RECEN
POR MÍ
A propósito del
Nuevo Pontificado
Dios
primero y mi hogar después, son testigos de la cantidad innúmera de personas
que me solicitan alguna opinión orientadora sobre lo que acaba de suceder en la
Iglesia. Esos requerimientos, en algunos, toman el modo de una dolorosísima y
apremiante necesidad de discernir cuanto ocurre y de obrar en consecuencia. En
otros bordea la desesperanza y la angustia, desaconsejables compañías si las
hay. Y aunque en todos los casos he recomendado oración, espera silenciosa,
vigilia cauta y fortaleza –y sobre todo, aguardar con paciencia el curso de los
primeros tiempos del nuevo pontificado- tanto desasosiego junto percibido en
unos y en otros me obligan a hablar, siquiera provisoriamente y sin mengua de
futuros retoques a cuanto ahora escribimos.
Sé bien que la razón principal de
esta demanda amistosa de la que soy objeto, no se debe a ninguna especial
facultad mía, ni a contarme yo entre los especialistas en la disciplinas
propias de los clérigos; sino al hecho por todos conocido de haberme visto
obligado a mantener con el Cardenal Bergoglio un doloroso y sistemático
disenso, dejando documentadas mis acusaciones a sus múltiples desvaríos y
yerros en un libro editado en Buenos Aires, en el año 2010, bajo el título La Iglesia Traicionada. Si ésta es la
causa singular por la que puede revestir algún interés que haga públicas mis
primeras reflexiones, queden asentadas a continuación.
+ + +
1º)
Será tarea de los teólogos de la historia más eminentes, discernir con
solvencia si el Cónclave que eligió al Papa Francisco estuvo iluminado
y movido por la inspiración del Espíritu Santo, como la fe nos lo señala; o
si por alguna razón que ahora ignoramos, los Cardenales electores fueron
engañados, resultaron objeto de alguna extraña manipulación, o cerraron su
entendimiento a la lumbre del Paráclito. “La nube cubrió el Tabernáculo de la
Reunión, y la gloria de Yahvé llenó la Morada”, dice el Libro del Éxodo (40,34). Pero esa nube sólo puede ser vista cuando
los ojos son el espejo que reflejan “el fuego de la noche” que pone en marcha a
los creyentes fieles. La Nube, según la metáfora veterotestamentaria, puede
hacerse visible, pero no todos los ojos pueden tener la misma visibilidad.
San Ignacio de Antioquía ve a la Iglesia como
una casa, en la cual, el maderamen que la sostiene es la Cruz de Cristo, y el
Espíritu Santo como la maroma que la alza (Carta
a Éfeso, IX,1). Mas para contemplar dócilmente a la maroma —dulcis hospes animae— el alma debe estar
a la escucha (1 Sam 3,10), existiendo la dramática posibilidad de que no se
perciban las cosas del Espíritu, como lo notó San Pablo en el capítulo segundo
de la Primera Carta a los Corintios. Son, pues, cosas diversas las que conviene
distinguir desde el comienzo. Una la presencia del Espíritu Santo, que no
osaríamos negar. Otra la recepción del mismo por parte de los electores, que
pudo haber estado parcialmente eclipsada, por los motivos que la misma
Escritura advierte. Por eso Malachi Martin, desde los renglones iniciales de su
obra El Cónclave Final,advierte con
el Libro de la Sabiduría (9,14-17), que si no se está atento al Espíritu, “las
deliberaciones de los hombres son indecisas y sus resoluciones precarias”.
Entiéndase
que la duda aquí planteada —que bien quisiéramos que no fuera duda alguna— tiene
su razón de ser, no en el cuestionamiento de la asistencia de la Tercera
Persona Trinitaria en el Cónclave, ni en la valía moral de quienes se aprontaban
a ser movidos por Él, sino en la incertidumbre sobre la ciencia, la serenidad y
la prudencia de este específico
Cardenalato para signar a la persona indicada. Humanamente consideradas las
cosas —y no es ilegítima esta consideración— la conducta de los electores
estuvo condicionada por la circunstancia inédita y atípica de tener vivo al
Papa al que había que reemplazar. Y reemplazar tras una decisión abdicatoria
que aún hoy siembra inquietudes, suspicacias e interrogantes. Ponerle fin a la
vacancia de la sede, con un Papa honorario o emérito que orando vigila y
aguarda, no es ni ha sido hasta hoy el clima habitual de los Cónclaves.
Al
tiempo que escribimos estas líneas, el 15 de marzo, el Papa Francisco le ha
dicho a los miembros del Colegio Cardenalicio en la Sala Clementina: “Es curioso: yo pienso que el Paráclito da todas las diferencias en las Iglesias y parece como si fuera un apóstol de Babel”. Estremece tamaña denotación y
referencia al Paráclito, a escasas horas de una acción directa del mismo sobre
el cuerpo colegiado que lo invistió sucesor de Pedro. Si cabe la posibilidad de
que algunos o muchos perciban a la Tercera Persona como apóstol de Babel, no se
pecaría de audacia concluyendo en que, entonces, algo soterrado y anómalo pudo
suceder en este Cónclave. Permita el Señor que muy pronto tengamos que disipar
este dilema con la certidumbre de que no hubo yerro alguno entre los
Cardenales. Lo permita el Señor, trayendo frutos benditos de este nuevo
pontificado, pero no cerremos los ojos los hombres porque la realidad sea dura
de contemplar. Negarse a una lectura parusíaca de lo que acaba de suceder, por
temor a quedar como un orate de exégesis privadas, puede conllevar el riesgo de
negar la existencia misma de los Ultimos Tiempos, y de los sucesos especiales
que los caracterizarían.
2º)
Haga lo que hiciere a partir de este momento el Papa Francisco —y esperamos que
todo lo santo y sabio sepa hacer— es imposible omitir o ignorar que el hombre
que acaba de llegar a la silla petrina arrastra concretos, abultados y
probadísimos antecedentes que lo sindican como un enemigo de la Tradición
Católica, un propulsor obsesivo de la herejía judeocristiana, un perseguidor de
la ortodoxia y un adherente activo a todas las formas de sincretismo, irenismo
y pseudoecumenismo crecidas al calor de la llamada mentalidad posconciliar.
Si
a quienes no han tenido ocasión de verificar estos graves cargos —sumables a
otros, largos de enunciar— lo antedicho pareciera desmesura o apriorismo,
sirvan de inocultables pruebas a posteriori
las adhesiones a su pontificado llegadas en estos mismos días desde los
cabezales del Modernismo, desde las altas y siniestras logias hebreas, como la
B’Nai Brith, o desde el templo mayor de la masonería argentina. Documento único
en su género este último, en el que la sede local de la Sinagoga de Satanás,
con la firma del Gran Maestre Ángel Jorge Clavero, y fechando lo dicho el 13 de
marzo, por primera vez se congratula con el nombramiento de un Obispo de Roma.
