LOS DOS RENEGADOS
Dos
renegamos de Dios
y de la
Virgen María,
dos
renegamos de España
por ir
a la morería;
y como
moros vivimos
y era
dulce aquella vida
mejor
que la que llevábamos
del
Tercio en las compañías.
Recorríamos
los montes
terciada
la carabina,
él
tocaba la guitarra
y yo
esta canción decía:
—“Madre
mía, la mi madre,
yo me
fui a la morería
y
enamoré a una morita
alta y
muy bien parecida.
Eran de
oro sus cabellos,
su
carne de plata fina,
y su
boca era una rosa
y
siempre me sonreía.
¡Madre
mía, la mi madre,
me
quedo en la morería!”
¿Lo
hizo Dios, o lo hizo el diablo?
nos
cambiamos de cabila.
Allí
muchos españoles
males
sin cuento sufrían.
Y dije:
— Compañerito,
¡qué
dulce era nuestra vida,
pero,
después de ver esto,
todo se
me vuelve acíbar!—
Había,
madre, un francés
(¿qué
zorra le pariría?)
que
siendo todos cristianos,
como a
perros los hería.
El
bienestar olvidamos
ante
tan grandes desdichas;
nos
hicimos sus amigos
esperando
nuestro día;
la
noche del Ramadán
le traje
a la casa mía,
y
cuando estuvo borracho,
muerta
la luz que lucía,
le
atravesé el corazón
con mi
afilada cuchilla.
Madre,
la mi madre,
¿por
qué vine a esta cabila?
(Así fue contado en
el campamento por unos cautivos evadidos.)
Dos legionarios se pasaron al moro, y como eran hombres de
empuje y sin prejuicios religiosos, pronto llegaron a notables.
Casáronse y vivían una vida patriarcal. El diablo les llevó
a una cabila cerca de Axdir. Allí empezó el calvario de su corazón. Vieron el
constante martirio de sus hermanos españoles, y su falta de todo, menos de
enfermedades y miserias, y se comían los hígados pensando a qué casta de
canallas habíanse juntado.
Pero lo que más les sacó de quicio fue que un francés muy
influyente en la república beniurriaguela era el más verdugo de todos.
— A este tío le vamos a arreglar —se dijeron.
E hiciéronse grandes amigos suyos.
El gabacho continuaba sus tropelías contra los cautivos: su
mejor razón era el palo.
— Cochons! fils de moine! —tenía siempre en los labios.
Ramadán
la engrandecida,
de las
doce la novena,
¡secretos
grandes de Alá,
que no
fuese la primera!
Mohamad Ramadán.
La noche que termina el Ramadán es grande la algazara. Todo
se vuelve comilonas y bailes; los chiquillos luchan a patadas en las calles,
las casas se iluminan, y hasta, esta vez, un moro innovador se lanzó con un
tango, interpretado al cornetín (probablemente uno del desastre), y después, el
toque de diana, y el de rancho, y el de retreta; en fin, era un virtuoso, creo
estuvo en Regulares. Otro, zanquilargo, marcóse
un zapateado, con tales florituras que perdió las babuchas.
Nuestros hombres le habían convidado a cenar, y ¡me valga
Dios!, tanto comió y bebió el gabacho que no cabía en los calzones.
Rompió a cantar con voix
de tonerre:
Monsieur
La Palisse est mort
mort
devant Pavie,
un quart
d'heure avant sa mort
il etait
encore en vie…
Es bien
en tales días [los del Ramadán] perdonar injurias y agravios, y pedir perdón a
los que tuviérades injuriados y agraviados.
Don Içe Gebir
Cuando estuvo bien beato de ajenjo, uno apagó la lámpara, y
el otro:
— ¡Toma, franchute, hijo de perra!… ¡Apalea ahora españoles!
Y con el puñal legionario le partió el corazón.
Luys Santa Marina
(tomado de su libro “Tras el águila del César”)
4 comentarios:
Cristina se declaro "fan" de Napoleon Bonaparte.
"La presidenta Cristina Kirchner fue recibida ayer con honores en París, donde asistió a un desfile militar en homenaje a Napoleón Bonaparte, de quien se declaró fan, mientras que hoy tendrá una audiencia a agenda abierta con su par Francois Hollande, en la que podría abordarse la deuda con el Club de París."
http://www.cronista.com/economiapolitica/-Cristina-en-Paris-y-en-homenaje-a-Napoleon-20140319-0060.html
Cristina le dijo al presidente François Hollande que ella es cinéfila, tiene una hija... ¡cineasta! y admira a Truffaut, Godard y... ¡Vadim!
Fernando
Esta hetaira, se orina de gusto siempre que ve a un jerarca extranjero. Es un tilinga y una chirusa barata.
Alberto Fernandez.
Napoleón dijo "..la religión es un medio formidable para mantener quieto al pueblo.." o sea que nos engañan con la religión.
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