UNAS PALABRAS
SOBRE
LAS AUTOCONVOCADAS
Deseo hacer circular esta foto –junto con esta
breve reflexión– porque me parece la más representativa de todas las que
se difundieron en estos días, a propósito de la acción de grupos abortistas en
Posadas, Misiones.
Esta consigna, exactamente, define a la mujer
capturada por la ideología abortista: Yo no quiero ser mamá. Porque maternidad es sinónimo de entrega,
maternidad es don. Es sacrificio, es amor, generosidad y bondad. Maternidad es
algo único: "con mi madre no te metas", sabe todo varón que se precie de tal. Maternidad es
cooperación con Dios. En una palabra, maternidad es vida. Y eso es –por confesión propia– lo
que estas mujeres no quieren ser ni tampoco admitir. Nada para los demás sino todo
para ellas mismas. Es la avaricia del alma y la avaricia del cuerpo; propia de
la concepción individualista que tienen de sus propios órganos, en virtud de la cual ellas hacen “lo
que quieren” con “su” cuerpo, igual que el capitalista hace lo que quiere con
su dinero, a expensas de los otros. Las pretendidas Autoconvocadas son víctimas y victimarias de ese cáncer que
carcome con sus múltiples metástasis a la sociedad argentina: el egoísmo.
Detrás de todos los pretextos, detrás de los
pretendidos reclamos de “derechos” sobre el propio cuerpo, queda velado este
mal tan hondo y tan profundo pero –sobre todo– tan vergonzoso;
tanto, que debe tomar el ropaje de un reclamo social o de salud, disfrazando su
oscura naturaleza. Sólo a través del poder hipnótico de la palabra puede
encubrirse un crimen tan horrendo como el aborto. Dios nos asista para
desenmascarar a los nuevos sofistas.
Juan Carlos Monedero (h)
13 de octubre de 2012
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