NO TE CREO
“No temáis a los que matan al
cuerpo y después de esto nada pueden hacer. Voy a deciros a quién debéis temer. Temed a Aquel que después de haber dado
muerte tiene el poder de arrojar a la gehenna. Sí, os lo digo, a Aquel temedle”.
(San Lucas, 12, 4-6)
Decía
José Ortega y Gasset en El Tema de Nuestro Tiempo, que “la verdad, al
reflejar adecuadamente lo que las cosas son, se obliga a ser única e
invariable. Pensar es poner ante nuestra mente individual las cosas según ellas
son. El hecho de que por veces erramos, no hace sino confirmar el carácter verídico
del pensamiento. Llamamos error a un pensamiento fracasado”. Muy bien, pero a un
pensamiento por el que deliberadamente se deforma la realidad, generalmente
para confundir a otros y obtener un beneficio —muy distinto del caso
anterior— lo llamamos mentira.
Veamos:
se lee en “Poder Total y Religión Universal”, del Padre Juan Carlos
Sanahuja, que en el Parlamento de las Religiones del Mundo, en 1993, Hans Küng,
al que la Santa Sede prohibió la enseñanza de la teología católica, presentó el
proyecto de Ética Planetaria, con los avales de la UNESCO, el Foro económico de
Davos y el Wild World Fund, éste último presidido por Felipe de Edimburgo, quien
prologó la presentación de Küng.
Continúa
el Padre Sanahuja diciendo que: “el contenido de la Ética Planetaria está
lleno de ambigüedades. En él se acentúan palabras que los mismos redactores se
han encargado de vaciar de contenido, de modo que cada individuo pueda
interpretarlas a su manera, de acuerdo a su tradición cultural o a sus
intereses”; se trata de un
alegato en el “que no se concreta en ningún principio, porque, según declara
el mismo Küng, los principios quedan para ser elaborados en un consenso
posterior”.
Lenguaje
ambiguo, falto de precisiones, que lleva a ocultar, confundir o dividir, y que
recuerda las palabras de Albert Camus, en su estudio “El Destierro de Helena”.
“Para los griegos los valores eran anteriores a toda acción, de la que precisamente
marcaban los límites. En cambio, la filosofía moderna sitúa sus valores al
final de la acción. Los valores no existen, pero llegan a ser, de suerte que no
los conoceremos sino al término de la historia. Con tales valores desaparecen
los límites [y] los mesianismos se atreven hoy a todo”.
Continuemos
con el Padre Sanahuja, quien cita en otra parte, acerca de “El Nuevo
Paradigma de la Salud”, las palabras del entonces director general de la Organización
Mundial de la Salud (OMS): “la salud es un requisito previo para el pleno
disfrute de los Derechos Humanos (DDHH). La OMS está presionada para ser
selectiva. Por ejemplo, en
supervivencia infantil, poco sentido tendría para un niño sobrevivir a la
poliomielitis tan sólo un año, para morir de paludismo al año siguiente, o no
tener un crecimiento que le permita ser un adulto sano y productivo” (¿dónde quedó la tan
cacareada no discriminación?) El mismo Nakajima declararía que “la ética
judeocristiana no podrá ser aplicada en el futuro”. “De ahí que la OMS insista
una y otra vez en la necesidad de que nazcan niños sanos para el desarrollo
sustentable del planeta. En la
categoría de niño sano se incluye sólo a aquel cuyo nacimiento haya sido deseado,
planeado y previsto”. En criollo, la dignidad del ser humano no tiene nada que ver,
sino sólo su utilidad y manipulación, lo que significa atentar directamente
contra su naturaleza profunda.
Sigamos
con el Padre Sanahuja: “un ejemplo de la aplicación del nuevo paradigma de
la salud es el proyecto de reforma de salud de los Estados Unidos propuesto al
Congreso por el presidente Barack Obama, que incluye: a) el aborto sin
restricciones, financiado con fondos públicos; b) la eutanasia encubierta, que
limita el número de consultas médicas, los medicamentos y cuidados necesarios
para enfermos crónicos, desde chicos con síndrome de Down hasta enfermos de cáncer
y veteranos de guerra; c) la negación del derecho a la objeción de conciencia a
los profesionales de la salud que no quieran involucrarse en esas prácticas, d)
el otorgamiento de un control casi exclusivo al gobierno en cuanto a las pólizas
de seguro de salud, creando un Comité de Salud que puede tomar decisiones sobre
los pacientes; e) la atribución al gobierno federal del poder de vigilar las
cuentas bancarias personales para averiguar los gastos en salud de cada
individuo”.
