jueves, 8 de agosto de 2013

Poesía que promete

ORACIÓN CAMPERA

Las cosas Te recuerdan en arrullos
y el cielo se requiebra en la posada.
Descubro Tu silencio contenido
en cada estrella y en cada nostalgia.

Te contemplo al trasluz, en una idea,
Señor de los amantes y los tristes,
te miro y te persigo como puedo
con temor a ceder o confundirme.

Suplico la oración, como un pequeño,
en cánticos antiguos de alabanza,
con el candor del cirio luminoso
se renueva mi amor cada mañana.

Te ofrezco lo que tengo en mi bagaje,
el sudor de las horas de la tierra
¡Se ha hecho tarde, Señor! El aposento
huele a nardos y a nueva primavera.

José Ferrari

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