JULIO YCAZA TIGERINO “II”
En
nuestra nota anterior trazamos un sencillo homenaje al eminente nicaragüense
Dr. Julio Ycaza Tigerino. En esta oportunidad queremos continuar con el
pensamiento político e histórico de la citada personalidad, no lo haremos en su
totalidad porque nos ocuparía muchas entregas ya que su producción bibliográfica
es realmente importante. Proseguiremos, entonces, con lo que plantea en su
trabajo “Elementos de la Anarquía Hispánica” publicado en el Tomo XVII de la
“Revista de Estudios Políticos” del Instituto de Cultura Hispánica (Madrid,
1947). Allí se establece (y ya lo vimos en nuestra última entrega para el blog)
que la democracia “constituyó, pues, el caldo político propicio para el
desarrollo de los gérmenes que existían en nuestros pueblos, elementos
históricos que permanecían dormidos bajo el sistema de gobierno español,
paternal y autoritario,” y que, con la Guerra Civil que conocemos con el
apelativo de “Independencia, despertaron violentos, siendo encausados en ella
por la disciplina militar y caudillos como Bolívar; pero que una vez
desaparecidos éstos e implantada la república democrática, no encontraron un
dique a su impulso disociador, sino, por el contrario, los principios del
individualismo liberal fueron la puerta abierta a todas las tropelías y abusos
de su destructora potencialidad.”… “Lo que nuestros pueblos no toleran nunca es
la debilidad en el poder, la falta de personalidad del que tiene en sus manos
la posibilidad de realizar su individualismo y no lo realiza. El conquistador
trajo, pues, de España su poderoso individualismo, que al ser trasplantado a
tierras de aventura se desarrolló formidablemente, adquiriendo proporciones
colosales de inconcebible heroísmo y haciendo así posible la maravillosa gesta
de la Conquista. Solo las geniales individualidades de Cortés, de Pizarro, de
Balboa y cada uno de los heroicos capitanes y soldados que formaron el reducido
grupo de conquistadores, eran capaces de llevar a cabo la tremenda hazaña de
explorar y someter los tremendos territorios del continente americano. Sólo ese
vigoroso individualismo hispánico puede explicar que unos cuantos miles de
españoles hayan forjado aquel glorioso Imperio que abarcaba los más distantes
confines de la Tierra. Pero este mismo individualismo, cuando dejó de actuar en
función del ideal hispánico, subordinado a las fuerzas históricas nacionales
dentro del Orden Católico y monárquico tradicional, se convirtió en factor de
disolución y de discordia” … “El espíritu de fidelidad a la Monarquía, por los
ideales nacionales que ella representaba, fue, sin embargo, siempre más fuerte
que este indomable individualismo. Más cuando la Monarquía deja de representar
esos ideales, el mismo individualismo que antes fuera factor de la grandeza de
España se convierte en el más poderoso agente de la disolución del Imperio. La
unidad no puede mantenerse por más tiempo.”… “la independencia no es solamente
la separación de España, es un desmoronamiento total como el desgranarse de una
mazorca de pueblos. No es un movimiento americano contra la madre patria sino
muchos movimientos. No es una sola gran separación, sino muchas pequeñas
separaciones. Todos quieren ser independientes unos de otros y en Centroamérica
se llega hasta el ridículo de dividir la pequeña patria recién separada de
Reino de México, en cinco minúsculas repúblicas. Y es que, lo que llamamos
independencia no fue otra cosa que el estallar del individualismo español,
perdida la fuerza centrípeta del ideal hispánico que unificaba los Reinos de
Indias. Por eso, el proceso de la Secesión no terminó con la separación de
España. Siguió en nuestra América, con la separación entre sí de las provincias
que formaban el Reino Mexicano, la Gran Colombia y el Reino del Río de la
Plata, y es el mismo proceso que en España alienta aún bajo el separatismo
vasco y catalán.” … “Gracias al ambiente histórico-político propicio que les
prepararon ciegamente los románticos ideólogos que se apoderaron de los
destinos de nuestras patrias nacientes se han conjugado en Hispanoamérica para
producir una tremenda era de anarquía que ha retrasado el proceso de evolución
histórica de nuestros pueblos.”… “Fue ésta la revolución de los “liberales”
contra los “libertadores”; y estos, vencedores en decenas de combates, fueron
vencidos en esta última batalla, tal vez la más importante, porque en ella se
jugaba para muchos siglos el destino político de Hispanoamérica”.
