miércoles, 12 de febrero de 2014

Anécdotas de la División Azul


CARLOS GARDEL Y
“LOS ALEGRES SOLDADOS”
 
Según el Diccionario de la Real Academia Española, “alegría” —de alegre—, es un “sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores”, también “palabras, gestos o actos con que se expresa el júbilo” y finalmente, dando la certeza de encontrarnos frente a un término que no unívoco, puede entenderse con la misma palabra “irresponsabilidad, ligereza”.
 
Pues bien, hace ya bastante tiempo nos hicimos, por oferta pública de su autor, del borrador de un libro escrito por Alfredo González Diez que tituló “Alegres Soldados” y que recoge el cancionero, anécdotas y hasta chascos de los Voluntarios Españoles que conformaron la División 250 de la Wehrmacht, más conocida como La División Azul.  González Diez fue uno de esos voluntarios y sirvió en el Regimiento Pimentel encuadrado en la “1-I-262 Blau Division ID250NV”.
 
El destino quiso que fuera herido de bala en cercanías de San Petersburgo —en aquel entonces, Leningrado— y a fines de 1942 fue evacuado a España donde luego de curado ingresó en la Guardia Civil.
 
No terminarían allí las correrías nacionales de don Alfredo, ya que conoció en España la cárcel que no conoció en Rusia y ello debido a su participación en el alzamiento del teniente coronel Tejero en 1981. Fin de su carrera como teniente. Fin de su libertad, hasta que en 1989 fue indultado por el Rey.
 
Lamentablemente, quizás por su escaso valor militar, el libro no encontró editor y el camarada González Diez murió hace cerca de cinco años sin poder ver su trabajo en letra de molde.
 
En el último espacio que, gentilmente, nos concedió la revista “Cabildo”, hablábamos de la voluntad inquebrantable de lucha de aquellos voluntarios que, en número cercano a los 50.000, marcharon contra el comunismo al lado de los alemanes. Tenían una deuda que cobrar, especialmente a los rusos que integraron las brigadas internacionales en la Guerra Civil, pero, por sobre eso, estaba la convicción que debían terminar con al comunismo, por la Fe, por España, y por una Europa Católica.
 
Hay muchos testimonios escritos y anécdotas de la bravura de esos hombres que, a diferencia de otras unidades alemanas, prácticamente no fueron licenciados nunca en los años en que prestaron servicios en la División Azul, primero y en la Legión Azul, después. Miles de ellos murieron en combate o como prisioneros rusos, otros miles volvieron a España en el año 1954, luego de casi cuatro años de lucha y nueve de trabajos en los campos de la URSS. De todos aquellos testimonios a que hicimos referencia, elegimos el que corresponde a Hitler: “Nuestros soldados se sienten tranquilos y confiados cuando los españoles combaten  a su lado”.
 
Aclarado lo precedente, no nos hizo falta mucha cavilación para dedicar algunos párrafos a estos “Alegres Soldados”. Empezaremos por lo más importante: la causa de esa alegría; luego, ya en lo secundario y anecdótico, veremos la vinculación con el personaje “criollo” que citamos en el título.
 
La alegría de los miembros de la División Azul no era el andar buscando la muerte, pues como bien decía José Antonio, “a nadie le es grato morir a los treinta años”. Como aclaramos al inicio ese “sentimiento grato y vivo” sólo cabe en quien sabe que habrá de luchar el “buen combate”. Canta, ríe y bromea, pues va con su corazón limpio y con el objetivo claro: terminar con el enemigo mayor de la Fe. Cristo va con él y él va por Cristo. ¿Qué más?
 
Pues sí, hay más. Tras de sí, toda una España, que ha vuelto a amanecer, lo acompaña y alienta, como se alienta al centinela para que no decaiga en su espíritu y fortaleza. Y si se nos concede, a toda esta mística del soldado cristiano debemos adicionar una cuota de aventurero, como cuadra y cabe a un buen español.
 