Que rabinos, cabalistas y masones estén de parabienes, y hasta compitan en
prontitud por hacer llegar sus adhesiones al nuevo Pontífice, es un aval
indeseable que debería preocupar a todo bautizado fiel. Tampoco es una señal
tranquilizadora que ministros del culto israelita llamen “mi Rabino” al Papa
Francisco, mientras reconocidos representantes del progresismo religioso más
radicalizado —como Küng o Boff— ofrezcan su beneplácito en forma ostensible. Si
la complacencia o el silencio de Roma es la única respuesta a este sinfín de
adhesiones tenebrosas, la responsabilidad no está sólo en quien respalda sino
en quien se deja respaldar.
En
consecuencia, no se necesita acudir a ninguna teoría conspirativa para dar como
hipótesis razonablemente válida que estas fuerzas, sempiternamente
comprometidas en la disolución de la Fe Verdadera, pudieron haber tenido algún
papel protagónico, tanto en la abdicación de Benedicto XVI, primero, como en la
elección del Cardenal Bergoglio, después. De hecho, durante su largo ministerio
como Pastor de la Argentina, dichas fuerzas antagonistas de la Cristiandad fueron
sus públicas y visibles amistades, a la par que se marginaba, menospreciaba y
castigaba a la filas defensoras de la ortodoxia católica. La comprensible
debilidad humana hará que muchos de estos perseguidos y damnificados por el
Cardenal Bergoglio, callen ahora; o algo más serio: simulen congratulaciones.
En esto, al menos, nosotros no podemos callar ni fingir. Otros dirán que nada
se gana con recordar ahora las muchas inconductas pasadas del prelado en
cuestión. No es cierto. En su Introducción a la monumental Historia de los Papas, Ludovico Pastor, enseña con la autoridad que
le compete, que “no hay conflicto con la ley de la fama, al escribir [sobre los
Pontífices] las cosas malas pero verdaderas que en su tiempo fueron públicas”,
mientras se sostenga “con suficiente causa, a saber, en cuanto lo requiere la
integridad de la historia”.
3º)
Si como bien se ha repetido en estos días, el Cardenal Bergoglio ha muerto para
dar paso al Vicario de Cristo, llamado escuetamente Francisco; si Dios opera el
milagro —tantas veces mentado— de sacar agua de las piedras y de convertir, una
vez más en la historia, a Mastai Ferreti en el insigne Pío IX; si el Señor sabe
escribir derecho con renglones torcidos; pues todo esto lo creemos, esperamos y
rogamos, sin ceder a tentaciones extremosas ni a posturas eclesiológicas
extravagantes. Todo esto lo pedimos con fe inquebrantable, puesto que el
milagro y el misterio están en la vida misma de la Barca. Nosotros creemos en
el milagro. Pío IX, renunciando
virilmente al escandaloso daño que hizo en sus primeros tres años de
pontificado, supo al fin forjar “una página de historia escrita a los pies del
Crucifijo”, según sintetizó Jacques Crétineau-Joly. No hay porqué suponer que
Dios declaró clausa esta posibilidad histórica.
Pero
también es católico leer el Libro del
Apocalipsis. Y en el capítulo trece se describe a dos fieras, del mar la
una, de la tierra la otra, que a su turno, y desde ámbitos distintos aunque
complementarios, coadyuvan al triunfo del Anticristo. Contestes están los
hermeneutas, y citamos por lo pronto a Straubinger —quien a su vez remite a los
Padres— en que esta fiera terrena tiene mucha semejanza con el pastor insensato del que habla
Zacarías (Zac. 11,15); en que podría tratarse de “un gran impostor que aparece
con la mansedumbre de un cordero”; en que no sería otra cosa, al fin, más que
un falso profeta al servicio de la Bestia.
Pieper
dice que esta fiera representa la Propaganda Sacerdotal del Anticristo; y de
sobra es sabido que el padre Castellani sostiene que tiene un carácter
religioso, sin excluir la dolorosa posibilidad de que se trate de un personaje
individual mitrado, un Pseudoprofeta de una Religión Adulterada. Recientemente,
y entre nosotros, fue Federico Mihura Seeber el que le dedicó pensadas páginas
a escudriñar la naturaleza de esta Fiera, considerándola como aquella que le
sirve de profeta, o propagandista o maestro de ceremonias, o Sacerdote o Pontífice
de El Anticristo. Está dicho en su
libro homónimo, que tuvimos ocasión de presentar durante al año 2012.
Expliquémonos
sin elipsis en tema tan arduo. No estamos diciendo ni sugiriendo que el Papa
Francisco sea la Fiera Terrena que columbró San Juan. Estamos diciendo que tan
católico es confiar en que la Divina Providencia puede hacer de un heterodoxo
al Papa del Syllabus, como tener en
cuenta que, alguna vez, un Falso Profeta puede acarrear a la perdición desde un
alto sitial religioso. Y que ese “alguna vez” no puede excluir nuestro
presente, sólo porque nos aterre la sola idea de protagonizar el final. Quienes
quieran confiar en la conversión del Cardenal Bergoglio, y consecuentemente a
la rehabilitación de la Esposa, tan maltrecha hoy, nos encontrarán entre los
suplicantes confiados y firmes. Es más, si como es deseable y previsible,tal conversión
se probara por los frutos, nos encontrarán entonces al servicio incondicional y
gozoso de Francisco. Pero si los frutos trajeran la desgarradora noticia
contraria, no habremos dejado de ser católicos por recordar la profecía
joánica, y obrar en consecuencia, resistiendo al mal desde el pequeño rebaño.
Como no dejó de ser católico el Padre Julio Meinvielle cuando, en su obra La Iglesia y el Mundo Moderno, retrató
los pasos de la Revolución Anticristina dentro de la Iglesia, anunciando su
penetración en las obras y el pensamiento, hasta provocar una verdadera
dislocación interior.
Tanto
se peca contra la mirada sub specie
aeternitatis si nos negamos a considerar que la gracia de estado puede
hacer prodigios, aún en un hombre contrahecho; como si nos negamos a considerar
que la revelación divina contenida en el Apocalipsis es tema que no nos compete
aquí y ahora. Por eso nos sobresaltó tanto una noticia menor, aparecida en la
página segunda del periódico La Nación,
del día 16 de marzo. Según el relato, Francisco llamó a la Curia de Buenos
Aires para cumplir con algunas salutaciones y recados pendientes. Atendido por
la secretaria habitual, y anonadada la misma, le preguntó perpleja cómo habría
de llamarlo. “Llámeme Padre Bergoglio”, fue la respuesta. El primero que debe
creer y aceptar que Bergoglio ha muerto para dar lugar al Santo Padre
Francisco, es el mismo Cardenal Jorge Mario Bergoglio. La Gracia también supone
la gracia.
4º)
Más de una vez hemos distinguido con García Morente, entre el estilo y las maneras.
