martes, 24 de agosto de 2010

Culturales

CONTRA LAS CUERDAS:
VÍCTIMAS DEL COLONIALISMO CULTURAL
               
“No vayan a regiones paganas”
(San Mateo, 10, 5)
              
Desde hace ya varios años observamos que no existen casi liquidaciones sino “sales”, ni negocios abiertos, sino “open 24 hs.”, que no se pueden leer carteles de propagandas de zapatillas sin ayuda de un buen diccionario de inglés, y lo más grotesco y tragicómico es que no faltan “parrillas-salad bar”, y casas de empanadas tucumanas con “delivery”.
               
No debe sorprendernos: en la India, los ingleses promovieron la creación de un idioma, el Urdu, a fin de desligar a la población musulmana de su propio idioma de raíz persa y de su tradición islámica, y más tarde del hindú como idioma nacional de los hindúes, sembrando las semillas de lo que llegaría a ser una enconada división.  Evidentemente, el imperio es especialista en divisiones y en destrucción de identidades; el profesor Julio González (cfr. su “Los tratados de paz por la Guerra de Malvinas”) describe con precisión el mecanismo: “Cambiando el idioma se cambian los conceptos, cambiando los conceptos se cambian las conductas”.
               
Dentro de las variadas formas insidiosas que emplea el Nuevo Orden Mundial para ir modificando nuestras tradiciones y, así, nuestra identidad nacional, se encuentra la introducción de Halloween, que actualmente se festeja todos los años en muchas escuelas, aún en aquellas con nombres católicos.  Es interesante destacar que algunas maestras —frente a la preocupación de padres que preguntan por qué se obliga a sus hijos a participar de una fiesta pagana— responden como no puede ser de otra forma en la época de la entronización del relativismo, que “no es tan así”, que “se trata de una tradición celta”, etc., etc.
              
Se puede leer en “La Huella Celta en España e Irlanda”, de Ramón Sainero: “El mundo celta, profundamente religioso, se ha sentido siempre impresionado por el más allá, y lo sobrenatural ocupa un lugar muy importante en sus tradiciones.  A través de los años realidad y fantasía son la mayoria de las veces difícilmente separables.  La naturaleza se nos presentará muchas veces como una fuerza sobrenatural y todopoderosa […] El irlandés, supersticioso por naturaleza, siente gran temor por las fuerzas naturales que en un momento se pueden tornar enigmáticas y arrolladoras, y pese a su fe cristiana no han dejado de causar en ellos una profunda impresión los hechos acontecidos en el pasado y desdibujados por el tiempo”.  Y más adelante agrega que, a partir del siglo V “se cristianiza la isla”, y “durante siglos ambas religiones convivían paralelas y poco a poco la idea cristiana llega al corazón de todos los irlandeses”.
                 
Pero lo más importante en relación con lo que estamos decribiendo, queda dicho en el siguiente párrafo: “El paso rápido de una sociedad gaélica de habla celta a una sociedad anglo-irlandesa de habla y costumbres inglesas (acelerado por el factor importantísimo de estos años de la inmigración a Gran Bretaña y Estados Unidos) exige como necesario hablar inglés, pues favorece la eliminación de  una serie de barreras impuestas entre católicos y protestantes”. Ver cómo se produce una identificación de los protestantes con el mundo celta y cómo el mundo celta tiende a acercarse al mundo inglés, resulta un significativo ejemplo. Conviene no olvidar la “Cumbre de Religión y Conservación” organizada por Felipe de Edimburgo (del 29 de abril al 3 de mayo de 1995) en el Castillo de Windsor, y otra serie de conferencias pseudoecuménicas con una agenda trazada en una vuelta a la naturaleza.
              
Podemos ver también cómo se infiltran tradiciones y costumbres que nada tienen que ver con las nuestras para asegurar la consolidación a futuro de lo obtenido hasta ahora por el Nuevo Orden Mundial siguiendo los principios de la Gran Estrategia. También es éste un claro ejemplo de los paganismos “ascendentes” y “descendentes” de los que hablaba Hillaire Belloc.  Y podemos ver asimismo distintas actitudes entre los responsables del cuidado de la Fe, según quieran realmente cuidarla o cultivar el sincretismo. Dice el precitado Ramón Sainero en otra parte de su obra: “Todavía en casos de la influencia pagana del sol en el país vasco, en Azoleta (Valcarlos), el sacerdote del lugar desautorizó una oración que decía lo siguiente: Santo Sol, danos la luz de vida y de muerte”.  Desautorizó, así, sin relativismos.  Tal vez si aquí siguiéramos esos ejemplos se podría evitar que terminemos brincando alrededor de una fogata para que llueva.
             
