EL “OTRO YO”
DE LA DOCTORA KIRCHNER
Hace unos días, en una fábrica de cosméticos de
Berazategui, la Presidenta se despachó con un chiste increíble que hubiera
sonrojado a la cortesana más audaz. Una verdadera inmundicia ofendiendo a la
joven trabajadora delante de su compañero de tareas.
Pero lo interesante del
caso, a parte de la impudicia que engrosaría en otras épocas los cargos de
inhabilidad moral, es que su “Otro yo” la corrigió diciendo: “No
se dieron cuenta del chiste, un poquito subido de tono para la Presidenta, pero
no importa. Dale, dale, sigamos
que nadie se dio cuenta. No se pongan nerviosos, chicos"…
Lo cual se presta a un recuerdo con reflexiones adicionales.
Hace ya muchos
añorados años, el “Otro yo” deambulaba diariamente gracias a una ingeniosa tira
periodística. Pero a la inversa del caso, “El Otro yo del Dr. Merengue” pintaba
una deslizante sombra del solemne personaje doctoral, con toda la carga de
picardías, verduras y travesuras que le inspiraban los sucesos cotidianos.
El
caso, con lo que ocurre ahora, se presta para investigaciones morales y
psiquiátricas que puedan explicar una patente inversión en los papeles
respectivos de la conciencia y su sombra. O en otros crudos términos, de la
claudicación del sano juicio, hasta el punto de ser corregido por la caricatura
infractora de la sub o ex conciencia. A medida que se amontonan los ejemplos,
el problema va configurando una gravedad insospechada que insta a dar la
bienvenida a la irrupción del “Otro yo” moralista.
Por supuesto, los medios no
han recogido otras severas reprimendas propinadas por su “otro yo” a la doctora
K, cuando se burló de su propia excomunión ante un sumiso prelado; o cuando
defendió la salida de peligrosos asesinos a divertirse fuera de la cárcel,
engrosando actos “culturales”… de banderas
políticas (cfr. “La Nación”, 31 de julio de 2012). Como el caso del “pibe” (sic) condenado
por asesinar a su novia quemándola viva. O defender en nombre del Derecho, a
instituciones belicosas de la peor calaña oficialista, según lo denuncia la
sola denominación de “Vatayón militante”.
En fin, se sabe que algún
investigador está maliciando la compilación de sentencias del “Otro Yo” sobre
importantes figuras de la nueva historia argentina. A título de ejemplo
filtrado, la admonición de su “otro yo” al Néstor, cuando en la reunión de
Presidentes en Monterrey se mandó el bolazo de haber colocado las 600 millones
de dólares santacruceños en el Fondo de Reserva Federal.
Casimiro Conasco
Julio de 2012
3 comentarios:
El la peluquería el mejor momento era tomar el Rico Tipo y leer al Dr. Merengue. Divito fue un genio. Epocas en que la procacidad ocupaba el lugar que le era propio : el prostíbulo, la cancha de fútbol o las calles.Hoy lo tenemos en la Botox-Presi de la Patria Pederasta. Eso voto el pueblo, "el que jamas se equivoca" como le gustaba decir a Pochito antes de darse una vuelta en motoneta.
CD
por favor no escriban mas presidenta es presidente!!! No se dan cuenta que esta mal decir presidenta!! Es un invento del gobierno(todos y todos)!
Aclaro, solamente a los efectos de completar la información, que la palabra "presidenta" es correcta, aunque decadas atrás no se usaba, seguramente por una cuestión de modas.No es el mismo caso de "medico- medica" donde corresponde solo el masculino. Personalmente estoy seguro que "medica" va a terminar siendo aceaptado, pues es de uso común y además "suena lógico".
Me gustaría comentar también que la Real Academia Española realiza una labor inestimable, no obstante, nosotros hablamos un castellano "argentinizado" y no soalamente en el uso de los términos, sino en la forma de emitir las palabras. Como sonido de fondo del idioma, el que uno por ejemplo escucha en medio de un gentío, es España uno no "pesca" casi nada y he escuchado comentarios de que las películas espalolas muchos (siendo alquiladas) las buscan con lectura para sordos, pues no se sentiende a los actores,y me ha pasado inclusive, que no teniendo esa alternativa, yo mismo, he puesto a funcionar el sistema de subtitulos con otro idioma, para al menos entender lo que un actor español habla en el cine.
CD
Publicar un comentario