ANALES DE UN
GOBIERNO SUBVERSIVO
El congreso
legislando para el traste: la contranatura como política de estado.
No aceptamos falsas disyuntivas, ni dialécticas ideológicas ni
maquillajes de un sistema intrínsecamente perverso. Pero tampoco nos permitimos
la desesperación como anticipación de un fracaso que no vamos a conceder así
nomás, sin reacción ni contienda.
No obstante, hay que reconocer la enfermedad: la revolución cultural
ha triunfado en nuestros afectos y, principalmente, en nuestras cabezas.
Pensamos como revolucionarios, aun cuando no reparemos en ello. Nos hemos
acostumbrado a la contradicción, a lo deforme, a la falacia, a la contranatura,
y convivimos con todo ello plácidamente.
Sería normal pensar en una reacción exterior, visible, operante. Pero
cronológica y ontológicamente urge primero la reacción interior, intelectual,
doctrinaria.
Como modesto entrenamiento, hagamos entonces algo así como un
sencillo ejercicio de lógica.
Año 2011: el padre Jorge “Pato” Gómez es noticia en todo el país, recibiendo los más variados motes,
unos más gastados que otros. El inquisidor de San Rafael, el represor de sotana
o el simple discriminador ante la libertad de expresión es sentado en el
banquillo de la prensa amarilla para ser juzgado por el populacho. ¿El motivo?
Haber tenido la valentía de interrumpir un espectáculo público de mal gusto que
se burlaba del celibato sacerdotal y de la institución de la Santa Iglesia.
Mismo año 2011: la Amia irrumpe en la exposición del Libro Católico
que se realizaba en La Plata por
medio de un fuerte petitorio donde se exige sacar las obras de Gustavo Martínez
Zubiría y borrar su figura calificando a Hugo Wast con fieros epítetos. Por
supuesto, no podía faltar esta expresión de la dirigencia judía: estamos ante
una afrenta a todos aquellos que sostenemos ideales democráticos, practicamos
el diálogo y luchamos contra los prejuicios. Sí, claro…
Sigamos ahora con el ejercicio de lógica: o el padre “Pato” hizo bien
en defender la fe o los judíos están reprimiendo, con clara actitud de
totalitarismo medieval —¡cómo iba a faltar la palabra “totalitarismo” y
la alusión a la edad media!— una simple expresión cultural. Si el padre “Pato”
merece ser juzgado por el sacrosanto tribunal del inadi por su conducta, la
Amia merece una sentencia mayor aún porque todos los elementos que rodearon
ambas circunstancias agravan su accionar.
Y así podríamos seguir, con la misma inapelable lógica, pero tan
esquiva al sistema y a la ideología reinante: si el nazismo fue un horror y el
crimen tiene la definición inamovible de una inmoralidad, entonces el aborto es
un crimen agravado por mil motivos más, con lo cual quien siquiera dé un
parecer positivo de tan abominable delito merece su justo castigo. Someterlo a
discusión ya amerita una imputación penal (¿no es extraño que esto le sucede a
quien actualmente pone a consideración elementos históricos del nazismo y de la
segunda guerra mundial y no a quien hace apología del aborto con total
impunidad y a los cuatro vientos?).
Si el inadi es el adalid de la no discriminación, parece extraño no
haber oído nunca nada en defensa de la Iglesia ni del orden natural (más allá
de que, desde luego, nos negamos rotundamente a que nos defienda tamaño símbolo
de iniquidad). Así las cosas, entonces el derecho no es derecho, la verdad no
es verdad, la libertad no es libertad. Sí señor, hemos hecho el diagnóstico de
tiempos terminales.
Si la libertad fuera hacer lo que uno quiere (falacia del
liberalismo) entonces no sólo se debería poder pecar contra la castidad sino
también se debería poder salvaguardar el pudor de lo hijos, y que el estado sea
el primer protector de este pregonado liberalismo. Pero la libertad de la
ideología es sólo sometimiento obligatorio al vicio y al error. Es decir, un
escalón más al del pecado del liberalismo.
