IMPULSOS
DISPARES
El Administrador Diocesano del Obispado Castrense -monseñor Pedro Candia-
expulsó al capellán de la Gendarmería Nacional Gerónimo Fernández Rizzo. Por
haber celebrado Misa, el anterior Domingo, a los gendarmes que reclamaban sobre
sus magros ingresos. La fulminante sanción trae a la memoria otra actitud del
severo dignatario, que buscaría explicación en un temperamento precipitado; para
no avanzar sobre otras sugestiones demasiado humanas. Viene
así a la memoria su visita al Museo del Holocausto local, poco después de asumir
la suplencia del ilustre y exacto antecesor. Cuando prodigó sus elogios
expresando –seguramente sin experiencia museológica- el “respeto y admiración
por la obra educativa del museo, al servicio de la memoria del horror
y contra la barbarie y con la esperanza de un mundo justo y en paz donde todos
vivamos como hermanos”. La prontitud fervorosa del prelado, sin duda
olvidaba una declaración que en el año 2000 expresaron influyentes académicos y rabinos
judíos estadounidenses, titulada Dabru Emet (“Habla con verdad” en
hebreo). Ella invitaba a reconocer los esfuerzos eclesiásticos en los
decenios siguientes al Holocausto, para corregir sus
enseñanzas sobre el judaísmo; subrayando que sin la larga historia de
antijudaísmo cristiano y de violencia cristiana contra los judíos,
la ideología nazi no hubiera podido afirmarse y mantenerse (...). Es de esperar que monseñor Candia (quien seguramente habrá
recapacitado sobre el particular, moderando sus impulsos ilimitadamente
elogiosos) ahora también reflexione serenamente y repare con urgencia el daño
infligido al celoso hermano, que cumplió con el deber sacerdotal de permitir a
los soldados la celebración del precepto dominical.
Casimiro Conasco
Octubre de 2012
1 comentario:
Alguna vez en la historia hubo tantos curas lamebotas de la masoneria como ahora, o han avanzado demasiado en los ultimos años?
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