CONFIRMEMOS
NUESTRA
FE CATÓLICA
Frente
a las violentas provocaciones, los reiterados actos de profanación y de
sacrilegio, y las visibles muestras de odio al Catolicismo, que llaman a la
apostasía colectiva, nosotros convocamos:
+ A
testimoniar públicamente nuestra condición de católicos apóstolicos y romanos.
+ A
renovar las promesas del Santo Bautismo.
+ A
rezar el Credo, Símbolo de nuestra Fe.
+
A desagraviar y reparar las ofensas consumadas contra la Religión Verdadera.
Los
esperamos en las escalinatas de la Catedral de Buenos Aires, el 8 de
Septiembre, Fiesta de la Natividad de la Virgen, a las 15 horas.
COALICIÓN
ARGENTINA
FIDELIDAD
CATÓLICA
Comunicarse
a fidelidadcatolica@gmail.com
Agradecemos
la difusión de este mensaje y la ejecución sincronizada de esta Confirmación de
Nuestra Fe Católica en todos los sitios del país en los que nos sea posible
8
S
RENOVACIÓN
DE LAS PROMESAS BAUTISMALES
Queridos
amigos: los anoticio sobre esta iniciativa en la que estamos cooperando, con la
adhesión y el apoyo de muchos laicos y sacerdotes de las distintas provincias.
Imprima cada uno estas versiones del Credo y llévenlas el 8 de Septiembre, para
poder seguir el rezo.
Un
abrazo. En Cristo y en la Patria.
Antonio
Caponnetto
Credo
Niceno-Constantinopolitano
Creo en un solo Dios, Padre
todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre
antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, consustancial
al Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del
cielo,
y se encarnó, por obra del Espíritu
Santo, de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las
Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Credo
atanasiano
“Todo el que
quiera salvarse, ante todo es necesario que mantenga la fe católica; el que no
la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre. Y la fe católica
es ésta:
Que adoramos a
un solo Dios en la Trinidad,
y a la Trinidad
en la unidad. Sin confundir las Personas ni separar la substancia. Porque una
es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo. Pero el
Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y
coeterna majestad. Cual el Padre, tal es el Hijo, y tal es el Espíritu Santo.
El Padre increado, el Hijo increado y el Espíritu Santo increado.
Incomprensible el Padre, incomprensible el Hijo, incomprensible el Espíritu
Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo, y, sin
embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno. Así como tampoco son tres
increados ni tres incomprensibles, sino un solo increado y un solo incomprensible.
Igualmente, el Padre es omnipotente, el Hijo es omnipotente, el Espíritu Santo
es omnipotente; y, sin embargo no son tres omnipotentes, sino un solo
omnipotente. Así el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es
Dios. Y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios. Así también el
Padre es el Señor, el Hijo es el Señor, y el Espíritu Santo es el Señor. Y, sin
embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor. Pues, así como la cristiana
verdad nos compele a reconocer que cada Persona por sí misma es Dios y Señor,
así mismo la religión católica nos prohíbe decir que hay tres dioses y tres
señores. El Padre no fue hecho por nadie, ni creado, ni engendrado. El Hijo es
solo del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del
Padre y del Hijo, no fue hecho, ni creado, sino que procede de Ellos. Por lo
tanto, hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu
Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad ninguno va antes o después
del otro, ninguno es mayor o menor que el otro, sino que las tres Personas son
entre sí co-eternas e iguales; de modo, que, como se dijo antes, se debe adorar
la Unidad en
Trinidad y la Trinidad
en Unidad. El que quiera, pues, salvarse, debe pensar así sobre la Trinidad.
Además, para la
salvación eterna es necesario que también crea fielmente en la Encarnación de Nuestro
Señor Jesucristo. Pues la fe recta es que creamos y confesemos que Nuestro
Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios, engendrado de la
sustancia del Padre, antes de los siglos; y es hombre, de la substancia de su
Madre, nacido en el mundo. Perfecto Dios y perfecto hombre, subsistente de alma
racional y de carne humana. Igual al Padre en cuanto a su divinidad, y menor
que el Padre en cuanto a su humanidad. Mas, aun cuando es Dios y hombre, no son
dos, sino un solo Cristo. Y uno, no por la conversión de la divinidad en carne,
sino por la asunción de la humanidad en Dios. Uno absolutamente, no por
confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Pues según el alma
racional y la carne son un hombre, así Dios y hombre es un solo Cristo, el cual
sufrió por nuestra salvación, descendió a los infiernos, resucitó al tercer día
de entre los muertos. Subió a los cielos, está sentado a la derecha del Padre,
Dios Todopoderoso, desde donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. A
su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y darán cuenta de
sus propios actos. Y los que obraron bien, irán a la vida eterna; y los que
obraron mal, al fuego eterno.
Ésta es la fe
católica y el que no la creyere fiel y firmemente, no podrá salvarse.”