Propio del caballero, aquél; impropias del mismo éstas últimas. Aplicando a lo
que ahora incumbe, no debe confundirse la virtud de la humildad con su parodia,
ni el estilo genuinamente humilde —que brota del señorío interior— con las
maneras sobreactuadas de la modestia. Una cosa es la posesión de un estilo y
otra distinta el amaneramiento. En nada se analogan el abajamiento ascético y
el plebeyismo gestual. Y si es cierto que la captación del primero supone un
espíritu entrenado, mientras el segundo es fácilmente captable por las masas,
mal camino elegimos si en vez de propender la elevación y el afinamiento de las
almas hacemos ademanes gratos a las tribunas aplaudidoras. Sobre todo, si entre
esas tribunas se haya la prensa internacional, culpable en grado sumo de las
agresiones más viles contra la Iglesia.
Lo primero que debería hacer un hombre auténticamente humilde es impedir que el mundo entero cantara loas a su humildad. O por lo menos, protestar que tales encomios violentan su carácter. Si como bien enseña Santo Tomás (Sum. Th., II.IIae, q. 113), no se debe cometer un pecado para evitar otro, en mucho ha de cuidarse el que no quiera incurrir en soberbia, de faltar a la caridad hacia el prójimo, obrando por contraste, de modo tal, que dicho prójimo pudiera ser tildado de presuntuoso. Calzar por humildad zapatos ordinarios de calle, cuando hasta ayer se usaron otros en consonancia con los colores litúrgicos y la dignidad del Divino Peregrino a quien esos pies representan en la tierra, es ofender, o al menos poner en duda, precisamente por contraste, la humildad de quien hasta hace instantes calzó de ese modo. Es inexplicable —por no cargar los adjetivos— que a la par que se alaba a Benedicto XVI públicamente, no se quiera columbrar el destrato que se le inflige con estas promovidas comparaciones patéticas.
Ejemplo nimio, se dirá; pero se potencia hasta el extremo cuando se dice —como lo ha hecho Francisco el sábado 16 de marzo— que él bien “quisiera ver una Iglesia pobre y para los pobres”, como si hasta hoy ambos bienes le hubieran resultado ajenos u hostiles a la Esposa del Redentor. Como si no hubiera existido, por caso, un San Pío X, venerado por el pueblo llano, sin necesidad de bajarse de su trono. Extraña humildad la de tenerse por axis mundi de una iglesia que recién con uno mismo tomaría conciencia del bien de la pobreza; y extraña paradoja la de optar por los pobres pero contar con las fervorosas adhesiones de masones y judíos, que amén de lo más grave —su condición de cristofóbicos— son los titulares de la usura internacional. Incluyendo al gran Rabino de Roma, a quien invocando el Concilio Vaticano II, invitó expresamente a “la misa solemne de inauguración de mi Pontificado”, pero no a donar sus finanzas para los más necesitados.
Lo primero que debería hacer un hombre auténticamente humilde es impedir que el mundo entero cantara loas a su humildad. O por lo menos, protestar que tales encomios violentan su carácter. Si como bien enseña Santo Tomás (Sum. Th., II.IIae, q. 113), no se debe cometer un pecado para evitar otro, en mucho ha de cuidarse el que no quiera incurrir en soberbia, de faltar a la caridad hacia el prójimo, obrando por contraste, de modo tal, que dicho prójimo pudiera ser tildado de presuntuoso. Calzar por humildad zapatos ordinarios de calle, cuando hasta ayer se usaron otros en consonancia con los colores litúrgicos y la dignidad del Divino Peregrino a quien esos pies representan en la tierra, es ofender, o al menos poner en duda, precisamente por contraste, la humildad de quien hasta hace instantes calzó de ese modo. Es inexplicable —por no cargar los adjetivos— que a la par que se alaba a Benedicto XVI públicamente, no se quiera columbrar el destrato que se le inflige con estas promovidas comparaciones patéticas.
Ejemplo nimio, se dirá; pero se potencia hasta el extremo cuando se dice —como lo ha hecho Francisco el sábado 16 de marzo— que él bien “quisiera ver una Iglesia pobre y para los pobres”, como si hasta hoy ambos bienes le hubieran resultado ajenos u hostiles a la Esposa del Redentor. Como si no hubiera existido, por caso, un San Pío X, venerado por el pueblo llano, sin necesidad de bajarse de su trono. Extraña humildad la de tenerse por axis mundi de una iglesia que recién con uno mismo tomaría conciencia del bien de la pobreza; y extraña paradoja la de optar por los pobres pero contar con las fervorosas adhesiones de masones y judíos, que amén de lo más grave —su condición de cristofóbicos— son los titulares de la usura internacional. Incluyendo al gran Rabino de Roma, a quien invocando el Concilio Vaticano II, invitó expresamente a “la misa solemne de inauguración de mi Pontificado”, pero no a donar sus finanzas para los más necesitados.
Tampoco
debe confundirse el siempre necesario homenaje a la investidura, y en este
caso, nada menos, que a la del Vicario de Cristo, con la superflua pleitesía a
la persona o al funcionario. Bien estará que eliminemos todo signo exterior de
servilismo a la persona, aún el que pueda tener cierto arraigo o
acostumbramiento por el mero paso de los años. Pero no estará bien suprimir el
ceremonial tradicional y digno, con sus signos, sus gestos, sus pasos
demarcados y significativos, porque dicha supresión no comporta incremento de
la humildad sino abolición de los ritos y de los símbolos. La Iglesia no es la
limusina ni los uniformes de los guardias suizos. Pero bien ha explicado
Guardini la pervivencia del espíritu eclesial en los signos sagrados. Si en
nombre de la austeridad quedasen abolidas o relegadas todas aquellas
hierofanías que comporta el canto, la museta, la estola o la bendición
melismática, el Papado no habrá ganado en pobreza evangélica. Se habrá vaciado
de mytos, como diría el fraile Diego
de Jesús. Se habrá inmanentizado y rebajado, para hablar sin metáforas.
Mucho
nos tememos, por lo que ya llevamos visto, que el Papa Francisco esté en tamaño
terreno tan completamente desprovisto de un recto criterio, como transido de
malos hábitos porteños, fanatismos futboleros incluidos. El franciscanismo del Poverello de Asís es garantía de
santidad probada; el de Paolo Farinella, con su novela Habemus Papam, apenas si conduce a la risotada zafia. Pero hay un
franciscanismo aún peor que registra con llanto la historia de la Iglesia. Es
aquel que bajo cierta influencia gnóstica de Joaquín del Fiore produjo reformas
eclesiales que adulteraron la mismísima doctrina católica, incurriendo, entre
otras, en la amenaza del utopismo, la herejía perenne, según recordada definición
de Molnar. Capítulo extraño éste del descalzismo o de la descalcez extraviada en la vida de la Iglesia, que ha sido
estudiado,entre otros, por Fidel de Lejarza, José Antonio Maravall o Georges
Baudot. Por eso, bien recuerda el fraile Miguel Padilla que la pobreza de San
Francisco es de índole teologal, no sociológica; y que expresamente dispensaba
de la pobreza lo tocante a la Sagrada Liturgia y a la Santa Misa. “Los Vasos Sagrados, los Ornamentos y los Libros donde están las Palabras de Jesús deben ser esmeradamente cuidados”.
