TESTIGO DE CARGO
OTRA VEZ
CAPARRÓS
Muchas veces nos hemos ocupado de ese monumento a la estulticia que
responde al nombre de Martín Caparrós. Podría hacer pierna con don Eco y don
Savater y ganar todas las manos del póker intelectual de nuestra era.
En estos últimos años, el prolífico escribidor se las ingenió para
prosperar, publicar copiosas novelas, recibir cuantiosos premios y otorgar
otros disfrazándose de jurado. En una palabra, un príncipe de las letras
argentinas hoy —¡ay¡— tan republicanas. Sus triunfos mundanos se le
han subido, parece, a la cabeza. Por ello no vacila en escribir lo que siempre
escribió —es decir, sandeces— pero con aire de sabelotodo y talante
de autoridad secular. Veamos, si no, lo que decía en el número del 10 de
noviembre de 2005 de la revista “Veintitrés”. Enuncia una ley
histórica: “Francia es el país más burgués y cómodo del mundo y —al
mismo tiempo— cocorito y levantisco. Su reloj biológico funciona así:
desde la revolución de 1789 tuvo, cada veinte o treinta años, algún levantamiento”.
Ya está dicho. Sólo que se trata de una tesis falsa, que no
encuentra sostén en los hechos. ¿Cómo se hace, entonces, para demostrarla? Muy
sencillo: llamando “levantamiento” o “revolución” a
cualquier cosa y con la impunidad que da el ser uno de los taitas intelectuales
del momento, pasa. Continuemos citándolo: “Después de la restauración monárquica
de 1815 (aclaremos que la restauración vino por la derrota de Napoleón y que no
hubo ni levantamiento ni revolución, con lo cual ya se le fue al tacho la tesis
en la primera comprobación) vinieron las revueltas antimonárquicas de 1830 y
1848 y la comuna de París de 1870”.
Pare, Caparrós, que se le acabó el argumento. Durante el siglo XIX
hubo, en efecto, tres revueltas en Francia, separadas por menos por treinta años.
Y se acabó. Cuando iba a seguir ¿por qué no lo pensó mejor y apretó el botón “Supr”
de su computadora? Pero no: se empecinó en demostrar que tenía razón y escribió
esta preciosura: “Más tarde, tras algunos sobresaltos en la Primera Guerra,
el Frente popular de 1936, la Resistencia del 43/44 y Mayo del ´68”.
¿Qué me cuenta? Como le decía, para sostener su tesis el Caparrós
eleva a revolución unos inéditos “sobresaltos” (?) de la
Primera Guerra, el Frente Popular (¿levantamiento?), la Resistencia (¿revolución?)
hasta llegar a Mayo del ´68. La verdad es que entre la última revolución del
siglo XIX (1870) y la primera del XX (1968) hubo un siglo casi justo. Y desde
luego lo del ´68 como Revolución ilustra la conocida frase de Marx: la historia
se repite, la primera vez como drama, la segunda como comedia. Los señoritos
satisfechos de Nanterre se parecen tanto a los “communards” del ´70
como yo a Julia Roberts. Y Julia Roberts no usa barba.
Vamos Caparrós, sea bueno.
¿Por qué no hace solemne promesa de pensar antes de escribir? Si, ya se
que eso significaría el fin de su literatura. Pero sea bueno, pienseló. Y mejor
todavía, hagaló. (Correctores:
conservar los acentos en las oes).
Aníbal D’Ángelo Rodríguez
5 comentarios:
Estimado maestro, es una alegria volver a leer sus articulos!
Maestro, muchas gracias por su artículo. Dios lo conserve entre nosotoros muchos años más.
Un gran saludo.
Una gran alegría volver a leer al maestro. Gracias.
Cordiales saludos.
Que alegria que don Anibal siga firme en la brecha. Es todo un ejemplo.
Edgardo Atilio
Qué alegría volver a leer a don Aníbal!! Somos muchos los que estamos contentos. Abrazo desde Mendoza
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