miércoles, 5 de marzo de 2014

Análisis

LA DÉCADA GANADA
 
 
ENTRONIZACIÓN
 
Y en un día típicamente peronista del año 2003, de irascibles nubarrones porteños e irresistibles aromas parrilleros y chimichurrescos; en medio de un piquete y de una manifestación por los derechos humanos de las ardillas veganas, y luego del correspondiente juramento sobre la Sacra Constitución, asumían finalmente ÉL y ELLA como últimos mandatarios de la otrora República Argentina y sus posesiones —particulares— continentales y de ultramar. Esto es, suntuosas mansiones, tierras y cuentas en Suiza, Estados Unidos y en la Patagonia Argentina.
 
Pronto, el azul turquí del pabellón nacional se tornaría rojo.
 
 
LO POSITIVO DE LA EXPERIENCIA KIRCHNERISTA
 
Dejando la representación de la realidad en clave de sorna, hay que convenir en que, mirado y analizado el cuadro en profundidad y conjunto, el kirchnerismo ha prestado un servicio invaluable a la Nación: ha hecho pensar y repensar seriamente a no pocos ciudadanos sobre la legitimidad y la conveniencia de un sistema que hasta entonces tenían por dogma.
 
Nos referimos, claro, a la Democracia. Y no es, claro, que los predecesores de los Kirchner en la silla bernardina no hayan hecho méritos suficientes por despertar a la ciudadanía del ensueño idílico democrático. ¡Vaya si los hicieron! Pero sin dudas nadie ha reflejado más nítidamente el totalitarismo democrático que los acólitos del terrorismo camporista. Al menos ahora —logro nada desdeñable, considerando treinta años de un avasallador proceso de hipnosis y lobotomía—, no son pocos quienes, despertados parcialmente del extenso letargo, plantean la pregunta que obligadamente sucede a esta clase de desvelados: “Si no la democracia, ¿qué?” Es un comienzo…
 
En hombres de buena voluntad y con disposición a la estudiosidad y a la búsqueda de la verdad, la respuesta debería conducir indefectiblemente a un nuevo y saludable interrogante: ¿Existen otros regímenes de gobierno que sean legítimos y eficientes a la vez? Una vez aquí there is no way out; ergo, no quedará más remedio que recurrir a las fuentes, y será allí que recibirán el aleccionador baldazo de agua fría —a la vez sabrosa y despabilante— de la sabiduría helénica y tomista. Será allí que caerán en cuenta de que el cuestionamiento y rechazo a la democracia como sistema de gobierno no es un invento ni una actitud propiamente nazifascista, sino la lógica conclusión seguida del estudio imparcial de la evidencia empírica y aún del más elemental sentido común. Quedará clara la primera lección: la democracia no es un sistema de gobierno lícito sino la forma degenerada de República.
 
Si alguien creyera que esta desconfianza hacia la democracia sólo existe en los oficialmente descalificados sectores constituyentes, se equivocaría. Es un descontento hecho vox populi, que se ha apoderado de la población llana y laboriosa, aunque la misma no sepa ni tenga por qué saber cómo expresarlo en término filosóficos. Si no nos cree, recurramos a la numerología, disciplina hecha ciencia y dogma, precisamente por la democracia.
 
 
NÚMEROS QUE MANDAN
 
La abstención electoral de porciones significativas de la ciudadanía es una realidad, y prueba cabal de esto que aseveramos y reafirmamos. Por tomar sólo algunos ejemplos probatorios de ello, mencionemos primero el caso de las elecciones presidenciales: las de 1995 registraron un porcentaje de abstención mayor al 25%,(1) en las del 2007 un 35%(2) y en las del 2011 un 305 (3) —incluyendo aquí votos nulos y en blanco—. En cuanto a las legislativas del 2009 el ausentismo fue de un 35% (4) y las del 2013 mayor al 25%.(5) Y todo esto a pesar de las graves sanciones y multas dispuestas para los que se ausentaren de la participación electoral (6) (¡A imaginarse qué sucedería si el voto no fuera obligatorio!).
 