Preguntemos,
en cuanto al punto a), el aborto irrestricto, no limitado a los casos que siempre se invocan para
justificar su despenalización: peligro para la vida de la madre, violación o
malformación fetal incompatible con la vida, sino para aplicarse en cualquier
caso considerado por la madre como un problema, tal vez resultado de una noche
de farra, y no un ser humano. Para
resolverlo habría que pagarlo con fondos públicos, los que muy bien podrían
utilizarse para la adopción o el cuidado del bebé, en caso de no ser deseado
después del nacimiento.
En
cuanto al b), digamos que, al parecer, en Estados Unidos, “tierra de los
libres“, según
reza su himno, es mejor ser rico y sano que pobre y enfermo, y no dejarse
atrapar ni por broma para ir a pelear por lo que uno cree que es su patria. Ante
el punto c) cabe preguntarse por qué podría oponer su objeción de conciencia un
médico ante tales prácticas, si no estuvieran abiertamente en contra de toda ética
médica y moral individual, y hasta donde un gobierno que no se considere la
peor tiranía, puede meterse en la conciencia de un hombre. Poco más o menos lo
mismo podría preguntarse acerca de los otros puntos: por qué no puedo utilizar mi dinero a mi antojo,
en especial para cuidar mi salud y qué derecho tiene el gobierno a meterse en
cuentas privadas, (como tampoco en los vientres de mujeres de otros países ni
en su economía, defensa, moral, etc.).
Pero
volviendo al Padre Sanahuja: “La Carta de la Tierra (incorporada a la UNESCO
en 2003) es un manifiesto materialista, pagano, panteísta, que busca dar una
base ética al férreo control de la población mundial, disfrazar con buenas
intenciones el proyecto de convertir grandes extensiones del planeta en el
almacén que asegure el sostenimiento de los hábitos opulentos de consumo de
unos pocos privilegiados”.
En
fin, todo esto viene a raíz de lo publicado en El País de Madrid, del 18 de
octubre de 2011 con el título “Argentina intenta romper el muro
antiabortista en Latinoamérica”, donde se lee: “De una mujer, CFK,
puede depender en las próximas semanas que la despenalización del aborto, un
tema que sigue siendo objeto en América Latina de un permanente tira y afloja,
experimente un paso adelante, o quede, una vez más, empantanado”.
Nueva
pregunta: en qué beneficiaría a la salud sexual matar a otra persona por medio
de un aborto, y en base a esto por qué no llamar al procedimiento Salud no
Reproductiva cuando se realiza en forma irrestricta. Continúa diciendo la nota
de El País “que cada año mueren unas cien mujeres y niñas víctimas de
abortos clandestinos”, y que “se calcula que se practican en el país anualmente
460.000 abortos”. En caso de cumplirse las “esperanzas” abortistas, los
hospitales argentinos se convertiría en verdaderos campos de exterminio
gratuitos, donde los médicos deberían vestir ambos negros.
Manifiesta
también la nota que la Campaña por el aborto gratuito cuenta con el respaldo de
16 universidades y “grupos de católicos”. Una vez más, palabras a medias. No
existen católicos en serio que no intenten, al menos, cumplir la ley de Dios,
que incluye no mentir y o matar.
El
miedo suele ser la causa de muchos pecados mortales. A los que tengan la
responsabilidad de imponer o no el aborto les sugeriría no temer el disgusto de
Bwana, y a las señoras o señoritas que se encuentren con un problema (ya que no
un hijo) que no teman enfrentar las consecuencias de sus propios actos, porque
tarde o temprano hay que enfrentarse con un Tribunal Absoluto, al que no se lo
convence con verdades a medias.
Luis Antonio Leyro
3 comentarios:
Excelente. Muy bien por el padre Sanahujá.
Excelente nota, mis felicitaciones al Sr. Leyro.
Sobre el diario abortista, prosodomita y defensor extraoficial del juez Garzón, "El País", mencionado en la valiosa nota quisiera agregar que no es casual que su real factotum Juan Cebrián ha asistido todos los años, en forma perfecta, a las reuniones del grupo Bildenberg.
La ONU, los Bildenberg, el Foro de Davos, Obama, la herejía modernista, la Fundación Ford, la Open Society e infinidad de fundaciones y ONG's conforman este monstruo de varias cabezas, enemigo de la creación.
Fernando José Ares
Me gustó lo de "enemigos de la creación" que resume en dos palabras la mejor definición de esta chusma.
CD
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