ENTRE RUFIANES
Dicen que algo debe andar mal en un pueblo
que endiosa a los asesinos.
Tan innegable como eso, aunque aún más
grave, sucede cuando el estado se hace el distraído con los que corrompen a
los niños.
Pero cuando la distribución de esos venenos
contra los niños y jóvenes, corre por cuenta y obra del gobierno y más
específicamente del ministerio de educación, que deliberadamente los compra y
los reparte por los colegios de la Argentina, entonces el espanto es ya
demasiado intenso como para añadirle calificativos.
Tanto, que hasta parecería un dato
menor, que cierto crápula, de cierta editorial, haya hecho un negocio
millonario editando y vendiendo al ministerio un material, no menos
inmundo, que la cabeza de ese editor.
Por supuesto que alcanzado tal extremo de
ofuscación moral, no hubo ni explicaciones, ni renuncias, ni juicios, ni para
el gobierno, ni el ministro, ni para sus cómplices.
Ni las habrá.
Sabemos que el estado K, y sus secuaces de
carta abierta destruyen lo que venga, porque esa es su condición de existir,
pero aún así, con este avance sobre los chicos cruzaron la última
frontera.
También asombra, aunque al mismo tiempo
lastima, que haya sido uno solo, en un solo colegio, el que reaccionó,
atreviéndose a denunciar el contenido de esos manuales, mientras la silenciosa
multitud de madres, padres, maestros, directores, inspectores etc., etc., no
fueron capaces de alertar, ni de proteger a los alumnos y ni siquiera a
sus propios hijos.
Hace unas pocas semanas leíamos que una
corte de apelaciones en Holanda, había autorizado el funcionamiento y la libre
promoción en los medios, de las actividades de una asociación de pedófilos, por
considerar “que no había riesgo de
disolución social”.
Ni siquiera pudimos estabilizar la
desesperación, en que nos sumergió esa información, cuando nos
enteramos que, en nuestra tierra, el propio ministro de educación, auspiciaba
cierta repartija de manuales, lo suficientemente blasfemos y miserablemente
pornográficos, entre los alumnos argentinos.
Y así, yendo un poco mas allá, habrá
quienes pretendan crear un ranking
acerca de quién es peor, Sileoni ó Narvaja, tratando de establecer una suerte
de escalafón de la nausea. La cuestión suena completamente estúpida y solo
posibilitaría abrir un nuevo resquicio por donde meterse para esconder la
degradación.
No descubrimos nada, si decimos que argentina
vive su temporada en el infierno. Un infierno descalabrado y quebradizo, es
este en el que nos ubicaron y donde permanecemos inmóviles, mientras
estallan las bombas. Porque infierno, no es solo el lugar del espanto, donde
todo se quiebra y tantas cosas esenciales de la vida están por el suelo,
tiradas entre la basura. No, infierno es también la pasividad de los hombres
que disimulan vivir en el infierno.
Y claro que si, claro que es tan temido el
infierno, si no debe haber miedo mayor que el darse cuenta, que finalmente, las
llamaradas del asco apuntan hacia nuestros jóvenes.
Delante de este panorama, no debería
asombrarnos que en algún tiempo, no lejano, nos encontremos en estos pagos, con
un nuevo derecho humano, el derecho a la pedofilia y hasta entrevemos los
manuales que para el aprendizaje infantil, entregará Colihue, con la más
completa exégesis ilustrativa.
Mientras el sol ligero de agosto apenas
entibia la mañana, no puedo dejar de pensar en que, de alguna manera, vamos
siguiendo los pasos, de la degradación holandesa. No tanto por como
defienden sus manuales los de Colihue, porque ellos están en el negocio
de la perversión y es natural que los defiendan, sino porque en este caso, el
que paga por degradar, ese oscuro pagador, no es sino el estado K.
Parecía que a medida que reflexionaba, el
frío se iba haciendo cada vez más denso y hasta desagradable, tal vez por eso y
en defensa propia, cerré la página y salí del escritorio; pero no fui muy
lejos, en mi cabeza seguía dando vueltas aquella antigua pregunta, que renueva
Tolkien en boca de Gandalf y que todavía no me atrevo a responder: “¿qué fue de la tarea que te encomendé?”
Miguel
De Lorenzo
4 comentarios:
Estimado Miguel De Lorenzo,
Ocurre que ya desde hace un par de años, son las propias madres, modernas o modernizadas, quienes recomiendan -o simplemente ellas mismas les compran-, a sus hijas de 11 años que lleven siempre un profiláctico en la mochila...
Y muchas les enseñan a usar la sexualidad abiertamente(dicho en forma leve) para obtener lo que deseen o necesiten, al mejor estilo Lewinsky. Y un larguísimo etc.
Marisa
Siempre dije lo mismo : hay que capar, capar y capar. Los cazás a estos hijos de puta y con una tijera de podar ¡ clack !
No hay otra y luego, pena de muerte, como en Singapoor que podés dejar tu billetera en el piso y nadie la toma. Pero eso si, te tirás un pedo y a la horca. No hay otra.
Esto viene de la época del fonsi,el batracio lagunero de chasco-mus el primero en poner en marcha la putrefacción, a él le debemos la pornografía y las mentiras y luego los peronachos, en fin, el pueblo argentino del siglo XXI, MIERDA EN ESTADO PURO.
Paco Lalanda
Sr. Lalanda: Tiene Ud. razon en lo que dice, pero no es necesario utilizar ese lenguaje que termina por rebajar el fondo del mensaje.
Esta es una pagina seria y nuestra forma de expresarnos tiene que ser acorde a la misma.
Adrian
Totalmente de acuerdo con Paco, en la forma y en el fondo llama las cosas por su nombre...Adrian :con tanta delicadeza estos HdeP nos van a confundir y nos van a querer romper el o...
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