ESPERANZA, CARIDAD
El acto de fe
Creo obstinadamente en todo cuanto
Dios revelasteis hemos de creer…
Dios, esencial verdad, horra por tanto
de engañarse, engañar o no saber…
Todo cuando de fide enseña el santo
viejo de Roma por la fiel mujer
esposa tuya del manchado manto
mezcla de tierra y luz de rosicler…
creo, Señor. Guarda mis anteojos…
Sin ellos… veo, sí, palacios rojos
la Urbe con la Cúpula en la Loma;
pero con ellos, veo la Paloma
veo la Flor, el Trigo y los Abrojos…
Guarda mi fe, Señor, y —fuera broma—
si aquí no te han de ver pronto mis ojos,
dame la gracia de salir de Roma.
El acto de esperanza
Espero, oh Dios, desesperadamente
lo que me has regiamente prometido
porque eres fidelísimo y potente
en prometer, igual que un rey bebido;
y porque eres la Vida trascendente
ebria de propagarse, espero el nido
y el germinar eterno de la mente
y el descanso en tu seno — o el olvido;
y el don de Ti, con que tu Ser nos das
en nuestro obrar, que has de premiar después
coronando tus flores con tus eras…
De hombres es errar. De santos es
dar marcha atrás. Tú no das marcha atrás
ni yo tampoco, oh dios, ni ante las fieras…
Da lo que pidas, pide lo que quieras…
El acto de caridad
Preso en la red de aquesta sed que muero
corro a tus aguas vivas como el gamo
y como el ciervo herido a tu reclamo
corro tropiezo caigo y desespero.
Con la sangre que mana el pecho fiero
y pies y manos mudamente clamo:
Señor, yo no te digo que te amo
pero quizá Tú sabes que te quiero…
pues eres Nada y yo no quiero nada
nada hay sin Ti en la tierra ni en el cielo
nada en mi noche, nada en mi alborada…
Ansiosa noche oscura de mi anhelo,
que llenará tu voz en oleada
como del sol la matinal mirada
crea la mar y hace nacer el cielo…
R.P. Leonardo Castellani, S.J.
Roma, 12 de mayo de 1947
(tomado de “El libro de las oraciones”)
(tomado de “El libro de las oraciones”)
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