Hagamos
votos para que el franciscanismo del Papa Francisco, en las antípodas de toda
corriente desviada, signifique el retorno a aquella desnudez que alegorizara
Juan Ramón Jiménez: “desnudez malva de estrellas mojadas”, como “la túnica de
una inocencia antigua”. Hagamos votos porque este franciscanismo restaure a la
Nave, defenestrando de su seno a sodomitas y a fenicios, a los adúlteros
espirituales y carnales, a todos cuanto el de Asís les enrostraba, “¡El Amor no
es amado!”, porque se amaban ellos, henchidos de fariseísmo y de poderes
carnales.
Que lo cuide Dios al
Papa Francisco de no confundir el camino. Porque hay confusión cuando se hace bendecir
por el pueblo; hay confusión al pedir “una gran fraternidad” omitiendo al Padre
en que tal comunión fraterna se vuelve legítima; también la hay si hace
prevalecer los supuestos derechos de las conciencias no creyentes al deber
pontificio de bendecir cruz en ristre, como si esa cruz, trazada siquiera en el
aire por la mano consagrada, pudiera ofender a los incrédulos. Confunde asimismo el proponer
como modelo sacerdotal la figura inequívocamente progresista del padre Gonzalo
Aemilius, como sucedió el domingo 16 de marzo. No; no son señales que puedan suscitar una especial tranquilidad.
Hay
también otra confusión, que de extenderse fuera del campo acotado en que se
manifestó, puede acarrear acciones gravemente desacertadas. Querer viajar a la
Ciudad Eterna para postrarse ante el Vicario de Cristo, no es un dolo que deba
reprimirse, dando el monto del pasaje a los pobres, sino una virtud llamada magnificencia: ponerse en gastos y
esfuerzos, precisamente por aquello que es santo, sacro o heroico. Algo nos
quiso decir el Señor al respecto, cuando no avaló al Iscariote que le pedía a
María trocar el rico perfume con que adoraba al Divino Hijo, por su equivalente
en metálico para ayudar a los necesitados (San Juan, 12, 1-11).
Tampoco
nos tranquiliza el cuasi unánime aplauso del mundo que, arrobado por su
campechanía, ha dejado de tenerlo como piedra
de escándalo y signo de contradicción.
¡Es uno más del mundo, como ellos y como todos!, festejan los multimedias. Pero
el mundo no necesita que la Silla de Pedro esté ocupada por un austero
fatigador de los transportes públicos, sino por un alter Christus vigoroso que, báculo en mano, entre en franca y
aguerrida confrontación con él, amonestándolo y enmendándolo. Precisamente ésto
enseñaba San Francisco, que la pobreza es el muro que nos separa del espíritu
del mundo.
Cuidado —suplicamos contritos— con equivocar el camino. Pues haber recomendado la
lectura del Cardenal Kasper —llamándolo “un teólogo in gamba”— en el Primer
Angelus del V Domingo de Cuaresma, tampoco nos ayudará a recuperar la iglesia
de los pobres. La evidencia se impone. Kasper —junto con el entonces Cardenal
Bergoglio— es uno de los que en julio de 2004, en el lujoso hotel cinco
estrellas Intercontinental de Buenos
Aires, organizaron el Foro Judeo Católico, auspiciado por importantes
organismos hebreos de la plutocracia americana y europea. En aquella ocasión,
el ahora recomendado autor propuso lisa y llanamente la amalgama de las
religiones judía y católica, porque “ambas son mesiánicas y el mesianismo tiene
que ver con la esperanza”.
5º)
Algunos, no sin razones, sostienen que lo bueno del Pontificado de Francisco es
la impugnación que su figura representa del gobierno tiránico kirchnerista,
indignándose con los rastreros ataques que le han propinado en estos días un
puñado de sicarios del oficialismo. Va de suyo que asomarse a la pasquinería
izquierdista causa repulsión y espanto. Y que al constatar la naturaleza
teológica del odio a la Fe que esos miserables ejecutan, no se puede sino
estrechar filas junto al Santo Padre. Callar toda reticencia y ponerse de su
lado, codo a codo.
Pero
también aquí el simplismo dialéctico puede jugarnos una mala pasada
hermenéutica. Si Francisco hubiera querido diferenciarse del gobierno
argentino, y confrontar abiertamente con los criminales marxistas que lo
secundan por doquier, no sólo debió haberlos descalificados públicamente por
sus múltiples aberraciones, que bien le constan han cometido y cometen, sino
que era la precisa ocasión de proclamar urbi
et orbi la falsificación sistemática de la historia reciente que se viene
llevando a cabo, con el agravante inicuo de miles de personas cautivas, y
centenares de ellas muertas en cautiverio, ofrecidas todas en el altar del
revanchismo comunista. El mundo entero podría haberse enterado de la ignominia
y de las muertes que, en nombre de los derechos humanos, se cometen hoy en
nuestra desfigurada patria. El mundo entero podría haber conocido, por boca del
Pastor Universal, que en la Argentina hubo mártires católicos, de la talla de
Genta, Sacheri o Amelong, asesinados por los mismos que ahora ocupan el poder.
En
lugar de eso, un comunicado oficial del Vaticano, firmado por el Padre Federico
Lombardi, el 15 de marzo, aclaraba que “Jorge Mario Bergoglio hizo mucho para proteger a las personas durante la dictadura” y recordó que una vez nombrado arzobispo de Buenos Aires “pidió perdón en nombre de la Iglesia por no haber hecho bastante durante el período de la dictadura”. En vez de desmontar la falacia, la convalida elípticamente. Lo bueno del actual Pontífice, entonces, sería lo mismo que siendo Cardenal se ocupó de probar minuciosamente en su libro “El Jesuita”: su condición de colaboracionista de la guerrilla marxista y clero asociado, con diversos y creativos medios a su alcance. Le reprobable, paralelamente, y por eso mismo objeto de su pedido de perdón, habría sido no poder cooperar más con aquellas “personas” que, sin motivo alguno, claro, un buen día las Fuerzas Armadas Argentinas se decidieron a combatir. Es la mentira de lo sub-implicado.
