EL “CAMPO DE
CONCENTRACIÓN DE LA PERLA”
Uno puede saber muchas cosas, por aquella
ventaja del diablo, que “sabe por diablo,
pero más sabe por viejo”. Y así no puede menos que compadecer a quienes,
tras arduas investigaciones, terminan creyendo saber lo que no saben.
Lo digo por un padrecito jesuita que firma
Gustavo Morello S.J., y publicó el pasado
14 de febrero, en HOY DÍA CÓRDOBA, algo titulado “La Perla y Primatesta” (http://www. hoydia.com.ar/magazine/item/18441-la-perla-y-primatesta.html).
Aclaro que no defiendo a Primatesta si es que lo necesita y que nunca fui su
amigo. El pobre Padre Morello declara “hace años que estudio, desde la sociología,
el tema de lo religioso y la violencia política…” Lástima de tiempo malgastado.
Como viví lo que él cree haber estudiado, le aportaré algunos datos testimoniales.
La Perla
no fue un “campo de detención clandestino”.
Durante la guerra no declarada legalmente que vivimos entre 1964 y 1989, y cuya
existencia está reconocida en la Sentencia 13 de la Suprema Corte de Justicia,
cuando condenó a los Comandantes en Jefe, cualquiera sabía que La Perla era un puesto en el campo de maniobras
del Tercer Cuerpo de Ejército, cuyos edificios se veían desde la autopista a
Carlos Paz. Los militares durante muchos años se negaron a combatir al terrorismo,
permitiendo los asesinatos, las bombas y los atentados en los que morían civiles,
políticos, jueces que habían encarcelado a terroristas, etc., a veces asesinados
con sus hijos o familia.
Recuerdo en particular, bajo el gobierno
democrático de Isabelita, el año que murió Perón, los asesinatos de los Profesores
Jordán Bruno Genta y Carlos Alberto Sacheri, filósofos católicos. Pero los militares
no querían actuar: en todo caso era “asunto
policial”.
Así que cuando el Gobierno Democrático ordenó
“la aniquilación de la guerrilla”, hubo
que improvisar todo: el Estado no estaba preparado para enfrentar la agresión
de miles de combatientes armados, adoctrinados casi siempre en las universidades
estatales y católicas, dirigidos militarmente desde Cuba y espiritualmente por
“capellanes” tercermundistas. Hablo de los que conocí, por ejemplo, de Milan
Viscobich, Erio Vaudagna, “El Gato”
Rivarola, Marcelo Sarrailh, Guillermo Mariani, Oreste Gaido y otros que no traté
tan cercanamente porque yo colaboré con los de mi parroquia.
Me consta la filiación espiritual del famoso
terrorista Miguel Ángel Barrionuevo, (mi exalumno que colocó ocho bombas en el
Palacio de Justicia en 1971 y murió tiroteándose en la Ruta 20), dirigido por
Vaudagna y por Monseñor Angelelli.
Conociendo mis estudios de Santo Tomás,
Vaudagna me contaba que el “prefería leer
el Evangelio desde otra filosofía, de alemanes”, como Karl Marx. Y eso, dijo,
enseñaba desde sus cátedras en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Loreto, de
la Arquidiócesis de Córdoba. Y también es cierto que no encontraba mejor representación
humana del Verbo Encarnado, que el “Che”
Guevara, centro del pesebre navideño parroquial. En cambio, Marcelo Sarrailh, sobre Santo Tomás
de Aquino me dijo que “era un ignorante:
no sabía teología bíblica”. Aún conservo un pergamino firmado en agradecimiento
por las clases que me pidieron para la juventud parroquial, y que duraron dos
domingos.
Así que cuando los militares no tuvieron
más remedio que obedecer al Gobierno civil y enfrentar al terrorismo marxista,
no estaban preparados. Morían de ambos
lados en los enfrentamientos callejeros, y cuando los vecinos denunciaban talleres
de armamento, cárceles “del pueblo”
(cuevas o agujeros donde retenían y torturaban a las personas secuestradas, antes
de asesinarlas) o depósitos de armas clandestinos, los detenidos en la acción
eran llevados a instalaciones militares, porque no cabían en las policiales ni
penitenciarias.
Ciertamente, fueron cientos de estudiantes
universitarios, (mis compañeros a veces), hijos de familias burguesas acomodadas,
los que pasaron por instalaciones militares: algunos —como mi amigo y colega
Carlos Álvarez Igarzábal— fueron devueltos a su casa por comisiones mandadas
por oficiales, ofreciendo disculpas a su esposa tras haber comprobado su inocencia.
Otros permanecieron allí y salieron pese a su militancia en el PRT, como mi compañero
Luis Reyes,(1) y otros desaparecieron.