Esa es la alegría del “alegre soldado”, que no puede confundirse  con el sentido antagónico al cual también referimos al inicio: “irresponsabilidad y ligereza”. Esta última acepción le cabe, muy a nuestro pesar, al oficial del glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo “General José de San Martín” que en agravio a su uniforme, inmaculado por la sangre de tantos valientes, tomó una guitarra eléctrica y se puso a berrear en un acto público junto al majadero vicepresidente de nuestra Nación. No hay “sentimiento grato y vivo” donde sólo reina la peor decadencia moral. A ese soldado le cabe la terrible sentencia de quien hubiera sido su Jefe de Regimiento doscientos años antes, cuando dijo a un general claudicante en los prolegómenos de la Batalla de Maipú: “El último de mis granaderos tiene más honor que usted, señor general”.
 
Pero volvamos a los divisionarios, que si de cantares se trata, nada faltaba en sus filas. Desde las más solemnes marchas militares españolas, incluyendo las de la Legión y la Falange, hasta la infaltable “Lilí Marlen”, pasando por los infantiles estribillos de la “barba de tres pelos” —que nosotros conocimos décadas después por los simpáticos Gaby, Fofó y Miliki—, el clásico “Salud, dinero y amor” y la infaltable mexicana “Adelita”.
 
Sin embargo, en su capítulo XXIV, González Diez nos da una información que muy pocos conocían: “Los tangos han sido los ritmos más cantados por el personal de la División Azul. Por los años 1941/44 estaba reciente la memoria de Carlos Gardel, trágicamente fallecido pocos años antes”.
 
Efectivamente, Gardel era un artista muy conocido en Europa, tanto que fue elegido para hacer la primera transmisión radial intercontinental. También fue muy conocida la excelente relación que los españoles de la División Azul mantuvieron con los paisanos rusos mientras estuvieron por esos lares, signados quizás por la consigna del “Ángel del Alcázar de Toledo”: “Tirad, pero tirad sin odio”.
 
También Carlos María Ydígoras en su libro “Algunos no hemos muerto” nos da cuenta de esa excelente confraternización entre los españoles y los aldeanos rusos (y rusas, por qué no, pues don Carlos María no oculta sus amoríos con una joven rusa. ¡Español al fin!).
 
Pero volvamos a González Diez: “Un mortadela famoso, conocido como BARRIL, deleitaba con los tangos, tanto a sus camaradas como a los ruskys —rusos— locales conocedores del repertorio de CARLOS GARDEL”.
 
Está claro que muchos de los tangos que cita eran de Gardel o al menos los cantaba el “Zorzal Criollo”, muerto trágicamente en 1935: “Noche de Reyes”, “Nena”, “Mi Caballo Murió”, “Silencio”, por citar algunos. Sobre otros, si bien contemporáneos de Gardel, no encontramos registros suyos, como “Madre de los Cabellos de Plata”. Algunos eran cantados con su letra original, otros con versos, generalmente humorísticos, sobre la vida en la campaña. Tal era el metejón con Gardel que, recuerda el autor: “«Karlosgardel» rebautizaron los hispanos de la Galubayia Divizyia a la ciudad de Krasnojvardiesk”, aprovechando su cacofonía. Ese nombre pervivió hasta la posterior ocupación rusa del territorio.
 
Vaya, entonces este jubiloso recuerdo-homenaje a los héroes de la última Cruzada de la Cristiandad. Facturado con la misma alegría con la que ellos acudieron a su cita de honor. Va por los que allí quedaron y va por los que volvieron. Para que su ejemplo y recuerdo no se pierda jamás. Para que su espíritu de caballeros cristianos, fogosos, viriles y alegres prenda algún día en las nuevas generaciones de este “mundo cobarde y avaro”.
 
¡Ah!, para quienes quieran dejar preces por las almas de aquellos hombres, les pasamos los datos que nos dejaron:
 
“Si me quieres escribir,
ya sabes mi paradero:
en el frente de Moscú.
¡primera línea de fuego!”
 
Carlos García
 

10 comentarios:

Anónimo dijo...

DIVISIÓN AZUL

Sobre la 250 Einheit spanischer Freiwilliger de la Wehrmacht (Blaue Division):

"Había leído en la historia que el soldado español era el mejor del mundo, y ahora, viéndolos en el frente ruso, lo he comprobado.

La división española lucha en primera línea sin interrupción, en uno de los sectores más difíciles y de decisiva importancia para los combates defensivos. De este modo la División Azul ha hecho el más alto honor a su Patria en la gran lucha anticomunista.

