ORACIÓN CAMPERA
Las cosas Te
recuerdan en arrullos
y el cielo
se requiebra en la posada.
Descubro Tu
silencio contenido
en cada
estrella y en cada nostalgia.
Te contemplo
al trasluz, en una idea,
Señor de los
amantes y los tristes,
te miro y te
persigo como puedo
con temor a
ceder o confundirme.
Suplico la
oración, como un pequeño,
en cánticos
antiguos de alabanza,
con el
candor del cirio luminoso
se renueva
mi amor cada mañana.
Te ofrezco
lo que tengo en mi bagaje,
el sudor de
las horas de la tierra…
¡Se ha hecho
tarde, Señor! El aposento
huele a
nardos y a nueva primavera.
José Ferrari
No hay comentarios.:
Publicar un comentario