“Se trata de una campaña difamatoria,
bien conocida”, advirtió Lombardi. La
difamación no consiste en tergiversar horrendamente los acontecimientos
sucedidos en la década del ’70, sino en pretender que en aquellos turbulentos
años, el Cardenal Bergoglio haya podido estar del lado de los represores del
terrorismo rojo. Así, imprevistamente, la impostura basal de todas izquierdas
vernáculas y mundiales, ha quedado convertida en versión canónica, con el aval
de la Santa Sede. Y sellada con el pacto
de cortesía recíproca que presidió el encuentro entre Francisco y la comitiva
oficial del Gobierno Argentino, el mediodía romano del 18 de marzo. Ni
Francisco condena la tiranía marxista que nos asfixia, ni Cristina avanza en su
descalificación del reciente Obispo de Roma; antes bien descubre coincidencias
y comparte regalos. Entente cordiale
para todos y todas.
Algún día habrá que hallar una palabra
exacta para rotular la conducta de la actual dirigencia política —oficialismo y
oposición, presidenta y escoltas, lo mismo da— que satánicamente hostiles a la
Iglesia y al Papado hasta hace minutos, pugnan ahora por derrocharse en
majaderías, remilgos y solícitas condescendencias. Pero si no hallamos esas
palabras, repetiremos las de Pármeno a Calisto, en el acto cuarto de La Celestina, refiriéndose a la inmunda
buscona: ¡puta vieja!. Y aunque lo
nieguen, dice Pármeno, así lo repiten los ladridos y las aves, los ganados y
las bestias, los herreros, los armeros, los caldereros y arcadores. Todos a una
le gritan el mote infamante y redondamente verídico.
6º) Ante la renuncia de Benedicto XVI,
escribimos una nota diciendo claramente que la misma nos dolía. Y tras explicar
los motivos, asentamos, entre otros, el hecho de que, guste o disguste, la
Iglesia, en la práctica, quedará sujeta a una bicefalía. Tanto más si, como
está a la vista, el heredero del Cardenal Raztinger parece querer diferenciarse
de él, y de sus predecesores, con una seguidilla intempestiva de actitudes externas
que, o buscan presentarse como revolucionarias, o si no lo son, resultan
pasibles de ser leídas así por el mundo. No creemos que se explicite ninguna
hermenéutica de la ruptura, y tal vez todo acabe en la argentina teatralidad de
los mocasines gastados. Más que no creerlo, no lo esperamos, pues confiamos en
que la Divina Providencia resguarde a la Cátedra de la Unidad. Pero lo sucedido
en estos escasos días pontificales de Francisco está siendo tomado y exigido
por muchos como una ruptura, sin que hasta ahora se le haya puesto un freno
severo y categórico a tamañas conjeturas. La homilía del día de la asunción
formal del Pontificado era una ocasión propicia para ello. Se la utilizó en
cambio para dar consejos píos sobre la ternura y el cuidado del medio ambiente.
Quienes se entusiasman hallando en Francisco
muy buenas y oportunas expresiones de recio cuño católico, están en todo su
derecho. Nos sumanos con renovada esperanza a tan honesto entusiasmo. Porque
esas muy buenas expresiones, es cierto, las ha proferido. Pero muy avanzada
está entonces la descomposición causada por la guerra semántica en la Iglesia —por ese pendularismo que denunciara Romano Amerio— si hemos llegado al punto
en que la sorpresa gozosa de nosotros, los fieles, es escuchar a Pedro hablar
como Pedro.
Aquella abdicación de Benedicto nos
dolía, supimos decir. También nos duele esta designación. Es un dolor
indescriptible y hondo, amasado en el recuerdo vivo y fresco del sinfín de
actitudes opuestas a la Verdad que le vimos protagonizar cara a cara al
entonces Jorge Mario Bergoglio. Es un dolor que no se parece a ningún otro, y
que sólo puede cauterizar la espera esperanzadora y longánima de los frutos.
En esa espera tensa nos acompaña una
promesa, un pedido y un ejemplo. La promesa es de Nuestro Señor Jesucristo. “Yo
rezaré por tí para que no desfallezca tu fe”, le dijo a su primer vicario, y en
él a todos sus sucesores. Si la Fe no le desfallece y la conversión lo reviste
con su gracia, habrá un bien para la Barca y aún para la Argentina.
El pedido es el del mismo Papa
Francisco, en su primera aparición; quien sin olvidar su clásico “recen por
mí”, agregó además el recemos los unos por los otros. Oremus ad invicem. Eso hagamos. Recemos recíprocamente para
sostenernos en estos tiempos, tal vez apocalípticos, sin el uso hiperbólico
sino estricto de la palabra; y elevemos en común la plegaria a la Trinidad
Santa para que nos permita discernir, sirviendo siempre a lo que es de Dios y
combatiendo con ahínco cuanto se le oponga, proceda de donde procediera. Si
fuera la hora de la luz, que nos dejemos envolver por ella, olvidándonos de las
tenebrosidades del pasado. Si en cambio éstas persistieran, que no desertemos
de la luz, como diría Thibon. No estamos llamando a la rebeldía ni a la
desobediencia, ni a dar por nula la autoridad pontificia, sino al recto
discernimiento. Sin palabras crípticas digámoslo ya todo: no podemos ni debemos
seguir al Cardenal Bergoglio. Si transfigurado en cambio por la plenitud de la
gracia de estado, ese pastor que conocimos se ha convertido ya en el dulce
Jesús en la tierra, se nos conceda el privilegio de prosternarnos ante él.
Una promesa, un pedido y un ejemplo, decíamos.
El ejemplo es el de San Francisco de Asís. Así lo contempló Anzoátegui, con su
pluma señera:
“Juglar de Dios, rotoso
Príncipe y paje de Nuestra Señora,
¡Qué dulce, qué gozoso
aquel ritual que otrora
te abría las compuertas de la aurora!”
Imaginémoslo —como lo hizo Rubén Darío—
saliendo a la búsqueda del lobo para quitarle el demonio del cuerpo. O mejor
aún, como lo describe la hagiografía, recibiendo en el monte Alverna los
estigmas de Jesucristo, después de lo cual quedó transido de un maravilloso
fuego de amor.
No los halagos de los más perversos
enemigos de la Cruz, que hoy forman fila para congratularse y encomiarlo, sean
los adornos del Papa Francisco. Sino quellos rituales “que otrora abrían las
compuertas de la aurora”. Y mejor aún: las señales cruentas, abiertas y
sangrantes del Madero. Porque la única revolución
que necesita la Iglesia es en la acepción que hiciera Chesterton de la odiosa
palabra: dar la vuelta entera; que en este caso no sería otra cosa más que
regresar a las fuentes vivas, primeras y fundantes de su Gloriosa Tradición.
Antonio Caponnetto
37 comentarios:
Queda en esperar...el tema es que el que espera desespera dice el dicho.,,esperemos que no ocurra lo mismo y seamos viriles.Pienso que lo que dijo del apocalipsis es muy acertado,solo que llegado el momento se vera si esos hombres a ejemplo del evangelio,por mas que se le presente un ángel de luz que les predique un evangelio diferente,le resisten...aunque el mundo los tenga por locos, fanáticos y la jerarquía supongamos apostata los excomulgue...porque fácil son las palabras pero dolorosos son los actos y el romper con la imagen,los compromisos y el entorno es favor de Cristo.Salve Maria!