Cuando la División Azul regrese a España tendremos que expresar, tanto a ella, como a su bravo general, el reconocimiento debido a una lealtad y a una valentía llevadas hasta la muerte."
(Adolf Hitler)

Documento original al castellano:

http://es.metapedia.org/m/images/8/88/Cuadrodivisionazul.jpg

Fuente:

http://es.metapedia.org/wiki/Divisi%C3%B3n_Azul

Es IMPRESCINDIBLE leer:

1) "LA DIVISION ESPAÑOLA DE HITLER" de los profesores Gerald R. Kleinfeld y Lewis A. Tambs. Editorial San Martín.

2) "MUÑOZ GRANDES" de Luis E. Togores. Editorial La Esfera de los Libros.

¡¡¡ VIVAN LOS BRAVOS VOLUNTARIOS ESPAÑOLES QUE LUCHARON CONTRA EL MARXISMO HEBREO Y ATEO ENTRONADO EN MOSCÚ !!!

LA SALETTE

Anónimo dijo...

Creo que uno de los peores males es la internacionalización (hoy llamada globalización).Un español, un francés, lo que sea , que lucha para otro pais, para mi esta mal, muy mal.Reconozco que nuestro enemigo Pinochet estuvo en lo cierto cuando dijo que el soldado chileno pelea solo para y por Chile (negándose a enviar chilenos al exterior).Un juez y payaso español quiso hace pocos años sentar una de sus patas aquí,aplaudido por la zurda que es justamente lo mas internacional que puede pedirse.Los hijos de perra que peleaban contra Rosas desde eL exterior, LOS BRIGADISTAS ZURDOS QUE PELEABAN CONTRA FRANCO.los del erp que nos insultaban desde Europa, en fin, para mi, un verdadero nacionalista jamás va a donar su vida con el uniforme de otro pais, ni hablara de su pais desde otro, salvo para alabrlo.
PACO LALANDA

Anónimo dijo...

¡Por amor a Dios y a España!

Anónimo dijo...

Mi amigo, no se trataba de lucharpor otro país ni por el uniforme. Se trataba de lu8cchar contra el mismo enemigo, que era el enemigo de la Criatiandad. Esto no es un tema de Boca y River. Fíjese usted la nacionalidad del almirante Brown, del coronel Thorne -el sordo de Obligado- y de tantos otros que defendieron la Confederación Argentina.
Atentamente

Anónimo dijo...

Lalanda:

Tú dices: "[...] un verdadero nacionalista jamás va a donar su vida con el uniforme de otro país [...]."

RESPUESTA: Según las circunstancias y los peligros que amenacen a la Cristiandad. Acuérdate de los voluntarios europeos en las Cruzadas.

PREGUNTA: Entonces, ¿estás tildando de vendepatrias y antinacionalistas a los heroicos voluntarios de la División Azul y a sus comandantes, Capitán General Agustín Muñoz Grandes y General de División Emilio Esteban-Infantes y Martín que, vestidos TODOS con el uniforme de la Wehrmacht, pelearon ferozmente contra la Bestia Roja?

SEGUNDA RESPUESTA: Sí, hay que condenar a VENDEPATRIAS y ANTINACIONALISTAS que, como Sarmiento, lucían para la foto el uniforme de "teniente coronel" más la Condecoración de la Orden de la Rosa (hacer clic aquí), otorgada por el entonces Imperio del Brasil, por haber colaborado en la INVASIÓN de su Patria y el derrocamiento del gobierno nacionalista y federal de Juan Manuel de Rosas.

+++++

Por otra parte, la "Globalización" es el período de transición hacia el Gobierno Mundial.

LA SALETTE

Anónimo dijo...

Ejemplo de sobriedad y valentía fue el de los españoles que participaron de la última Cruzada.

Llamó mucho la atención a estos soldados la técnica utilizada por el materialismo dialéctico de embriagar a sus tropas para conducirlas a la batalla.

Antes de cada ataque, los comisarios políticos (Casi todos judíos) repartían a sus hombres elevadas cantidades de alcohol para despertarles un ardor del que carecían.