Del cada vez mayor ausentismo electoral, preocupa gravemente a la dirección partidocrática el aumento de los índices históricos del voto en blanco que se han venido registrando últimamente (particularmente a raíz de las recientes elecciones primarias). ¡Incluso hubo regiones en que el voto en blanco logró posicionarse como segunda fuerza!; ejemplo Buenos Aires, en el rubro de diputados nacionales, donde —detrás del Frente para la Victoria— consiguió 931.146 “sufragios”. (7) La lectura de estos números reflejan la cruda realidad: gran parte del pueblo argentino no se siente representado por ninguna figura de la política de partidos ni cree en la transparencia del sistema democrático. La mayoría que concurre a votar, lo hace resignada votando al siempre eterno “mal menor”.
 
 
LA FALSA ALTERNATIVA: LA OPOSICIÓN
 
Si algo ha quedado bien en claro es que ésta es y constituye cualquier cosa menos una veraz oposición, al menos en los temas de fondo y de real hondura. La única diferencia o disputa entre el oficialismo y la denominada oposición es por el monopolio del poder. Por lo demás —política económica, contracultura, educación, persecución ideológica y religiosa— son básicamente lo mismo. Distinto envoltorio, mismo producto. No hay que ser muy versado en política para advertirlo.
 
Autoerigidos como moderadores y árbitros de la “sensatez” frente a la ciudadanía, en este filme kubrikiano en que se ha transformado nuestra querida patria, los opositores claman por “más democracia” para acabar con la “hegemonía” kirchnerista. Parecieran olvidar que los K son un producto legítimo y puro del mentado sistema. No llegaron al poder mediante un golpe de Estado ni bajaron de una nave extraterrestre, sino justamente utilizando los medios democráticos disponibles a tal efecto. Que una corruptela de ignorantes, sanguinarios y sátrapas como los K hayan arribado al poder de este modo, es la mejor prueba de la perversidad del sistema democrático.
 
Paradójicamente, la misma oposición nos sirve en bandeja otra prueba irrebatible a este propósito: en vez de tender a equilibrar la balanza de fuerzas (como debería suceder en un sistema justo) terminan por confirmar en el poder a la tiranía que tanto dicen aborrecer, puesto que sus mismas riñas y egos personalistas les impide la conformación de un frente común. Así, fraccionados en decenas de minúsculos partidos, han venido sirviendo por años a la victoria al oficialismo.  Si esto no es idiotez, no se qué lo será.
 
 
CONCLUSIÓN
 
No decimos nada nuevo al afirmar que el mal que aqueja a la patria es fruto de un mal diagnóstico de la enfermedad. En este caso concreto la verdad es harto sencilla de inteligir para todos. No se requiere, pues, de ninguna diplomatura en Medicina para poder acertar claramente el motivo de la afección ni ser tampoco prolífico matemático para entender que sólo dos signos opuestos se anulan. Basta con asomar la cabeza a la calle y un poco de sentido común para entender que a la patria no la curamos con más democracia, como no se apagará el fuego arrojando cada vez más kerosén.
 
Cristián Rodrigo Iturralde
 
Notas:
(1) Enrique Alcubilla: “Abstencionismo Electoral”, 5 de agosto de 2008; cfr: http://elderechoylajusticia.blogspot.com.ar/2008/08/abstencionismo-electoral-por-enrique.html
(2) Fuente: Cámara Nacional Electoral - Poder Judicial de la Nación.
(3) Fuente: Cámara Nacional Electoral - Poder Judicial de la Nación.
(4) Hugo Passarello Luna: “El fantasma de la abstención”, 29 de marzo de 2010;  cfr. http://www.argentinaelections.com/2010/03/el-fantasma-de-la-abstencion/
(5) Fuente: Cámara Nacional Electoral - Poder Judicial de la Nación.
(6) Así lo estableció la acordada extraordinaria número 37 de la Cámara Nacional Electoral, del 25 de abril de este año.  Las multas oscilan entre los 50 y 150 pesos.  Cfr. “La Nación”, 17 de julio de 2013.  Cfr. http://www.lanacion.com.ar/1601792-multas-por-no-votar-entre-50-y-150-pesos
(7) Creció el voto en blanco en algunas regiones, http://eleccionesargentinas.net/noticia-voto-blanco-argentina-1137.html

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buen artículo.

Es lamentable ver cómo en las escuelas se inculcan los supuestos beneficios del perverso sistema democrático. Horas perdidas con materias como Educación Cívica, Instrucción Cívica y más recientemente, Construcción de la Ciudadanía, que con suerte, no sirven para nada; y con menos suerte, envilecen.