Antonio, créame que en una de las primeras personas que pensé cuando supe que el elegido era Bergoglio, fue en usted.
No suelo compartir sus pensamientos, pero en esta ocasión me siento retratado por muchas de sus expresiones.
Yo agregaría a su artículo algunas citas del libro de Benedicto XVI Jesús de Nazareth, cuando comenta el episodio de las Tentaciones de Jesús en el Desierto. Creo que esas tentaciones, tal cual están allí descritas, están hoy dándose en el vicario de Cristo.
Y citaría además el punto 675 del Catecismo: "Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad."
Que el Señor nos proteja!
Brillante como siempre, aunque no soy optimista en la metamorfosis de Bergoglio al Vicario de Cristo.. El Señor dira
Cuando comience a suceder todo eso, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra liberación.
Sería interesante analizar las conclusiones de la V Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), que el Papa Francisco obsequió y recomendó leer a Cristina Kirchner.
muchas gracias.
muchas gracias
¡Viva la Verdadera Iglesia de los 260 papas (de San Pedro a Pío XII)!
Es IMPRESCINDIBLE leer:
1) "LA NUEVA IGLESIA MONTINIANA" del Pbro. Dr. Joaquín Sáenz y Arriaga.
2) "EL ÚLTIMO PAPA" del Padre Malachi Martin.
LA SALETTE
Dios quiera que estos párrafos iluminen las inteligencias de aquellos que no quieren utilizarlas y antes bien prefieren poner TN o Crónica Televisión para analizar las situaciones.
Dios nos guarde y nos mantenga firmes y dignos.
Apenas una semana y Caifás Bergoglio ya realizó su sacrílego Asís:
http://forocatolico.wordpress.com/2013/03/20/apenas-una-semana-y-kaifas-bergoglio-ya-realizo-su-sacrilego-asis/
¡¡¡TODO ES HEBRAÍSMO!!!
LA SALETTE
Profesor, solamente queria agradecer que nos haya compartido sus pensamientos, que esperaba desde el mismo día de la elección. Quiera Dios que tengamos un nuevo Pío IX, hay que rezar mucho. Un abrazo en Cristo y que la Virgen siempre lo guíe.
Por el momento prefiero darle el beneficio de la duda. Amén de ciertas actitudes que uno puede cuestionar, no he visto al Cardenal Bergoglio contradecir verdades de fe o dogmas. Puede uno criticarlo por lo que no dice, y quizá como pastor debería. Ahora, en ocasión del matrimonio homosexual y de la reglamentación del aborto no punible, fue terminante en cuanto su condena. Por otro lado, no veo mal que se mueva entre herejes y pecadores: en definitiva, ese es el lugar del Vicario de Cristo; los rectos no necesitan que los rectifiquen. No sabemos qué ocurre en la intimdad de dichas reuniones, pero no me consta que proclame algún principio contrario a la fé verdadera. Por otro lado, la exageración de la austeridad que se ha exhibido en los medios, no sé si es responsabilidad del Papa. Me parece más bien que es responsabilidad de los medios que lo difunden una y otra vez y machacan al respecto. Tampoco puede el Papa estar pendiente de cada cosa que se dice en los medios y salir a refutarla. Puede haber cardenales sin duda mejores que él, o más preparados, o más guerreros; pero insisto en que no me consta que Bergoglio haya alguna vez contradicho los principios de fe de nuestra Iglesia. No sé, démosle el beneficio de la duda, propongo. Saludos, shl2008
shl2008.
¿Así que no te "consta que Bergoglio haya alguna vez contradicho los principios de fe de nuestra Iglesia"?
¿Y qué te parece que haya confesado a Gabriela Michetti con una Biblia PROTESTANTE? Lo contó la misma Michetti cuando fue invitada, junto a Graciela Fernández Meijide, al programa que conduce el hebreo talmúdico y cabalista Samuel "Chiche" Gelblung, de Lunes a Viernes a las 22:00 hrs. en C5N.
¿Y qué te parece su AMISTAD con los ENEMIGOS de Cristo y María, como los rabinos Julio Schlosser, Abraham Skorka y Sergio Bergman?, ¿acaso Nuestro Señor no los denominó como "HIJOS DEL DIABLO" y "RAZA DE VÍBORAS"?
Por otra parte, si realmente Bergoglio fuera caritativo con los pobres, vería por sanar la miseria espiritual, no por acrecentarla. Además un verdadero apóstol no tiene "preferencia por los pobres", sino por toda alma, de condición y estrato diferente. La preferencia no la marca o desmarca la cuenta bancaria, como lo hace el hipócrita Caifás Bergoglio.
La misión principal, (no digo que la única), de este hereje contumaz, y uno de los discípulos más aventajados de entre los incubados en la escuela de su "maestro" Anás, es anunciarles a los demás herejes, cismáticos, ateos e idólatras que desde el día 13 de Marzo del año en curso ya no son ni ateos, ni herejes, ni idólatras, ni cismáticos y que no tienen por qué pedir perdón ni arrepentirse de nada para entrar de hoz y coz en la "Iglesia conciliar" que preside, y dice bien, porque tal cosa jamás se oirá ni será posible en la verdadera Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica.
LA SALETTE
shl2008.
Otra cosa:
Jesús dijo "Amad a vuestros enemigos", pero NUNCA dijo "Amad a los enemigos de Dios". La Moral Católica nos enseña, y la Tradición Eclesiástica así lo ha demostrado por 20 siglos, que al cumplir con el mandamiento de Caridad hacia nuestros enemigos personales, eso no significa, ni mucho menos, que debemos perdonar y solapar cobardemente a los enemigos de Dios y de su Iglesia, antes bien, tenemos el deber ineludible de combatirlos y defender la Doctrina de la Fe.
El Anticristo y su religión son los que enseñan que debemos contemporizar con los enemigos milenarios de la Fe. Y eso es justamente lo que hace Bergoglio.
LA SALETTE
Dicho llanamente : si el Papa es un tipo como todos nosotros, estamos jodidos.Viajar en colectivo o en una Gilera..¿ a quien carajo le importa ?¿ Los pobres son mejojres que los ricos ? Por favor...jueguito pa´la tribuna. Sila Iglesia no es una institución sobrenatural, es menos que la Pepsi Cola. Ya lo dijo San Pablo con otras palabras-.Dejen de pagar las cuotas, no levanten la hipotecas y dense los gustos, porque falta poco y todo se irá al carajo.Yo no lo dudo.
Lucio
Antonio, creo que vale la pena mencionar también que Francisco se encomendó a la Virgen y que resaltó que el protagonista de la Iglesia es Cristo. También, por ejemplo, mencionó la importancia de luchar contra el demonio, "quién no le reza a Dios, le reza al Demonio". Pero sobretodo, que haya mencionado a María, ella es el gran signo que está en el escudo elegido. "Mira a la estrella, invoca a María", como decía San Bernardo. Nada más, nobleza obliga, recemos y guardemos la actitud del noble San José. Saludos,
Fermín O.