Esta vil y subalterna actitud de los comunistas, los soldados de la División Azul la reflejaron en las estrofas que pergeñaron adaptando la música de la popular canción rusa "Katiusha" que ellos bautizaron como "Primavera".

"Cuando ebrio avanza el enemigo,
empapado en vodka y sin valor,
rasga el aire mas fuerte que la metralla,
las estrofas de mi "Cara al Sol".

"Cara al Sol, canción antigua y nueva,
Cara al Sol, es el himno mejor,
Cara al Sol, es morir peleando, que la Patria así me lo pidió."

Los austeros y recios cruzados azules tenían como única motivación para escribir páginas de gloria, dignas de un Cid, un Godofredo de Bouillon o un Tancredo d'Hauteville, la defensa de sus puros ideales y su amor a Cristo y su Patria, simbolizados en su himno de guerra: "Cara al Sol".

Con relación al chupamedias oficial de granaderos que aporreaba una guitarra eléctrica junto a un público y notorio sospechoso de defraudación y estafa, podemos suponer que su conducta superó todas las faltas previstas por el Gral. San Martín en su "Reglamento del Cuerpo de Granaderos".

Pero por analogía, si a los blasfemos relapsos mandó que se le horadara la lengua con un clavo al rojo, a este especimen el hierro candente, junto a la guitarra eléctrica, hubiera ordenado que se lo introdujeran por otro lugar. Mas íntimo y posterior, por cierto.

Fernando José Ares

Anónimo dijo...

Ejemplo de sobriedad y valentía fue el de los españoles que participaron de la última Cruzada.

Llamó mucho la atención a estos soldados la técnica utilizada por el materialismo dialéctico de embriagar a sus tropas para conducirlas a la batalla.

Antes de cada ataque, los comisarios políticos (Casi todos judíos) repartían a sus hombres elevadas cantidades de alcohol para despertarles un ardor del que carecían.

Esta vil y subalterna actitud de los comunistas, los soldados de la División Azul la reflejaron en las estrofas que pergeñaron adaptando la música de la popular canción rusa "Katiusha" que ellos bautizaron como "Primavera".

"Cuando ebrio avanza el enemigo,
empapado en vodka y sin valor,
rasga el aire mas fuerte que la metralla,
las estrofas de mi "Cara al Sol".

"Cara al Sol, canción antigua y nueva,
Cara al Sol, es el himno mejor,
Cara al Sol, es morir peleando, que la Patria así me lo pidió."

Los austeros y recios cruzados azules tenían como única motivación para escribir páginas de gloria, dignas de un Cid, un Godofredo de Bouillon o un Tancredo d'Hauteville, la defensa de sus puros ideales y su amor a Cristo y su Patria, simbolizados en su himno de guerra: "Cara al Sol".

Con relación al chupamedias oficial de granaderos que aporreaba una guitarra eléctrica junto a un público y notorio sospechoso de defraudación y estafa, podemos suponer que su conducta superó todas las faltas previstas por el Gral. San Martín en su "Reglamento del Cuerpo de Granaderos".

Pero por analogía, si a los blasfemos relapsos mandó que se le horadara la lengua con un clavo al rojo, a este especimen el hierro candente, junto a la guitarra eléctrica, hubiera ordenado que se lo introdujeran por otro lugar. Mas íntimo y posterior, por cierto.

Fernando José Ares

Alan Argento dijo...

Muy linda la canción "Primavera". Hay una versión moderna que suena muy bien. Saludos.

ricardo dijo...

Un saludo de Maite Cuffi que me ha enviado el artículo sobre Zukof.

Eisenhower, tampoco fue un angelito dejando con minimas asistencias
a mas de un millón de soldados después de la rendición.
Te iré leyendo !!
Ricardo de Barcelona

Anónimo dijo...

Estimado Ricardo: en el primer tomo de mi libro "Nüremberg, la gran impostura", que sale a la calle en los próximos días, le dedico largos párrafos al genocida a que te refieres. La matanza en los campos del Rin es abiertamente imperdonable.
Agradecido por los saludos, ruego los retribuyas. Espero no defraudarte.
Un abrazo en Cristo Rey y María Reina. ¡ARRIBA ESPAÑA! ¡VIVA ARGENTINA!
Carlos García