~

Aprovecho para preguntar a quien pueda saberlo si ya salió el libro "1492. Fin de la barbarie. Comienzo de la Civilización", del mismo autor del artículo.

Gracias.

+ Camila +

Anónimo dijo...

Hola Camila, gracias por el comentario. El libro que referís debería estar saliendo, Dios mediante, a fines de este mes de marzo.

Cristián Rodrigo Iturralde

Anónimo dijo...

Para mi lo que falla es la población, y mas va a fallar en la medida en que sigan enstrando indios de los paises vecinos y chinos comerciantes.Cuando el estado era mas dirigista (semi facho)pedías un teléfono y demoraba 15 o 20 años, hacias la colimba y los oficiales se robaban los chorizos del casino, e YPF producía 100 litros de petroleo por año.Lo que no sirve es la mayoría de la población y por dos razones 1) No hay cultura del trbajo y 2) la mayoría orina sobre las leyes. Eso es todo.Lo que hace falta es algo tan duro, que nadie lo aprobaría. Un gobierno que ante un piquete los haga moler a palos, pero mal, un gobierno que suprima la ley del putinomio, y asi todo,Si no, no hay salida y seguimos siendo las sirvientitas del poder hebreo.Los militares tuvieron la oportunidad en los 80 de hacer fusilar a los que de sus filas afanaban pero eligieron el camino de los maricones.Si lo hubieran hecho, tal vez no tendríamos que haber sufrido esta democracia de pais bananero, donde es todo un logro relacionarse con un militar mulato que se convierte en pajarito. Por favor,uno no sabe si reir o llorar.
PACO LALANDA

Anónimo dijo...

Cristián, gracias por la amable respuesta.

+ Camila +

Anónimo dijo...

Paco:

Ningún católico que se precie de tal, puede compartir tu comentario racista. Recuerda que la Verdadera Iglesia SIEMPRE CONDENÓ el racismo.

LA SALETTE

Jack the Ripper dijo...

Detecto un error en el título de la nota, seguramente involuntario. El mismo debería decir: La decagada nada.
Un resumen al máximo del ideario y modus operandi de la asociación ilícita que comanda el Titanic nacional.
Jack the Ripper

Anónimo dijo...

señor la salette,la verdadera iglesia quemó a Juana de Arco.

AntiDemo dijo...

E. Mario: En estas épocas de pérdida de identidad de los pueblos, sometidos a constantes cambios culturales por la inmigración,objetivo explícito del nuevo orden mundial, condenar al racismo por anticristiano,es como "mentar la soga en casa del ahorcado". Su identidad con la Evangelii Gaudium de Francisco es total en este tema. Le aconsejo que siga los dichos del actual monarca español de la zarzuela. ¡PORQUE NO TE CALLAS!

Anónimo dijo...

AntiDemo:

No soy yo quién condena al racismo, sino la verdadera Iglesia y la verdadera doctrina católica de los 260 papas, con sus miles de obispos, santos y doctores.

Por otra parte, ¿por qué me quieres hacer callar?

Anónimo del 8 de marzo de 2014, 22:50:

¿Qué tiene que ver el racismo con Santa Juana de Arco? Te recuerdo que fue la verdadera Iglesia quién la canonizó.

LA SALETTE

Anónimo dijo...

Anónimo de las 22:50:

Quien quemó a Juana de Arco fue el usurpador y pirata inglés en el marco de la guerra contra Francia.
Juana de Arco quiso ser llevada frente al Papa y estos, naturalmente, no se lo permitieron.

Cristián Rodrigo Iturralde

beli dijo...

Exacto, Cristián Rodrigo... Hay que explicarle al anónimo que la que quemaba gente era la Protestante, nada que ver con nuestra Santa, Católica y Apostólica...
Belisario

Anónimo dijo...

Así es, Belisario. Los ¨piromaníacos¨ fueron los protestantes.

C.R.I.

Anónimo dijo...

A Juana de Arco la quemaron los ingleses pero el principal responsable fue el obispo Cauchon y otros cardenales y obispos, acuerdensé cuando Juana dijo que Cauchon estaba poniendo en peligro su alma, logicamente a la Iglesia le convenía echarle toda la culpa al mencionado Cauchon el cual años después cuando se hizo la revisión del juicio el pueblo desenterró al Obispo y lo tiraron en un muladar. Y otros tuvieron un final parecido.