¿Por qué Bergoglio no es Papa?
Si realmente queremos entender, leamos el Magisterio de la Iglesia enunciado en forma infalible y a perpetuidad por los papas Pablo IV y San Pío V en la Bula CUM EX APOSTOLATUS OFFICIO, los cuales confirman la verdad de que por Derecho Divino un hereje, enemigo de la Iglesia, no puede ser electo válidamente Papa. Asimismo el canon 188.4 del Código de Derecho Canónico de 1917 (vigente) consagra dicha sentencia.
LA SALETTE
E. Mario: si sos lefevrista no opines de nuestro Papa, y no ensucies a la verdadera Iglesia de Cristo con tus comentarios
Antonio,su verborragia ,diatriba y elocuencia son sorprendentes.Yo no soy católico,ni protestante ni nada,tampoco ateo,es decir,algo hay o hubo para que tanto ud como yo estemos aqui parados,ahora me pregunto: que haría ud si ud mismo estuviese en su lugar?,digamos,puede ser que sea un hereje,caifás y todo eso,pero como ud,todos,espero que haga algo.De todas maneras,la Iglesia esta demasiado podrida con los asuntos de que muchos conocen,y me gustaria ponerlo a ud en el lugar del Obispo de Roma,Vicario de Cristo o lo que sea.No creo sea envidia,pero como soy escéptico casi de todo,no puedo permitirme el lujo de esta a su favor ,ni en su contra,veremos los hechos.Gracias y disculpe si algo no le gustó. daniel, de Rosario
Luis.
Hazme el favor de, en lugar de prejuzgarme, demostrar que no es cierto lo que señalo.
Si lo demuestras, con gusto pido toda clase de disculpas. De lo contrario, sólo confirmarás lo que he presentado.
Y para tu información, no soy lefebvrista, ni pertenezco a la Logia FSSPX.
¿Cómo se llama a quien rechaza algún dogma de la Iglesia Católica?
Pues la FSSPX niega la Infalibilidad Papal y el Primado de Jurisdicción del obispo de Roma.
2+2=4
Como no tienes argumentos, ¿también me acusarás de "sedevacantista"? NI TE MOLESTES.
Yo pertenezco a la Verdadera Iglesia de los 260 papas (de San Pedro a Pío XII).
Y ya que consideras a Bergoglio como tú Papa, ¿por qué no lees "LA IGLESIA TRAICIONADA" de Antonio Caponnetto?, ¿también cuestionarás el libro de Caponnetto?
Puedes conseguir el precitado libro en Librería Huemul.
Luis: "Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo". ¿No te dice nada?
LA SALETTE
Luis.
Otra cosa:
Tu Papa Bergoglio es "ROTARIO HONORARIO", ¿no hace falta decir quien está detrás del Rotary Club, verdad?
Aquí están la pruebas:
http://radiocristiandad.wordpress.com/2013/03/18/bergoglio-miembro-honorario-del-masonico-rotary-club/
¿No sabes qué es el Rotary Club?
El Rotary Club es una mini-masonería, es decir, una subdivisión de la Masonería. Y la Masonería es un TENTÁCULO de la Sinagoga de Satanás.
¿Ahora sí sabes quiénes están detrás de tu Papa Francisco?
LA SALETTE
Si la Iglesia reprueba, con justa razón, la traición de Judas Iscariote a Nuestro Señor Jesucristo, ¿cómo se puede pretender confraternizar con los deicidas? Incongruencia manifiesta.
Aunque a este ritmo, y como vienen las cosas, no sería extraño que lo hagan santo. "La Iglesia traicionada", nunca mejor dicho.
"Mira que vuelvo pronto"
Agustín, de La Plata.
Luis no te confundas ni confundas a otros, esta claro que E. Mario NO ES LEFEBVRISTA (suponiendo que el lefebvrismo exista); el señor obviamente es SEDEVACANTISTA, es decir sostiene que la Sede de Pedro esta vacante, que NO hay Papa en la Iglesia. Quienes adhieren a la Fraternidad San Pio X (que fundó Mons. Lefebvre) no desconocen a los ultimos Pontifices, solo se niegan a "obedecerlos" cuando mandan algo que pone en peligro la Fe.
Pedro
(Credo) Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem: qui ex Patre Filióque procédit. Qui cum Patre et Fílio simul adorátur et conglorificátur: qui locútus est per Prophétas.
Mario Caponnetto
Pedro.
Te equivocas, NO SOY “SEDEVACANTISTA”. Soy CATÓLICO de la Verdadera Iglesia de los 260 papas legítimos.
Los audenominados “sedevacates” llamados “casisiacum” o “materialiter-formaliter” son rechazados por la Bula de Pablo IV y San Pío V:
“Tal asunción (de un hereje) no será tenida por legítima en ninguna de sus partes (ni materialiter, ni formaliter), y no será posible considerar que se ha otorgado o se otorga alguna facultad de administrar en las cosas temporales o espirituales a los que son promovidos, en tales circunstancias, a la dignidad de obispo, arzobispo, patriarca o primado, o a los que han asumido la función de Cardenales, o de Pontífice Romano (antipapas), sino que por el contrario todos y cada uno de los pronunciamientos, hechos, actos y resoluciones y sus consecuentes efectos carecen de fuerza, y no otorgan ninguna validez, y ningún derecho a nadie.”
Otros “sedevacantes”:
Otros como los CMRI siguen la sana Doctrina Católica, y si permiten que se les denomine “sedevacantes” lo hacen de buena fe, por una forma errónea de procurar una correcta distinción con los lefebvrianos y otros herejes quienes contradictoriamente critican y desobedecen al usurpador, pero que por aberración lo llaman papa legítimo.
Por esa aberración, los lefebvrianos y sus canchanchanes incurren en las penalidades previstas por la Constitución Apostólica “Pastor Aetrenus”, la cual condena expresamente a quienes desobedecen al Papa, quien posee el Primado de Jurisdicción, el cual es dogma de Fe. Al negarlo incurren en doble pena, por herejes y por cismáticos, independientemente de que no sea papa auténtico, porque ellos así lo sostienen.
Los lefebvrianos atentan contra la Fe y el Derecho Canónico, contra el Papado, no contra el Papa.
Y sobre llamarse católico, apostólico y romano, esas son las notas de la verdadera Iglesia, no de los usurpadores y sus compinches.
¿“SEDEVACANTISMO” O CATOLICISMO?
http://forocatolico.wordpress.com/2012/03/30/sedevacantismo-o-catolicismo/
LA SALETTE
El artículo presenta dos "puntos débiles" que el autor debiera revisar y tal vez matizar:
1. Impugnar la validez del último Cónclave resulta muy difícil. De hecho, porque hasta ahora no ha sido contestado y aunque fuera dudoso, hay aceptación del nuevo Pontífice. De derecho, porque las normas de Juan Pablo II limitan mucho las causas de nulidad de un cónclave (v. Hervada, J. Derecho constitucional canónico, en línea).