Las instalaciones de La Perla no eran clandestinas, y estaban reguladas por las reglamentaciones
legales. En Córdoba, eran las más apropiadas para concentrar detenidos, en razón
de sus condiciones: aislamiento de vecindarios, tamaño, posibilidad de dar seguridad.
Como los terroristas elegían blancos donde hubieran muchas víctimas, (como oficinas
muy concurridas, galerías comerciales céntricas, dependencias públicas), se trataba de no poner en peligro a la población
civil.
De modo que el “Centro Clandestino de Detención de La Perla” es un invento posterior,
no sé si de las Madres de terroristas, de las Abuelas de hijos de terroristas,
de los HIJOS de terroristas, o de los mismos terroristas sobrevivientes y gobernantes.
Y algo más sobre los “cristianos comprometidos” que alude el padrecito Morello: los que
conocí no estaban “comprometidos” con las necesidades de los más necesitados:
estaban “comprometidos con la violencia revolucionaria”, me consta que predicaban
la lucha de clases marxista.
En cambio, en las barriadas polvorientas
de casuchas miserables (a veces, en la única habitación, la familia convivía
con el caballo que tiraba el carrito usado para seleccionar basuras. Y de eso
comían, bajo gobiernos democráticos y “populares”. Y allí rezaban), que mi esposa,
asmática, recorría bajo el sol llevando a la Virgen y anotando necesidades, y
que los párrocos “comprometidos con la opción
por los pobres” se negaban a incorporar a sus parroquias, se daba atención
espiritual, misas y sacramentos. Pero eso lo hacían el Padre Miguel Ángel Regueiro,
el Padre Roque Puyelli, el Padre Fr. Tadeo Coradazzi, el Padre Iván Rolando Luna,
el Padre E. Maidana, y otros veteranos de Malvinas, porque casualmente, eran Capellanes
Militares. Y fue el Padre Regueiro, con personal militar voluntario del Ejército
argentino, quienes construyeron casitas a la víctimas del tornado en el pobre
Barrio San Roque… ¡Qué lindo sería que la sociología del Padre Morello incorporase
estos datos…!
Y una más: cuando dice que “los católicos comprometidos… nunca abandonaron
la iglesia católica”, vuelve confundirse: la mayoría de los “tercermundistas”
que nombra, abandonaron el ministerio sacerdotal para casarse o convivir, aceptaron
lucrativos puestos gubernamentales y arrojaron la máscara católica para definirse
marxistas revolucionarios, y algunos, defensores de la homosexualidad y la ideología
de género. Un apóstata y rebelde contra Roma, ¿abandona o no la Iglesia?
Quiero creer que el R.P. Gustavo Morello,
S.J., es hombre joven, que no vivió esos tiempos, y es víctima de la propaganda
mentirosa. ¡Vea qué sociología!
Edmundo
Gelonch Villarino
(1) Compañero al que debo
gauchadas; una de ellas, avisarme que sería asesinado en 1973 si no dejaba de
enseñar en la Escuela de Aviación. Figura como “desaparecido” (CONADEP), pero ha tenido actuación pública posterior
a 1984.
2 comentarios:
Para explicar ciertos fenómenos Napoleón, como buen francés, acuñó la frase "cherchez la femme".
Yo, como buen católico que soy, estimo que se ha equivocado, debió decir "cherchez le jesuite".
Siempre aprecio, con respeto y admiración, a S.S. el Papa Clemente XIV. Espero que algún día le llegue su merecida canonización.
Fernando José Ares
Fernando José:
¿Estás esperando que el gran Papa Clemente XIV sea canonizado por la Neo Iglesia?
¿Acaso la Sinagoga de Satanás no mostró su preocupación ante la posible canonización del gran Pío XII por ignorar el "Holocausto"? Fíjate:
http://forocatolico.wordpress.com/2013/07/04/preocupa-a-kaifas-bergoglio-que-los-hebreos-se-preocupen-por-la-sola-posibilidad-de-canonizar-a-pio-xii-ignoro-el-holocausto/
Ahora bien, ¿por qué las serpientes de la Sinagoga de Satanás no se oponen a las canonizaciones de Roncalli, Montini y Wojtyla?
¡¡¡Vivan los sabios pontífices Inocencio III, Adriano IV, San Gregorio VII, Pablo IV, San Pío V, Nicolás IV y TODOS los papas legítimos!!!
¡¡¡Viva el Concilio Ecuménico IV de Letrán!!!
"Desenmascarar a la Sinagoga de Satanás es vencerla" (S.S. León XIII)
LA SALETTE
P. S.: Por favor, publiquen mi comentario. El gran obispo Fulton J. Sheen siempre dijo que la controversia era de las cosas que más acercaban a las personas a la verdadera Fe; por eso tantos grandes santos eran controversiales y de esa controversia, aún con los enemigos más satánicos, siempre surgió la verdad resplandeciente.
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