Hasta
aquí una parte del pensamiento
histórico-político de nuestro compatriota en Hispanoamérica. Éste marca la imperiosa
necesidad de la “Unidad de Destino en lo Universal”; mandato Joseantoniano que
aún no hemos logrado. “Dios nos niegue el descanso hasta que hayamos vencido “
“PERFIL POLITICO Y CULTURAL
DE HISPANOAMÉRICA”
El
título que corona esta segunda parte de capítulo dedicado a Julio Icaza Tigerino es el de la formidable obra que publicara en
Madrid en 1971 con el sello “Ediciones
Cultura Hispánica”. En el primer capítulo don Julio estampa: “A Hispanoamérica
se la conoce poco y se la entiende menos. Se la confunde con una serie de
imágenes y no por su complejo de fuerzas vitales. Sin embargo hubo y hay esfuerzos
notables de estudio y comprensión: “Meditaciones Suramericanas” de Keyserling, es
solo un ejemplo. No, desde luego, el abominable “Inside Latin América” del
insufrible John Gunter. En nuestro propio huerto hispanoamericano la cosecha
bibliográfica es abundante. Pero toda esa producción filosófica, literaria y
sociológica sobre Hispanoamérica, en su mayor parte paisajismo y localismo,
colorido geográfico y humano, en la que las ideas mismas tienen su raíz y su
apoyatura en la imaginación, se hace difícil obtener un concepto unívoco de la
entidad hispanoamericana y su expresión social y política, si es que existe
esta entidad y si es que existe esa expresión, ya sea en alguna forma de
vigencia histórica, o como una formación social embrionaria, como una
posibilidad político-cultural, proyectada hacia un porvenir histórico más o
menos lejano o inmediato.”… “Los franceses e italianos se complacen en llamar
Latinoamérica a la América no Sajona, y este nombre que, según Rafael Valle, fue
inventado en Francia en el siglo XIX, nos lo aplican gustosos los
angloamericanos, dándonos el cognomento de latinos
con cierto sentido peyorativo y discriminatorio, fruto de su sentimiento de
pueblo elegido de raíces calvinistas.”… “A los pueblos hispanoamericanos se les
reconoce ya intuitiva e implícitamente ese carácter de pueblos germinativos en
cuanto se acepta en ellos una realidad supranacional que los junta en unidad de
tratamiento y de actuación históricos. La formidable unidad de veinte pueblos
en comunidad de orígenes, estructuras, e intereses no es un mero accidente de
la historia y de la geografía, y es lícito y necesario afirmar en ella una
esperanza de fecundación histórica de nuestra Civilización Occidental. Si en el
origen de esta Civilización Occidental encontramos como fuerzas creadoras de su
unidad el helenismo, el romanismo y el cristianismo por lo cual se habla de de la civilización grecolatina, o mejor,
grecorromana, por ser lo romano doble signo de la capitalidad política-imperial
y de la capitalidad religiosa-cristiana, no es imprevisible que en el
desarrollo y evolución modernos de dicha Civilización Occidental, a través de
la gesta hispánica del descubrimiento de América y la completación con ella de
la unidad histórica del mundo, vengamos a hablar en el futuro de la
civilización greco-romana-americana,
porque después del imperio romano, es la conquista de América la que da al
Occidente su máxima expansión política y cultural, y porque es en lo americano
que la Civilización Occidental se proyecta con sentido de recreación y
encuentra una nueva dimensión universal. Pero aunque parezca paradójico y
audaz, cuando hablo de una Civilización greco-romana-americana no estoy pensando
fundamentalmente en el desarrollo industrial norteamericano, sino, ante todo, en el vigor germinativo y cultural
de Hispanoamérica. Y es que en el punto de desarrollo histórico a que ha
llegado nuestra Civilización, su crecimiento horizontal hacia afuera, que ahora
podríamos llamar cósmico con toda
propiedad, ha atrofiado el crecimiento vertical hacia adentro en dirección del
hombre mismo. El progreso mecánico ha desorientado al hombre de tal forma que
lo ha alejado de las metas propiamente humanas. Para decirlo con palabras de
Toynbee, hemos llegado al punto en que “la incitación del industrialismo se
está transfiriendo de la esfera técnica a la esfera moral, esto es, que el
estímulo de crecimiento de nuestra Civilización se está transfiriendo del campo externo al
interno porque en la actitud del pensador de nuestro tiempo hacia lo que se
llama el progreso mecánico se ha producido un cambio de espíritu.”… “Según
señala Toynbee, en ningún caso las civilizaciones, a pesar de las falsas
nociones del materialismo moderno, se construyen con máquinas, ni con alfabetos
y numeraciones. La Técnica es producto de la Civilización, pero la Técnica, si
bien puede, alterar y aun destruir una Civilización, no puede producir una
Civilización”.
Como
el lector apreciará, la importancia del tema es tal, que nos obliga a hacer un
alto en el camino para retomarlo en cercana edición.
Luis
Alfredo Andregnette Capurro
1 comentario:
Estimado Don Luis Alfredo: excelente sintesís sobre la civilización hispano americana.
Cuánto daría por poseer los dones de elocuencia, guiada siempre por la rectitud y los cristianos principios.
Mis sinceras felicitaciones.
Luis F. Corominas
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