2. Se puede acusar a Bergoglio-cardenal de ambigüedad y heterodoxia. Pero acusar de herejía es algo muy complejo, difícil de probar, para que sea pertinaz hay que dar oportunidad de retractación, etc.
http://info-caotica.blogspot.com.ar/2012/08/torquemaditis.html
Un cordial saludo.
El único cura macho fue Plaza, los demás, cero, los palotines, Mujica, etc. Enemigos de la Patria, sin verso. Ahora al mejor gobierno que tuvo el pais lo llaman "la dictadura militar". Esta todo al vesre y el único que tiene la posta es Videla, qie concretamente en su escueto lenguaje dijo la justa.Este Papa, haga lo que haga va a ser para Roma, y acá es Argentina, con marxistas leninistas al pooder. Paulo VI ya se encargó de hacerse el sota cuando la guerrilla atacaba a toda América. Creo que lo único que cabe es esperar lo peor de este hincha de San Lorenzo.
Y ojo con los sedevacantistas y lefebrianos y demás bichos porque estamos mas dividios que los protestantes.¿ Cual es la señal de Dios ? ¿ A wuien creer ?¿ A quien seguir ? Tdos me tienen las pelotas llenas.Hay que rezar en el dormitorio como pidió Nuestro Señor.
Lucio
Anónimo del 25 de marzo de 2013 11:16.
HEREJE O PAPA, NO AMBOS:
http://forocatolico.wordpress.com/cum-ex-apostolatus-officio/
Nuestra Señora en La Sallete afirmó que Roma (Sede Pontificia, no la Iglesia) será USURPADA y se convertirá en la sede del Anticristo. Pero que la sede papal sea usurpada por el Anticristo NO SIGNIFICA el fin de la Iglesia Militante, mucho menos de toda la Iglesia. La sede pontificia ya ha sido usurpada en otras ocasiones como cuando los papas se trasladaron a Aviñón durante casi 70 años… y no murió la Iglesia, ni morirá.
Si un pequeño de grupos sobrevive en la Fe, en ellos sobrevive la Iglesia Militante… y así será.
El periodo actual de sede usurpada, ya tiene 54 años, pero el verdadero problema es que muy pocos lo han advertido… ¿Mysterium iniquitátis?… eso creo.
Los hombres prudentes resplandecerán como el resplandor del firmamento, y los que hayan enseñado a muchos la justicia brillarán como las estrellas, por los siglos de los siglos… “Muchos serán purificados, blanqueados y acrisolados; los malvados harán el mal, y ningún malvado podrá comprender, pero los prudentes comprenderán. A partir del momento en que será abolido el sacrificio perpetuo y será instalada la Abominación de la desolación, pasarán mil doscientos noventa días. ¡Feliz el que sepa esperar y llegue a mil trescientos treinta y cinco días! (Dn 12,3 y 10-12)
LA SALETTE
MUNDO HEBRAICO
RELIQUIAS DEL “HOLOCAUSTO” EN LA CATEDRAL DE BERGOGLIO: NO TIENE PARALELO EN EL MUNDO
http://radiocristiandad.wordpress.com/2013/03/24/reliquias-del-holocausto-en-la-catedral-de-bergoglio-no-tiene-paralelo-en-el-mundo/
LA MASONERÍA ITALIANA SE GOZA EN BERGOGLIO
http://radiocristiandad.wordpress.com/2013/03/24/la-masoneria-italiana-se-goza-en-bergoglio/
¿Hacen falta más pruebas o hechos?
¡¡¡TODO ES HEBRAÍSMO!!!
LA SALETTE
MUNDO HEBRAICO
LA EXTRAÑA CRUZ QUE PORTA BERGOGLIO:
http://forocatolico.wordpress.com/2013/03/29/kaifas-bergoglio-postrado-ante-la-cruz-cual-cruz/
¡¡¡TODO ES HEBRAÍSMO!!!
LA SALETTE
BERGOGLIO Y EL ORO
El rechazo de Bergoglio al oro, no es por humildad, más bien intenta demostrar simbólicamente que Dios no es Rey. Recordemos el obsequio de oro que dieron los Santos Reyes.
Por esa razón, durante dos milenios la Iglesia en todos lados ofreció el oro para adornar cruces, altares, bóvedas y ornamentos litúrgicos. La hipócrita serenata de que el oro debe ser vendido y repartido entre los menesterosos fue la enseñanza de un solo ocupante de la Sede Romana, el hebreo Pedro Pierleoni.
El 20 de agosto, la Iglesia celebra también a San Norberto, quien junto con San Bernardo combatió al usurpador Pierleoni (Anacleto II).
Ambos monjes convencieron al Emperador Lotario para que entrara en Roma en defensa del verdadero Papa Inocencio II.
Es OBLIGACIÓN de todo cristiano defender el Papado, como lo hizo una mujer italiana conocida como Santa Catalina de Siena.
Por tanto, la hipócrita “condena” de quienes afirman (principalmente los lefebvrianos) que nadie puede juzgar a los antipapas no es más que la cobarde invitación de hacer cómplices en la nefasta tibieza que proclaman.
LA SALETTE
http://forocatolico.wordpress.com/2013/03/14/profecias-de-la-usurpacion-de-la-sede-papal-y-de-la-suspension-de-la-santa-misa-mysterium-iniquitatis/
MAS INFORMACIÓN. ¿QUÉ ME DICEN DE ESTO?
LA GRAN DIFERENCIA ENTRE EL PAPA BORGIA Y EL "PAPA" BERGOGLIO
El Papa Alejandro VI, no fue pecador, por decirlo así, como Papa, sino como hombre que, al igual que los demás hombres, cae siete veces al día, cuando no setenta.
Como Vicario de Cristo JAMÁS se desvió de la fe y menos predicó herejías, y menos que menos las consintió o las dejó de combatir, ni apostató en público, ni equiparó a Cristo con los demonios de los gentiles como se hizo en Asís en tres ocasiones, ni se atrevió a lo que se ha atrevido el sexteto de usurpadores que se adueñó de las Llaves de San Pedro tras la muerte de Su Santidad Pío XII.
Eso JAMÁS lo hizo el Papa Borgia, que fue VERDADERO y LEGÍTIMO Papa, aunque pecador como hombre, repito.
LA SALETTE
ALGUIEN ME PUEDE EXPLICAR QUE SIGNIFICA "PERTENECER A LA IGLESIA CATOLICA DE LOS 260 PAPAS? muchas gracias!
¡Hola! ¿A qué se refiere el autor con "herejía judeocristiana"? Voy por ese párrafo. ¿Se refiere al sionismo cristiano?
El total de papas hasta ahora es 266, restando 6 que son antipapas, quedan 260.
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