamos éstas para recordarle su condición al galardonado: “¡Matásteis al Autor de la Vida!” (Hechos, 3, 13-15), “¡Crucificásteis al Señor de la Gloria!” (I Corintios, 2, 8).
  
Y a la par que se las recordamos, con dolor de bautizados fieles, repetimos con el antiguo ritual del Viernes Santo:
  
Oremus et pro perfidis Judaeis: ut Deus et Dominus noster auferat velamen de cordibus eorum; ut et ipsi agnoscant Jesum Christum Dóminum nostrum.
  
Oremos también por los pérfidos judíos, para que Dios nuestro Señor, quite el velo de sus corazones, a fin de que también ellos reconozcan a Jesucristo nuestro Señor.
  
Antonio Caponnetto
  
(1) Remitimos al blog amigo Página Católica: http://www.pagina-catolica.blogspot.com.ar/2012/11/rabino-ofende-la-iglesia-en-la-uca.html
  

8 comentarios:

Anónimo dijo...

No está en juego la Iglesia, por eso se dice que es INSTITUCIÓN PERFCECTA, lo que está en juego es la salvación de las almas de los fieles de la Iglesia Militante. Y así ha sido en 20 siglos.

La Iglesia no está impedida, simple y sencillamente porque depende de Dios, no de los hombres, para su subsistencia.

Los papas Pablo IV y San Pío V fueron específicos cuando indicaron claramente que los fieles tenemos el deber de alejarnos de los falsos pastores, incluido un pontífice falso, y COMBATIRLOS… pero en ningún lugar conceden que los simples fieles, incluso sacerdotes u obispos tengan la potestad para elegir a un Sumo Pontífice.

Esa es potestad de Derecho Divino, insistimos, por eso es necesario denunciar que los “conclavistas” indebida y inválidamente se pretenden adjudicar ese derecho.

La Iglesia no ha sido reducida a su “mínima expresión”, primero porque hay millones de fieles que profesan la verdadera doctrina, aunque sea en forma básica e inconcientes de que está rodeados de lobos; en segundo lugar porque la Iglesia era mucho más pequeña en su nacimiento, en los tiempos apostólicos, sin mencionar el gran número de fieles que forman parte de la Iglesia Triunfante y de la Iglesia Purgante.

La elección del Sumo Pontífice es de Derecho Divino, no es de Derecho Eclesiástico y menos de Derecho de las Personas. Así que sólo Dios puede, en una situación extraordinaria de sede usurpada, brindar una solución extraordinaria.

Además, la Santa Iglesia está unida por la Fe, más que por un pastor visible, quien es un representante de Cristo, verdadera Cabeza de la Iglesia.

Los católicos no pretendemos “enmendar la plana” a Dios Nuestro Señor. Él sabe bien cuándo, dónde y cómo designará un verdadero Papa, si es que lo designa antes de su Regreso. Y el regreso de Elías y Enoc está profetizado y se cumplirá, así como se han cumplido y se cumplirán todas las profecías de las Sagradas Escrituras.

Cuando Jesús enseña sobre el juicio, se refiere a que los cristianos seamos justos: “con la vara que midas seréis medidos”.

Además, lo que se ve con HECHOS está exento de juicios.

Y finalmente, lo que prohíbe la Moral son los juicios temerarios, sin fundamento; no prohíbe los juicios de razón, antes al contrario, los ordena como la forma correcta de encontrar la Verdad.

El triunfo final de la verdadera Iglesia es un hecho, es una realidad en el tiempo sin tiempo de Dios.

Pero nosotros, los hijos de la Iglesia Militante, estamos en un momento (cierta duración) de prueba, de lucha (militia); y no podemos fácilmente ver más que los males que quiere el Príncipe de este Mundo que veamos. No obstante, la realidad es otra, muy diferente, la cual sólo podemos ver por los ojos de la Fe, por eso Jesucristo nos hace una exhortativa: Cuando veáis que suceden estas cosas, ¡cobrad ánimo, porque se acerca vuestra liberación!.

LA SALETTE

Anónimo dijo...

¿HEBREOS O JUDÍOS?

Judía = religión.

Hebreo = pueblo.

No hay religión hebrea y los hebreos dejaron de ser judíos cuando apostataron, como explica Mons. Straubinger.

Por eso es la “Carta de Pedro a los Hebreos” y por eso “Se dicen judíos sin serlo” (S. Juan en el Apocalipsis)

No son judíos simple y sencillamente porque no practican el judaísmo, sino el esoterismo talmúdico o cabalista. Ellos no creen en el Antiguo Testamento, sino en el Talmud, creación rabínica de hechiceros y satanistas.

Los verdaderos judíos se convirtieron hace 20 siglos al cristianismo porque éste último era la concreción y perfección del primero.

A los apóstatas, Nuestro Señor Jesucristo los denominó infaliblemente HIJOS DEL DIABLO y RAZA DE VÍBORAS.

Y éso son.

La pregunta es muy simple: ¿Jesús ama a los hijos espirituales del Diablo?

La respuesta es no.

Es cierto que muchos autores, aún cristianos los siguen llamando judíos, por referencia histórica aunque no practican el judaísmo desde hace 20 siglos.

LA SALETTE

Anónimo dijo...