La primera noticia que tuve de la existencia de Halloween fue hace más de cincuenta años, en una buena película titulada Picnic, y más adelante en contadas ocasiones como por supuesto, siempre en el cine, hasta que el inefable y funesto Carlos Saúl lo instaló entre nosotros, mientras nos aseguraba que por él nos veían ahora de otra manera en el primer mundo.  Y así fue nomás.  La revista “Newsweek” le dedicó una nota central al terminar la Guerra del Golfo, en la que decía textualmente: “Es el presidente latinoamericano más obsecuente, regala cosas que nadie le pide.  Envió dos buques al Golfo sin que nadie le dijera nada y lo único que obtuvo fue que trece oficiales argentinos pudieran desfilar por las calles de Nueva York […] vale más que aprenda que no sólo regalando manzanas a la maestra se sacan buenas notas”.
            
Bueno es recordar. También el mismo aludido presentó en 1982, conjuntamente con su letrado patrocinante, Dr. Hugo Aníbal Grisenberg, su denuncia, Expediente Nº 41.545 ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia y Correccional Nº 3 de la Capital Federal, la que se agregó a la de Alejandro Olmos sobre la deuda externa, causa 14.467: “Se perpetraban en la Nación hechos delictivos consistentes en verdaderos despojos en perjuicio del Banco Central de la República Argentina e Y.P.F., llevándose el déficit de esta última empresa a una deuda cercana total a la deuda externa existente en marzo de 1976 […] Parece increíble lo ocurrido, pero Y.P.F. fue impulsada a endeudarse en dólares y sólo recibió pesos, porque las divisas fueron entregadas al Banco Central y luego cuando requirió seguros de cambio para reducir el efecto de las valuaciones del peso, el propio Banco Central le negó tal alternativa.  Quién sabe dónde fueron a parar esos dólares”.
                   
Por cierto que se pidió el máximo de las penas, bla, bla, bla, etc…  “El resto, para mí, es silencio”, diría Hamlet. Claro, silencio hasta que Y.P.F. fue regalada con el resto del patrimonio nacional. Si Ud. me pregunta si esto configura una traición a la patria, yo le pediría una vez más que consulte el artículo 29 de la divinizada Constitución Nacional.
            
Pero, en fin, éste es uno de los tentáculos del Nuevo Orden Mundial para la destrucción de la soberanía nacional y de la economía nacional; destrucción de cuya responsabilidad —como lo dijimos mientras sucedía— no se salva el Proceso, ya que fue dirigida por Martínez de Hoz.
             
Preocupante como pueda llegar a ser lo es más el asedio a la cultura nacional, y lo peor es la destrucción de la inocencia de los niños y las ilusiones de la niñez. Cualquier argentino que se halle rondando por los sesenta a setenta años, y tal vez menos, recordará que las grandes travesuras escolares consistían en hablar en clases, mascar chicle, copiarse en una prueba escrita o, eventualmente hacerse la rata para ir al Rosedal.
         
Claro, el terror solía ser paralizante cuando nos enviaban a la dirección o se enteraban nuestros padres. Felizmente, con la llegada del progreso y en particular con el advenimiento del Proyecto Democracia, esa mentalidad “estrecha, sectaria, recalcitrante y autoritaria” va desapareciendo, y maestros, directores o padres deben cuidarse mucho de no resultar asesinados por los alumnos, o de no resultar testigos molestos de que los muchachos se maten entre sí.
     
Además, han evolucionado las travesuras, consistiendo más bien ahora las mismas, en violaciones, drogas, portación de armas y alguno que otro homicido cometido por algún compañerito. Todo, claro, convenientemente filmado por celulares de última generación.
         
Decía el General San Martín: “Cuando la Patria está en peligro cualquier cosa es lícita, menos dejarla perecer”. Obviamente, él nunca pudo imaginar en su época tamaña vileza.
         
Tal vez hoy agregaría que cuando la virtud de nuestros niños está en peligro, con su secuela de mujeres y hombres mutilados espiritual y económicamente, futuros esclavos del Nuevo Orden Mundial, cualquier cosa, cualquiera, es lícita, menos dejarla perecer.
         
Luis Antonio Leyro
                           

1 comentario:

Ana Vázquez dijo...

Está claro que no todo es lícito. Jesucristo ya nos enseñó, incluso con Su Propia Vida, cómo se solucionaban los problemas. Mucha gente quiere saltarse eso de entregar la vida, y utilizar inútilmente métodos más mundanos, con la pretendida justificación de unos superficiales resultados.
Hay muchas formas de no vivir el Evangelio, no sólo una; ni todas dan la cara explícitamente; no olvidemos que el demonio es el padre de la mentira y del engaño.