También podríamos realizar un breve cuestionario para evaluar los
hechos concretos. Poco importa lo que respondan porque a los defensores de la
democracia, los adalides del diálogo sin logos, los detractores de prejuicios —que en realidad son evidencias o principios— los hechos nos les
interesan. Podríamos destacar la afabilidad cristiana con que se hizo justicia
frente al escenario, podríamos repasar minuciosamente buscando detectar la hipotética
injuria en la pluma de Hugo Wast, podemos contrastar los hechos, desglosar
evidencias, desenmascarar contradicciones. Nada de eso importa porque las
ideologías son enemigas de la verdad. Y entonces ¿cuál es la verdad? Aún no
hemos empezado a hablar de ella, porque sólo nos detuvimos en una falacia
permanente que amordaza las inteligencias argentinas y que está en manos de los
dueños de la pelota (y del poder y del dinero).
¿Cuál es la verdad? La verdad es que lo principios no se plebiscitan,
que la soberanía popular es un cuento y una falta grave contra el origen divino de la
autoridad, que no se puede amar a Dios y al dinero, que la Iglesia es
perseguida y ultrajada, que el sionismo maneja el mundo y nuestra Patria, y que
la revolución cultural ha triunfado. Pero también es verdad que aún no hemos
muerto, y tenemos la obligación y el honor de combatir. Que los ángeles y los
santos nos acompañan, que la Gracia viene en nuestro auxilio, y que Cristo
vendrá como Rey a juzgar a vivos y muertos.
Terminemos pues, con un último ejercicio de coherencia mental, como
corolario de la tarea propuesta. En estos tiempos invertidos, donde Barrabás es
canonizado porque el pueblo lo votó, donde Pilatos es modelo de gobernante
porque entregó a Nuestro Señor por “prudencia política” a la masa afiebrada de
pasiones y comprada con monedas, y Cristo no es Dios porque el judío rasgó sus
vestiduras ante esta sentencia divina, en estos tiempos digo, hagamos al menos
un primer ejercicio de integridad mental: para esta Navidad, sepa que el saludo
presidencial y de todo el sistema que nos sojuzga estará teñido de sangre
inocente. El mismo sistema que deseará felices fiestas (y será bueno recordar
el sentido cristiano de las mismas) vuelve a entregar a Cristo a la masa
traicionera, con la preferencia carnal de Judas y con el odio demoníaco de
Herodes, porque ha dejado en manos de la turba y del anonimato la vida y la
muerte de los inocentes.
Esté atento: el mismo sistema ateo y marxista simulará desear un Niño
en quien no cree, y plebiscitará el asesinato de niños a quienes sí ve. Al
menos sepámoslo y que Dios nos ayude a saber cuándo y cómo deberá ser la
reacción.
Jordán Abud
4 comentarios:
Casimiro Carrasco, capo, muy bueno y contundente, viril.
C.D
Excelente publicación!
El nacionalismo argentino debera tener muy en claro los enemigos:
Los internos: sionistas, masones, marxistas y liberales:
El externo: El imperio anglo-norteamericano-israelita.
Saludos.
Esteban L.
Esteban L.,
Es verdad lo que ud. dice. Todo el mundo está muriendo de democracia, liberalismo, sionismo, sionismo cristiano, marxismo, masonismo, ateísmo, abortismo, materialismo, drogadicción, feminismo judaico, homosexualidad pública o abierta, usura y especulación hebraica, anticatolicismo, antinacionalismo, etc., etc..
Mientras los Estados Unidos y Europa persisten en salvar a los banqueros judíos en detrimento de los pueblos "goyim" (ganado) de todo el mundo. Además, el matrimonio de U.S.A. con el Estado asesino y racista de Israel es IRROMPIBLE, gracias a la complicidad del "Sionismo Cristiano" americano.
Es IMPRESCINDIBLE leer:
"EL SIONISMO CRISTIANO - ¿HOJA DE RUTA A ARMAGEDÓN?" de Stephen Sizer, Bósforo Libros.
Publicar un comentario