Para ser HEREJE de verdad, es decir hereje formal, se debe sostener un error de doctrinal de Fe o Moral con pertinacia, con obstinación.

Si se comete un error doctrinal, pero luego se reconsidera y corrige, no hay herejía formal, sino simple falibilidad humana.

Un Pontífice vivo (como hombre común, no en su calidad de Papa) aún siendo un santo y un sabio, como ser humano y en su ámbito privado, además de pecador es falible en lo doctrinal y puede equivocarse sobre la Fe y las costumbres (Moral).

Pero en su calidad de Papa, como pastor y maestro universal, ex cathedra, no puede ser hereje formal.

Por eso decimos que Ratzinger no es papa, sino hereje formal; porque es obstinado y pertinaz en sus muchas y cotidianas herejías y en su calidad de “pontífice”.

Benedicto XVI firma encíclicas heréticas, proclama costumbres heréticas, defiende y realiza definiciones heréticas… y nunca se ha retractado de ellas. En cambio sí ha pedido perdón por la doctrina tradicional de la Iglesia, “por los errores del pasado”.

Sobre el caso expuesto ya del apóstol Simón (“llamado también Pedro”), quien después de haber sido elevado al papado, en su calidad de apóstol -no de Papa- seguía erróneas costumbres que le fueron recriminadas por el apóstol San Pablo… ahí están las Sagradas Escrituras que nos lo enseñan, no lo inventamos.

LA SALETTE

Anónimo dijo...

“Los sacerdotes, Ministros de mi Hijo [...] por su mala vida, por sus irreverencias y su impiedad al celebrar los santos misterios, por su amor al dinero, a los honores y a los placeres, [...] se han convertido en cloacas de impureza. Muchos abandonarán la Fe y el número de sacerdotes y religiosos que se separarán de la verdadera religión será grande; entre estas personas se encontrarán incluso obispos. [...] sólo se verán homicidios, odio, envidia, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la familia. Todos los gobiernos civiles tendrán un mismo designio, que será abolir y hacer desaparecer todo principio religioso para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de vicios. [...] los lugares santos se hallan en la corrupción; muchos conventos no son más las casas de Dios sino el pasto de Asmodeo y los suyos. La Iglesia será eclipsada [...]. ROMA PERDERÁ LA FE Y SE CONVERTIRÁ EN LA SEDE DEL ANTICRISTO.” (Nuestra Señora en La Salette)

Anónimo dijo...

No se puede obligar a las Sagradas Escrituras a decir lo que no dicen retorciendo los argumentos a gusto y criterio del que lee. La Iglesia, y sólo Ella, es la depositaria e intérprete de la Verdad Revelada asistida por el Espíritu Santo.

“Si alguno desoye a la Iglesia sea para ti como gentil o publicano.” (Mt. 18, 17)

¿Y acaso no debemos considerar “COMO GENTIL Y PUBLICANO”, es decir, como hereje pertinaz, a quien firma Encíclicas heréticas, escribe y difunde libros heréticos, proclama costumbres heréticas y es “UNO CON” todos los herejes y enemigos declarados de la Iglesia Católica, como sucedió en Asís?

LA SALETTE

Anónimo dijo...

DIFERENCIAR A HEBREOS DE JUDÍOS

1° La Fe Judía era la de Santa María, San José, San Juan, Santa Ana, San Joaquín, Santa Isabel, Santo Rey David, San Daniel, San Elías, San Zacarías, San Isaías y demás santos.

2° Anás, Caifás y un milenario etcétera, no seguían la Fe Judía, sino la del cabalismo contagiado en Egipto, propiamente satánico. N.S. Jesucristo los definió como "HIJOS DEL DIABLO" y "RAZA DE VÍBORAS", mientras San Juan los evidenció: "dicen ser judíos, pero no lo son."

3° La Fe Judía llegó a su fin cuando alcanzó su objetivo: el advenimiento del Mesías. Así surgió la Fe Cristiana.

4° Quienes hoy en día se dicen judíos, en realidad son cabalistas/satanistas. NO SON JUDÍOS. Por eso los llamamos hebreos cabalistas.

LA SALETTE

Anónimo dijo...

LO RECTO ES LO CORRECTO.

No debemos beneficiar a los hebreos cabalista-talmudistas con un nombre (judíos) que usurpan para engañar y para bajar la guardia de los ignorantes. Muchos papas los llamaron correctamente hebreos, sobre todo aquellos papas como Pablo IV y San Pío V quienes los conocían a profundidad, así como sus argucias y su mimetismo. Ellos, por haber sido grandes inquisidores pontificios, estudiaron intensamente la Revolución Mundial Anticristiana y encontraron que el usurpar nombres, apellidos y adoptar o poner etiquetas, les ayuda a confundir a los cristianos.
Por eso hay llamar a las cosas por su real nombre.

LA SALETTE

Anónimo dijo...

El papado, no un papa personal, es el que deberá prevalecer hasta el fin de los tiempos. Si Dios ha permitido que durante 54 años haya estado desolada la Sede Romana, no significa que debamos pensar que el papado fue sustituido, pero sobre todo en el Magisterio construido firmemente durante casi 20 siglos, no en el lugar geográfico que muchas veces ha sido usurpado.

LA SALETTE