COLÓN, LA HISPANIDAD Y EL MACRISMO
Estamos a 515
años del más grande acontecimiento de la historia humana, cual fue el
descubrimiento de América por el marino genovés Cristóbal Colón, quien estaba a
las órdenes de los reyes de España Fernando de Aragón e Isabel de Castilla.
Sólo a un
pequeño grupo de católicos tradicionales nacionalistas criollos, les tiemblan
las manos y el corazón, cuando se rememora esta hazaña. A bordo de tres
barquichuelos de madera de propulsión a vela en las cuales estaba pintada una
gran cruz, cruzaron la mar Atlàntica con la fe y el coraje que solo los ibéricos
tenían. Otros lo hicieron después creyendo en Dios y los Santos Evangelios,
pero Colón y los suyos fueron los primeros en abrir la ruta. Después de hacer
escala en Canarias, atravesaron esa distancia enorme encarando tempestades y
mar calmo, con algunos que querían volver, alcanzaron las islas del Caribe.
Desde este rincón
de mi Patria donde nací y descendiendo de catalanes, quiero rendir mi humilde
homenaje a esos hombres de la Hispanidad que con la cruz y la espada y enormes
sacrificios, dieron vida cristiana y civilizada a los bárbaros originarios, a
quienes las sabias y justas Leyes de Indias convirtieron en criollos de ley, ya
que las mujeres indias se casaron con los adelantados y descubridores.
Lo que sigue es
para los neo-liberales, macristas o como quieran llamarse. Si falta lo Absoluto
(Dios), y la capacidad para ejercer la autoridad, lo relativo pierde todo
valor.
Se
podrá hacer obra pública útil como no se ha hecho en los últimos cincuenta
años, caminos vecinales, provinciales y nacionales, puentes, cloacas, agua
corriente y escuelas, si no se hacen valer los derechos de Dios y de su
Iglesia, se ha perdido el rumbo.
Para
que el país sea una Patria, tierra de los padres por tradición, no debe caer en
la extranjerización, que ya la sufrimos con la admiración a la perversa
revolución francesa de 1789, y desde comienzos del siglo XX con la
americanización.
Ortega
y Gasset, cuando dijo ¡argentinos a las cosas!, también tendría que habernos
advertido sobre el peligro del modernismo ateo. Y podríamos repetir las
palabras del Quijote: “Repara Sancho, que nadie es más que otro si no hace más
que otro”.
Hay
que restaurar la propiedad privada en función del Bien Común, porque de lo
contrario dice Belloc, vamos hacia la esclavitud.
Sigue
Maeztu afirmando que por encima de las clases sociales y sus diferencias, están
la caridad y la piedad. No haría falta recordar, que al finalizar nuestras
vidas, ricos y pobres como en partida de ajedrez todos igualados iremos al
mismo saco.
Algo
para padres y maestros, que habiendo sido maestro, padre de nueve y abuelo de
veintisiete, junto a una mujer tan especial como la mía, creo poder dar algún
consejo. Enséñenles a hijos y discípulos que todos estamos llamados a cumplir
una función, un deber u obligación. Padres y madres trabajar enseñando, madres
criando y educando, maestros sea astronomìa o genética siempre iluminados desde
lo alto, estudiantes con la virtud de la estudiosidad, acordándonos que Dios
siempre nos està mirando.
Señores
gobernantes: si ustedes realmente quieren diferenciarse y superar a los otros
deberán: reargentinizar la Argentina, retornar a la caballerosidad, abandonar
el juego de las estatuas y reponer al Gran Almirante del lugar de donde lo sacó
la soberbia y la ignorancia, olvidar el muchachismo de la Reforma Universitaria
del 18 y por sobre todas las cosas, con fe o sin ella ir a Luján a venerar la
imagen de la Santísima Madre de Dios, la Virgen María, en actitud de penitencia
y promesa de conducir a los argentinos a un destino peraltado.
Carlos Llambías
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